Oliver Wood era un fornido muchacho de diecisiete años que cursaba su séptimo y último curso, había cierto tono de desesperación en su voz mientras se dirigía a sus compañeros de equipo en los fríos vestuarios del campo de quidditch que se iba quedando a oscuras.

- Es nuestra última oportunidad..., mi última oportunidad... de ganar la copa de quidditch - les dijo, paseándose con paso firme delante de ellos - me marcharé al final de este curso, no volveré a tener otra oportunidad, Gryffindor no ha ganado ni una vez en los últimos siete años, de acuerdo, hemos tenido una suerte horrible: heridos...,
cancelación del torneo el curso pasado... - Wood tragó saliva, como si el recuerdo aún le pusiera un nudo en la garganta - pero también sabemos que contamos con el mejor... equipo... de este... colegio - añadió, golpeándose la palma de una mano con el puño de la otra y con el conocido brillo frenético en los ojos - contamos con tres
cazadoras estupendas - Wood señaló a Alicia Spinnet, Angelina Johnson y Katie Bell - tenemos dos golpeadores invencibles.

- Déjalo ya, Oliver; nos estás sacando los colores - dijeron Fred y George a la vez, haciendo como que se sonrojaban.

- ¡Y tenemos un buscador que nos ha hecho ganar todos los partidos! - dijo Wood, con voz retumbante y mirando a Harry con orgullo incontenible-. Y estoy yo -añadió.

-Nosotros creemos que tú también eres muy bueno -dijo George.

-Un guardián muy chachi -confirmó Fred.

-La cuestión es -continuó Wood, reanudando los paseos- que la copa de quidditch debiera de haber llevado nuestro nombre estos dos últimos años, desde que Harry se unió al equipo, he pensado que la cosa estaba chupada, pero no lo hemos conseguido y este curso es la última oportunidad que tendremos para ver nuestro nombre grabado en ella...

Wood hablaba con tal desaliento que incluso a Fred y a George les dio pena.

-Oliver, éste será nuestro año -aseguró Fred.

-Lo conseguiremos, Oliver -dijo Angelina.

-Por supuesto -corroboró Harry.

Con la moral alta, el equipo comenzó las sesiones de entrenamiento, tres tardes a la semana, el tiempo se enfriaba y se hacía más húmedo, las noches más oscuras, pero no había barro, viento ni lluvia que pudieran empañar la ilusión de ganar por fin la enorme copa de plata.

Una tarde, después del entrenamiento, Harry regresó a la sala común de Gryffindor
con frío y entumecido, pero contento por la manera en que se había desarrollado el
entrenamiento, y encontró la sala muy animada.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó a Draco, Ron y Hermione, que estaban sentados al lado del fuego, en tres de las mejores sillas, terminando unos mapas del cielo para la clase de Astronomía.

- Primer fin de semana en Hogsmeade - le dijo Ron, señalando una nota que había aparecido en el viejo tablón de anuncios - finales de octubre. Halloween.

- Estupendo - dijo Fred, que había seguido a Harry por el agujero del retrato - tengo que ir a la tienda de Zonko: casi no me quedan bombas fétidas.

Harry se dejó caer en una silla, al lado de Ron, y la alegría lo abandonó, Draco y Hermione comprendieron lo que le pasaba.

- Harry, estoy segura de que podrás ir la próxima vez - le consoló Hermione.-  van a atrapar a Black enseguida, ya lo han visto una vez.

- Black no está tan loco como para intentar nada en Hogsmeade, pregúntale a McGonagall si puedes ir ahora, Harry, pueden pasar años hasta la próxima ocasión.

- ¡Ron! - dijo Hermione - Harry tiene que permanecer en el colegio...

- No puede ser el único de tercero que no vaya, vamos, Harry, pregúntale a McGonagall...

[HIATUS] No elegí Enamorarme  / Drarry HarcoWhere stories live. Discover now