XXIX: SI TAN SÓLO

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13 DE JULIO DEL 2000.

— Otra vez leyendo la carta de Potter —no era una pregunta. Hermione se sobresaltó, desviando el rostro al lado contrario para evitar que su esposo le viera el rostro empapado en lágrimas. Aunque fue muy tarde—. Y nuevamente estás llorando... Si tanto lo extrañas, ¿por qué no le respondes? —Viktor no quería sonar celoso, pero sí lo estaba.

Hermione no dijo nada. Dobló la carta de su amigo Harry y la guardó junto al resto, dentro del cofre que se haya sobre la mesa de noche.

Hacía días que recibió esa carta. Una que le partió el corazón y que la llenó de muchos remordimientos, tanto nuevos como viejos. Era inevitable no llorar cuando una parte de ella estaba deshecha, quebrada y de luto.

— Sé lo que piensas —dijo, en un hilo de voz. Viktor tomó asiento a su lado—. Y no cambiaré de opinión, Víctor... Mi vida ahora está aquí. ¿O es que acaso quieres que me vaya?

Viktor se pasó una mano por el cabello. Sonrió sin gracia y con el dolor reflejado en sus ojos oscuros, dijo.

— ¿Hay alguna diferencia del ahora, Hermione? —dijo, tratando de no sonar duro. Hermione lo miró con los ojos hinchados y rojos. Él añadió—: ¿De qué vale si te vas o te quedas si de igual forma me tienes lejos de ti? —exhaló, tomando las manos de Hermione entre las suyas—. Siempre he querido tu bienestar..., el de ellos también. Lo sabes perfectamente. Y si me dices que deseas irte a Londres... Aunque me duela, te apoyaré... Pero no me hagas ver cómo te consume la infelicidad a mi lado, porque no lo soportaré.

Hermione negó, dejando ir más lágrimas.

— Tú no me haces infeliz, Viktor —se mordió el labio sintiendo un nudo en la garganta—. Soy yo... Siempre seré yo... No he podido desprenderme del pasado aunque quisiera... —Viktor bajó la vista al vientre hinchado de Hermione—. Mi mayor temor es que ellos jamás me lo perdonen.

Lloró. Lloró con el dolor de su alma. Con el corazón estrujado y la tristeza fluyendo por cada poro de su cuerpo.

Viktor la abrazó de inmediato. Acurrucándola entre su pecho como lo hacía en las noches en las que Hermione despertaba sobresaltada por una pesadilla. Acarició su cabello y dejó que se desahogara.

— Escúchame bien... —se alejó para verla a los ojos—. Si algún día llega ese momento... Ellos sabrán entenderte, porque eres su madre y siempre lo vas a ser.

Viktor besó la frente de Hermione, dándole luego una cálida sonrisa que ella respondió con un abrazo fuerte.

— Gracias, Viktor...

Theo corría de un lado a otro, no recordaba dónde había dejado su varita. Desde que Luna pasaba más tiempo entre el Quisquilloso y las visitas a casa de los Potter, a él le tocaba arreglárselas en la Mansión solo. Anteriormente no era un problema, siempre fue bastante organizado y meticuloso como para conocer cada centímetro de su casa, pero el vivir con una artista como su esposa, le había convertido en un despistado de cierta manera. Luna conseguía todo en un día por tres; estuviesen dónde estuviesen.

Mientras corría por los pasillos de las habitaciones, pensaba seriamente en conseguir un elfo doméstico. Desde que su padre había ingresado como Mortífago y él pasaba más tiempo entre Hogwarts y la Mansión Malfoy, no hubo necesidad de uno, además de que el anterior elfo doméstico de los Nott falleció de vejez.

— ¿Andas perdido Nott? —bromeó Pansy recostada en el marco de la puerta de la habitación que hace dos meses ocupaba.

Theo dió un respingo, soltando una maldición. Cosa que hizo reír a Pansy aún más.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon