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𓆏

Pero quién sabía que el tiempo pudiera pasar tan rápido? Quién sabía que Cedric Diggory acabaría muriendo al participar en ese estúpido torneo de los tres magos?

Después de la segunda prueba que consistía en rescatar su mayor tesoro, en el caso de los participantes, la persona más importante para ellos, vino la tercera y última prueba que consistía en un simple laberinto.

Fácil, cierto? Eso era lo que decían muchos cuando aún no había empezado. Después de tiempo esperando a que los campeones salieran, fue una tragedia como Harry apareció junto con el Hufflepuff y la copa, terminando el torneo con una muerte de lo más impactante.

Nadie se lo creía hasta que Amos, el padre del chico vio el cuerpo de su hijo sin vida delante del suyo y gritó de dolor y tristeza. Sufrimiento al igual que muchos de los que se encontraban ahí.

Fue duro tener que asistir a la despedida del Hufflepuff y fue duro tener que darse cuenta de que Cedric Diggory ya no estaría con ellos.

Jaylene se encontraba en el tren de vuelta a casa, con la carta que le habían enviado sus padres, diciéndole que su compromiso tendría lugar antes de lo previsto por ciertos rumores.

Rumores, en realidad verdades, pero quién los había iniciado? Jaylene con tenía conocimiento para saber que Alastor Moody en realidad no era más que Barty Crouch Jr. con una poción multijugos había visto como la mayor de los Malfoy había estado más cerca de George Weasley de lo que le tenían permitido.

Claramente le envió una carta a Lucius explicándole la situación. Que pena que la platinada siguiera creyendo que había sido su hermano quien no tenía la culpa de nada.

Prefirió no estar con nadie. Aún tenía que procesar el hecho de que se casaría con alguien al que no quería y que probablemente no conocía de nada. Que horror.

Pero como podía saber ella que en ese instante entrara George algo preocupado. Cuando el pelirrojo abrió la puerta, inmediatamente la platinada escondió la carta esperando que no le hiciera preguntas sobre el tema.

-Te estaba buscando... por qué estás sola?- le preguntó ahora cerrando la puerta del compartimento y cerrando la cortina que dejaba ver el exterior, dándoles más privacidad para hablar.- Que es eso?

Mierda pensó la chica cuando el pelirrojo señaló la carta, la cual no quería mostrar.
-Mis padres... nada importante.- mencionó ella con una pequeña sonrisa.

George por otro lado se sentó a su lado y le tomó de la mano, inmediatamente pudo notar que ella estaba temblando.
-Va todo bien?- le preguntó ahora algo más preocupado.- Sabes que puedes contarme todo, verdad?

-Claro.- respondió ella sintiéndose más culpable.- Yo... quería preguntarte algo.- dijo ella a lo que el pelirrojo sonrió divertidamente mientras la miraba.- Tu te sientes cómodo conmigo?

-A que te refieres exactamente con cómodo?- le preguntó este haciendo que ella encogiera sus hombros más nerviosa.
-Cómodo con todo esto de tener que mantener... todo esto en secreto.- dijo ella ahora mirándolo con algo de tristeza.

Cuando George se acercó a ella y le dejó un pequeño beso en los labios, supo que estaba equivocada. Cielos, separarse de él sería más difícil de lo que pudo haber imaginado.

-Me gustaría poder abrazarte o hablarte cuando quiera pero entiendo que no es posible de momento, de todos modos estoy feliz de que estés conmigo.- dijo ahora haciendo que Jaylene suspirara.- Va todo bien?

-Por qué tienes que ser así?- le preguntó mientras apoyaba su cabeza en el pecho de este y el pelirrojo la abrazaba.- Eres demasiado para este mundo, lo sabías?

Se sentía realmente mal por todo. Jaylene sentía que era la persona con más suerte y a la vez la que tenía la peor. El simple hecho de tener que separarse de él por su estúpido compromiso le daban ganas de llorar.

-Eso no me lo esperaba... segura que todo va bien?- le preguntó este mientras le acariciaba el pelo tranquilamente.- Jaylene...
-No, no va todo bien, más bien, nada va bien.- murmuró ella aferrándose a él.- Lo siento.

-Qué? Por qué?- le preguntó este ahora más preocupado.
-Me gustaría que nada de esto tuviera que importar, me gustaría que mi familia no odiara a la tuya, lo siento.- dijo ella ahora separándose.

-No es tu culpa, Y eso, ya lo solucionaremos, ya verás que todo tendrá una solución.- le intentó animar pero la Slytherin sabía que no.

Empezó a negar, dándose cuenta de la realidad. Dándose cuenta de que en algún momento ella y George tendrían que separarse para siempre.

-Sabes que es imposible.- le dijo finalmente mirándolo.- Por mucho que digamos que entre todo esto habrá una solución, por más que luchemos nada de esto, va a funcionar.

-No digas eso, Jaylene no entiendo, por qué dices que es imposible si ni siquiera lo hemos intentado.- mencionó este ahora confuso.- Te quiero, y nada, ni un apellido podrá cambiar eso.

El pelirrojo se fijó en la carta que la chica trataba de ocultar y trató de entender que había sido lo que había hecho que Jaylene se comportara de esa manera.

-Lo saben?- preguntó de repente captando toda la atención de la chica.- Tus padres, lo saben, cierto?
-Si.- respondió ella finalmente bajando la cabeza.- Lo siento George.

No podía creérselo, el pelirrojo no podía creer que tuvieran que separarse. Cuando la chica se levantó del asiento ya que la velocidad del tren disminuía, el chico también se levantó.
-George, por favor.- empezó a decirle ella intentando pasar.

El pelirrojo por otro lado solo la envolvió en un abrazó con el mayor cariño que podía darle en ese momento, haciendo sentir a Jaylene segura con él.

-Te voy a extrañar.- soltó este haciendo que la chica quien aún estaba algo sorprendida le correspondiera de la misma manera, abrazándolo con todas sus fuerzas.- Arreglaremos esto, lo prometo.

En realidad podían? Jaylene se hacía esa pregunta mientras se aferraba al pelirrojo como si fuese el último momento juntos que tuvieran, como si no volvieran a verse nunca más.

Por qué en su cabeza surgía la pregunta, "¿y si era la última vez?", no quería que eso terminase.

my weakness (George Weasley)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon