XXV: EL REGALO DEL HURÓN

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05 DE JUNIO DEL 2000.

«Kingsley Shacklebolt es un Ministro incompetente. Hasta el día de hoy siguen desapareciendo muchos magos y brujas de forma extraña...»

«Se le augura un nuevo líder al Ministerio de Magia»

«¡FUERA SHACKLEBOLT!»

El señor Arthur Weasley lanzó el Profeta a la mesa de forma brusca. Su esposa, Molly, dejó de tejer el jersey rojo; uno de los tantos jersey que preparaba como regalo para navidad.

— ¿Sucede algo, Arthur?

— Es esa Rita Skeeter de nuevo —tenía las cejas juntas—. Cómo siempre anda distorsionando los hechos y lo peor, es que todos le están creyendo... Me iré al Ministerio, Molly. Shacklebolt debe necesitar ayuda...

Su esposa tomó su mano entre las suyas y, con un beso en los labios, lo dejó ir.

Cinco minutos después, el crepitar de la chimenea avisó la llegada de un visitante. No hizo falta que Molly Weasley preguntase quien era pues su hija menor, Ginny, entró con afán mientras murmuraba miles de impropios a quien sabe quién. Aunque ella ya tenía una idea en mente.

— ¡No aguanto más! —dijo la pelirroja menor con los brazos al aire. Molly la observó desde el umbral de la cocina; Ginny llevaba un ostentoso tocado de esmeralda en el cabello, y aunque era muy hermoso, en esas circunstancias era un objeto bastante costoso como para estar en la cabeza enmarañada de su hija en ese momento—. Cariño... ¿Qué...?

Ginny se giró, su madre le señaló con el dedo algo sobre su cabeza. Irritada, se arrancó el hermoso tocado dejándolo sobre la mesa.

— Narcissa Malfoy... —dijo, exhalando sonoramente—. Cómo hoy es el cumpleaños de su amado hijito..., quiere que la ayude con los arreglos y demás —a Molly no le pareció tan malo, pero conociendo a su hija, sabía que había algo "peor"—. Bien, eso medianamente pude soportarlo. Pero también desea que me vista de lino fino para la fiesta y ande como zarcillo al lado de Malfoy... ¡Yo ni siquiera pensaba estar! ¡Maldito hurón teñido!

— ¡Ginevra Weasley! —si algo no le agradaba a Molly Weasley era escuchar malas palabras en su hogar, para ella, eso significaba una ofensa y falta de respeto al aura familiar—. No veo ningún problema, Ginny... La señora Malfoy solo desea un buen cumpleaños para su hijo..., junto a su esposa —terminó por aclarar para disgusto de Ginny.

Ginny bajó la mirada, tenía tantas ganas de llorar pero se abstuvo. Detestaba verse vulnerable.

— Querida... —Molly tomó asiento a su lado, Ginny se acurrucó en su pecho justo como cuando era solo una niña. Vaya que extrañaba estar más tiempo con su madre. Entre el Quidditch y cumplir con los asuntos de señora Malfoy, muy pocas veces visitaba la Madriguera, su hogar.

— ¿Desde cuándo le tienes tanto aprecio a ese?

— «Ese» es tú esposo por ley —Ginny arrugó la nariz, odiaba que le recordasen que era esposa de Draco—. Además, hija, Draco se a portado muy bien con la familia. Ayudó en los exámenes de Victoire y por lo que nos contó Daphne, George y él planean expandir Sortilegios Weasley. Y sin olvidar cuando se puso en búsqueda de Neville junto a los demás...

— ¡Uhg! —Ginny rodó los ojos—. Ahora resulta que el Mortífago es todo un ángel... No puedo creer que mi propia familia se ponga de su parte...

La señora Molly sonrió, ella podía ver un brillo en los ojos café de su hija, uno que no estaba ahí antes de irse a la Mansión Malfoy.

— Ginny, cariño, deja ese orgullo de lado y escucha a esta mujer que ya lleva sus años de experiencia —Ginny apretó los labios, rehusándose a ceder al consejo de su madre—. Al menos inténtalo hoy... Comienza con un regalo de cumpleaños, quizá eso suavice tu relación con él.

Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú".  [TERMINADA]Where stories live. Discover now