Capítulo 25

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Les separaban siete metros de la casa de Hagrid cuando se abrió la puerta, pero no fue Hagrid el que salió por ella, sino Gilderoy Lockhart, que aquel día llevaba una túnica de color malva muy claro, se les acercó con paso decidido.

- Rápido, aquí detrás - dijo Harry, escondiendo a Ron detrás de un arbusto que había allí - Hermione los siguió, de mala gana.

- ¡Es muy sencillo si sabes hacerlo! - decía Lockhart a Hagrid en voz alta - ¡Si necesitas ayuda, ya sabes dónde estoy! Te dejaré un ejemplar de mi libro, pero me sorprende que no tengas ya uno, te firmaré un ejemplar esta noche y te lo enviaré. ¡Bueno, adiós! - Y se fue hacia el castillo a grandes
zancadas.

Draco venía corriendo, pero Lockhart lo detuvo preguntando:

- ¿Has visto a Harry?

- ¿Hum? ¡Ah! No... No lo he visto profesor.

- Si, bueno, esta bien entonces.

Harry esperó a que Lockhart se perdiera de vista y luego sacó a Ron del arbusto y lo llevó hasta la puerta principal de la casa de Hagrid, llamaron a
toda prisa.

Draco llego, le dijo a Hermione que si la ayudaba, ella acepto y Draco sostuvo a Ron.

Hagrid apareció inmediatamente, con aspecto de estar de mal humor, pero se le iluminó la cara cuando vio de quién se trataba.

- Me estaba preguntando cuándo vendrían a verme... Entren, entren, creía que sería el profesor Lockhart que volvía.

Harry y Draco introdujeron a Ron en la cabaña, donde había una gran cama en un rincón y una chimenea encendida en el otro extremo, Hagrid no pareció preocuparse mucho por el problema de las babosas de Ron, cuyos detalles explicó Harry apresuradamente mientras lo sentaban en una silla.

- Es preferible que salgan a que entren - dijo ufano, poniéndole delante una palangana grande de cobre - vomítalas todas, Ron.

- No creo que se pueda hacer nada salvo esperar a que la cosa acabe - dijo Hermione apurada, contemplando a Ron inclinado sobre la palangana - es un hechizo difícil de realizar aun en condiciones óptimas, pero con la varita
rota...

Hagrid estaba ocupado preparando un té, Fang, su perro jabalinero,llenaba a Harry de babas.

- ¿Qué quería Lockhart, Hagrid? - preguntó Harry, rascándole las orejasa Fang.

- Enseñarme cómo me puedo librar de los duendes del pozo - gruñó Hagrid, quitando de la mesa limpia un gallo a medio pelar y poniendo en su
lugar la tetera - como si no lo supiera, y también hablaba sobre una banshee a la que venció, si en todo eso hay una palabra de cierto, me como la tetera.

Era muy raro que Hagrid criticara a un profesor de Hogwarts, y Harry lo miró sorprendido, Hermione, sin embargo, dijo en voz algo más alta de lo normal:

- Creo que son injustos, obviamente, el profesor Dumbledore ha juzgado que era el mejor para el puesto y...

- Era el único para el puesto - repuso Hagrid, ofreciéndoles un plato de caramelos de café con leche, mientras Ron tosía ruidosamente sobre la palangana - y quiero decir el único, es muy difícil encontrar profesores queden Artes Oscuras, porque a nadie le hace mucha gracia, da la impresión de que la asignatura está maldita, ningún profesor ha durado mucho, díganme -
preguntó Hagrid, mirando a Ron -, ¿a quién intentaba hechizar?

- Gael le llamó algo a Hermione - respondió Harry - tiene que haber sido algo muy fuerte, porque todos se pusieron furiosos.

- Fue muy fuerte - dijo Ron con voz ronca, incorporándose sobre la mesa, con el rostro pálido y sudoroso - Malfoy la llamó «sangre sucia».

[HIATUS] No elegí Enamorarme  / Drarry HarcoKde žijí příběhy. Začni objevovat