Capítulo 20: LA CÁMARA SECRETA

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Después de llegar a la estación, Draco Malfoy camino poco tiempo y después se decidió a ir al banco de Gringotts, donde saco el dinero suficiente para hospedarse en El Caldero Chorreante.

No quería depender de su padrino pero alguien mas se le cruzo por la cabeza: Andrómeda Tonks, ella era hermana de se madre pero bien tampoco quería depender de ella.

Al siguiente día pensó en comprar una lechuza, pues tenia que comunicarse con Hermione, Ron y Harry, en verdad esperaba poder contactar con el último, seguía sin descubrir que era lo que hacia que se pusiera tan nervioso con el, pero bueno el  suponía que solo el tiempo se lo haría saber. 

Compro una hermosa lechuza marrón con ojos del mismo color pero mas oscuro le decidió enviar una carta primero a Hermione y espero.

En momentos como ese no pudo evitar pensar en Dobby, se regaño mentalmente por no liberarlo cuando el aun podía, sabía lo mucho que su familia lo maltrataba pero ahora... No podía hacer nada.

***

No era la primera vez que en el número 4 de Privet Drive estallaba una discusión durante el desayuno,  a primera hora de la mañana, había despertado al señor Vernon Dursley un sonoro ulular procedente del dormitorio de su sobrino Harry.

- ¡Es la tercera vez esta semana! - se quejó, sentado a la mesa -  ¡Si no puedes dominar a esa lechuza, tendrá que irse a otra parte!

Harry intentó explicarse una vez más.

- Es que se aburre, está acostumbrada a dar una vuelta por ahí, si pudiera dejarla salir aunque sólo fuera de noche...

- ¿Acaso tengo cara de idiota? - gruñó tío Vernon, con restos de huevo frito en el poblado bigote - Ya sé lo que ocurriría si saliera la lechuza.

Cambió una mirada sombría con su esposa, Petunia.

Harry quería seguir discutiendo, pero un eructo estruendoso y prolongado de Dudley, el hijo de los Dursley, ahogó sus palabras.

- ¡Quiero más beicon!

- Queda más en la sartén, ricura - dijo tía Petunia, volviendo los ojos a su robusto hijo - Tenemos que alimentarte bien mientras podamos... No me gusta la pinta que tiene la comida del colegio...

-No digas tonterías, Petunia, yo nunca pasé hambre en Smeltings - dijo con énfasis tío Vernon - Dudley come lo suficiente, ¿verdad que sí, hijo?

Dudley, que estaba tan gordo que el trasero le colgaba por los lados de la silla, hizo una mueca y se volvió hacia Harry.

- Pásame la sartén.

- Se te han olvidado las palabras mágicas - repuso Harry de mal talante.

El efecto que esta simple frase produjo en la familia fue increíble: Dudley ahogó un grito y se cayó de la silla con un batacazo que sacudió la cocina entera; la señora Dursley profirió un débil alarido y se tapó la boca con las manos, y el señor Dursley se puso de pie de un salto, con las venas de las sienes palpitando.

- ¡Me refería a «por favor»! - dijo Harry inmediatamente - No me refería a...

- ¿QUÉ TE TENGO DICHO - bramó el tío, rociando saliva por toda la mesa - ACERCA DE PRONUNCIAR LA PALABRA CON «M» EN ESTA CASA?

[HIATUS] No elegí Enamorarme  / Drarry HarcoWhere stories live. Discover now