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Hogwarts no era lo mismo, Snape era el director... nada bueno podía salir de eso pensó Jaylene mientras miraba con curiosidad lo mucho que había cambiado todo.

-Draco... no te separes de mi, entendido?- le preguntó ella ahora al platinado que rodó los ojos.- De todos modos no se que buscas tanto... ademas, por que vamos a escondidas?

-Por qué me parece divertido.- respondió icon sarcasmo este.- Por que crees que vamos a escondidas? Si nos ven lo más probable es que nos maten a crucios.

Ambos platinados intentaban buscar al azabache el cual s encontraba en el gran comedor junto con todos esperando a crear un plan para poder vencer finalmente a Voldemort.

George por otra parte se encontraba en un rincón algo apartado de todos, de brazos cruzados.
-Que alegría verte de nuevo George, aún que no pensé que fuera en estas condiciones.- dijo la voz de McGonagall a su lado haciendo que este sonriera tristemente.

-Veo que al final s ema aprendido nuestros nombres...- bromeó este a lo que la profesora rodó los ojos.
-Vamos George, era fácil distinguiros, uno estaba totalmente enamorado de cierta serpiente... me equivoco?- le preguntó con una sonrisa divertida.

El pelirrojo se cruzó de brazos algo avergonzado.
-Sabía que usted hacía lo posible por juntarme con ella...- mencionó este.- Ya que estamos hablando de ella... por casualidad sabe si... Jaylene está aquí?

La profesora bajó la cabeza.
-Draco Malfoy tampoco esta aquí, no se por qué.- murmuró ella.- Siento no poder ayudarte.

George negó restándole importancia. Entonces fue cuando vio como Flich se llevaba a los Slytherin de allí. A todos. Vio como muchos tenían una cara de preocupación y se dio cuenta d e que era muy probable que una guerra estallara ahí mismo.

Fue junto con Fred el cual le dijo que estarían mejor arriba, donde podrían ver mejor.
-Estás bien Freddie?- le preguntó de repente a su gemelo el cual asintió.- Yo también.

-Tienes miedo.- dijo de repente Fred haciendo que George lo mirara extrañado.- Que has pensado hacer cuando la veas en el otro bando?

Si, Jaylene no era mala aún así formaba parte de los mortífagos. El pelirrojo no olvidaba el hecho de que era muy probable que tuviera que luchar contra ella.

Entonces pasó. La barrera protectora que habían creado los adultos para proteger a Hogwarts se había roto dando paso a un montón de mortifagos.

Y fue cuando George negó para su mismo para tomar con fuerza su varita y defender Hogwarts junto con todos.

Pero que debía hacer la chica en un momento como ese? Le había dicho a Draco que ni se separara de ella pero obviamente el platinado no hizo ningún caso.

Veía como la gente iba muriendo, gritando por piedad y algunos llorando, temblaban pues temían no poder sobrevivir.
-Fred!? George!?- gritó una voz femenina.

Los pelirrojos no dudaron en ir junto con Angelina la cual se encontraba junto con Katie y Oliver quien había venido a ayudar.
-Tenemos que seguir chicos, no podéis fallar.- les advirtió el ex capitán.

Y ahora era Jaylene la que tenía que tomar la decisión más importante de su vida, seguramente. Aquello lo determinaría todo.

Ver como Hogwarts se destruía, ver como sus compañeros caían intentando defender lo que consideraban su casa.
-Aquí estas sobrina!- chilló Bellatrix arrastrándola con ella mientras se dirigían hacia el gran comedor.

La mujer que reía como una desquiciada mientras mataba a más y más gente sonrió más cuando vio como cierta pelirroja se encontraba a espaldas de ella sin protección.
-Oh, esto será divertido...- empezó a decir ella.

Jaylene claramente sabía sus intenciones.
-No, Bellatrix!- le gritó ella ahora moviendo su brazo, consiguiendo que su tía fallara de pleno.

Ginny se giró al igual que Molly quien miraba con odio a ambas mujeres.
-Tú... con mi hija no, perra!- dijo mientras apuntaba directamente a Jaylene quien se encontraba delante de Bellatrix.

Y cuando Molly iba a atacar a la platinada, Bellatrix empujó a la chica, quedando ella como objetivo. La señora Weasley había matado a Bellatrix Lestrange.

Y Jaylene no podía pensar con claridad. Empezó a sentir explosiones y muchos gritos de ayuda. Se tapo las orejas con sus manos mientras seguía en el suelo esperando que nadie le diera.

-Mira quien tenemos aquí. Si es la hija de los Malfoy...- dijo una voz gruesa y rasposa. Augustus Rookwood la miraba con burla.

Jaylene no se dio cuenta cuando el hombre la tomó del brazo con fuerza y empezaron a caminar sin rumbo al parecer.
-Suéltame, suéltame!- gritaba la platinada.

-Niña insolente! Órdenes de tu padre!- le dijo este sin importarle hacerle daño alguno.
-Me da igual! He dicho que me sueltes!- dijo ella finalmente consiguiendo desacérese del agarre.

-Bombarda maxima!- se escucho la voz del hombre, y fue cuando la chica vio como la
pared que tenía delante suyo explotaba y se derrumbaba en pedazos.

-No deberías haber hecho eso... niña tonta. He tenido que soportar tus quejas y caprichos durante demasiado tiempo! Pero se acabó.- dijo apuntándola con su varita.- Últimas palabras?

Jaylene mantenía los brazos levantados en forma de rendición. Pensaba que todo estaba perdido. Pensaba.
-Sectumsempra!- dijo alguien detrás de Augustus dejándolo en el suelo, gritando del dolor.

-Donde has aprendido ese hechizo?- le preguntó la chic ahora con una pequeña sonrisa divertida.
-En serio? Casi mueres y no me agradeces nada? Sobre el hechizo... digamos que he tenido algunas experiencias...- mencionó este mientras saludaba a levantarse a la chica.

-Gracias Draco, contento?- le preguntó ella ahora olvidándose de una cosa. Estaban en medio de una batalla. La chica lo supo en cuanto la marca empezó a dolerle.

-No quiero ir.- dijo ella ahora.- Que hago?
-Me lo preguntas a mi? En serio?- le dijo este sin saber darle una respuesta.

Ambos platinados no sabían que hacer. Sin duda nunca pensaron en que esa situación pudiera suceder.
-Nos quedamos.- dijo ella finalmente.- No iremos con todos los mortífagos.

-Parece que si te has dado un buen golpe... sabes que eso es imposible. No podemos traicionar a nuestra familia de esa manera.

Jaylene miró el panorama. Vio que no quedaba ningún hombre/mujer enmascarado ni ningún mal. Solo sufrimiento. Se sentía vacío.

La chica miró detrás suyo y se encontró con lo que tanto había estado buscando. Ahí estaba, con los ojos llorosos, y los nervios a mil, George abrazando a Fred quien parecía en estado de shock.

my weakness (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora