Capítulo 41

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Las vacaciones de Semana Santa no resultaron lo qué se dice relajantes. Los de tercero nunca habían tenido tantos deberes. Neville Longbottom parecía encontrarse al borde del colapso nervioso y no era el único.

- ¿A esto lo llaman vacaciones? - gritó Seamus Finnigan una tarde, en la sala común - los exámenes están a mil años de distancia, ¿qué es lo que pretenden?

Pero nadie tenía tanto trabajo como Hermione. Aun sin Adivinación, cursaba más asignaturas que ningún otro, normalmente era la última en abandonar por la noche la sala común y la primera en llegar al día siguiente a la biblioteca. Tenía ojeras como Lupin y parecía en todo momento estar a punto de echarse a llorar.

Ron se estaba encargando de la apelación en el caso de Buckbeak, cuando no hacía sus propios deberes, Draco que tenía un poco más de tiempo sin Adivinación trataba de encontrar algo útil, estaban enfrascado en enormes volúmenes que tenían títulos como Manual de psicología hipogrífica o ¿Ave o monstruo? Un estudió de la brutalidad del hipogrifo. Ron estaba tan absorto en el trabajo que incluso se olvidó de tratar mal a Crookshanks.

Harry, mientras tanto, tenía que combinar sus deberes con el diario entrenamiento de quidditch, por no mencionar las interminables discusiones de tácticas con Wood, el partido entre Gryffindor y Slytherin tendría lugar el primer sábado después de las vacaciones de Semana Santa. Slytherin iba en cabeza y sacaba a Gryffindor doscientos puntos exactos.

Esto significaba, como Wood recordaba a su equipo constantemente, que necesitaban ganar el partido con una ventaja mayor; si querían ganar la copa, también significaba que la responsabilidad de ganar caía sobre Harry en gran medida, porque capturar la snitch se recompensaba con ciento cincuenta puntos.

- Así, si les sacamos una ventaja de cincuenta puntos, no tienes más que atraparla - decía Wood a Harry todo el tiempo - sólo si les llevamos más de cincuenta puntos, Harry, porque de lo contrario ganaremos el partido pero perderemos la copa. Lo has comprendido, ¿verdad? Tienes que atrapar la snitch sólo si estamos...

- ¡YA LO SÉ, OLIVER! - gritó Harry.

Toda la casa de Gryffindor estaba obsesionada por el partido. Gryffindor no había ganado la copa de quidditch desde que el legendario Charlie Weasley (el segundo de los hermanos de Ron) había sido buscador, pero Harry dudaba de que alguien de Gryffindor; incluido Wood, tuviera tantas ganas de ganar como él. Harry y Gael se odiaban más que nunca. A Malfoy aún le dolía el barro que había recibido en Hogsmeade, y le había puesto furioso que Harry se hubiera librado del castigo, Harry no había olvidado el intento de Malfoy de sabotearle en el partido contra Ravenclaw, pero era el asunto de Buckbeak lo que le daba más ganas de vencer a Malfoy delante de todo el colegio.

Nadie recordaba un partido precedido de una atmósfera tan cargada, cuando las vacaciones terminaron, la tensión entre los equipos y entre sus respectivas casas estaba al rojo, en los corredores estallaban pequeñas peleas que culminaron en un desagradable incidente en el que un alumno de cuarto de Gryffindor y otro de sexto de Slytherin terminaron en la enfermería con puerros brotándoles de las orejas.

Harry lo pasaba especialmente mal, no podía ir a las aulas sin que algún Slytherin sacara la pierna y le pusiera la zancadilla. Crabbe y Goyle aparecían continuamente donde estaba él, y se alejaban arrastrando los pies, decepcionados, al verlo rodeado de gente. Wood había dado instrucciones para que Harry fuera acompañado a todas partes,
por si los de Slytherin trataban de quitarlo de en medio, toda la casa de Gryffindor aceptó la misión con entusiasmo, de forma que a Harry le resultaba imposible llegar a tiempo a las clases porque estaba rodeado de una inmensa y locuaz multitud, estaba más preocupado por la seguridad de su Saeta de Fuego que por la suya propia. Cuando no volaba en ella, la tenía guardada con llave en su baúl, y a menudo volvía corriendo a la torre de Gryffindor para comprobar que seguía allí.

[HIATUS] No elegí Enamorarme  / Drarry HarcoWhere stories live. Discover now