VII- BATALLA DE SECRETOS, VESTIDO ESPANTOSO Y, ¿LUNA?

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          27 DE FEBRERO DEL 2000

  La familia de Viktor; su abuela paterna Helena Krum, su hermana mayor Aleksandar Krum-Lubbock y el esposo de esta, Barts Krum-Lubbock, se hallaban de visita en el apartamento de Hermione en Bluemmauld Place, lugar que desde que fue anunciado su compromiso era concurrido por estilistas, modista, y asesor de boda, cosa que le irritaba. El pelinegro hacía de todo por mantenerla calmada, pues en su estado no podía estar alterada; más las incesantes preocupaciones de su abuela por la boda, volvía un poco arduo el objetivo.

Ese día en particular, las mujeres Krum no dejaban descansar a la pobre castaña, quién por un momento se tuvo que encerrar en su armario para poderse comer un tarro de cucarachas con tranquilidad.

La puerta del armario se abrió y de un respingo soltó el tarro regando su contenido entre sus piernas y el suelo. Viktor rió un poco al ver su cara de espanto, aunque de igual forma seguía viéndose hermosa en su pantalón de pijama y suéter con estampado de gaticos.

  ─ Con que escondiéndote de la nana Krum, ¿no?

Hermione agachó la cabeza enterrándola en sus piernas, se sentía mal ya que pensaba que el pelinegro estaba enfadado con ella. Viktor realizó un hechizo sin varita, y al instante el reguero de dulces desapareció, y luego se sentó al lado de Hermione envolviéndola en un tierno abrazo que la reconfortó.

─ Lo siento ─murmuró contra el pecho fornido de Viktor, este suspiró besando su cabeza.

─ Herms, no tienes por qué disculparte ─dijo buscando su mirada, y al hallarla continuó─: Solo bromeaba… La nana Krum puede ser muy desesperante a veces, o siempre… ─entornó los ojos recordando su niñez, reacción que le sacó una sonrisa a Hermione─. Eso, así me gusta verte. ¿Te he dicho que te ves hermosa cuando sonríes?

Ella rió golpeándole con la palma su rodilla de forma cariñosa─: Me lo dices a cada segundo… Creo que en eso te pareces a Helena.

─ Eres malévola ─achicó sus ojos negros golpeando con su dedo índice la punta de la nariz rosada de Hermione─. No tenías que esconderte aquí ─Hermione iba a hablar y él la interrumpió─, para eso está mi apartamento. Ahí no te encontraría tan fácilmente.

El sonido de unos toques a la puerta cortó sus risas, y dando suspiros de resignación, Viktor la ayudó a ponerse en pie.

─ Creo que estoy engordando…

─ Estás hermosa.

─ Tonto ─le sacó la lengua─. No. Digo que tú abuela quiere que use el vestido que ella usó hace milenios, y no sé si me quede ─se acercó para hablarle más bajito y que nadie la escuchara─. Recuerda que solo Obalonks sabe de mi embarazo.

Viktor pareció pensar por un momento y luego habló.

─ Tranquila, ya me encargué de eso ─Hermione lo miró sin comprender, Viktor sacó del bolsillo de su pantalón una botellita con un contenido viscoso púrpura, y luego se la dio─. Es una pócima. Obalonks me ayudó a prepararla, es para que tu embarazo no se note; solo dura una semana. Tiempo suficiente para ya estar casados y que mi familia regrese a la Mansión Krum.

Hermione saltó a sus brazos besándole la mejilla, y entre risas cómplices salieron de la habitación con la mirada analítica de Aleksandar sobre ellos.

─ ¡Aquí estás! ─Helena Krum abrió sus brazos apretujando a la castaña contra sus pechos grandes. Viktor rió  por lo bajo, pero no pasó desapercibido por su prometida quién le daba una mirada asesina que lo detuvo en seco─. Har-mio-, querida, tenía una hora buscándote, ¿dónde te habías metido?

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now