Capítulo Once.

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La cita fue genial, comieron y caminaron por varios lugares lindos que eran del agrado de Bakugo. Midoriya no podía estar más feliz, agarraba la mano de su pareja y lo abrazaba, hizo reír al rubio y este le compensó con un beso.

Ahora estaban en un parque pequeño, Katsuki tenía su cabeza recargada en el hombro del menor y este acariciaba sus manos con cariño.

El sol ya se había metido y ellos estaban tan tranquilos.

—Kacchan— Paso su brazo por la espalda del rubio para dejarlo en su cintura, Bakugo lo miró fijamente, Izuku no lo soporto y beso los rojos labios del mayor —...Te amo Kacchan

Bakugo sonrió y apartó la mirada con vergüenza, se levantó del lugar y el pecoso lo siguió, se tomaron las manos y volvieron a caminar tomados de las manos. Katsuki sonreía y Midoriya hacia lo que sea para ver esa hermosa sonrisa.

Izuku estaba tan bien en esos minutos, pero sabía que no todo podía salir tan bien, podría pasar cualquier cosa que él trataría de evitar a toda costa. Miraba a los costados por si alguien se acercaba con intenciones de hablarles o por cualquier pequeñez. Pero cuando el rubio le pidió una bebida caliente y le dijo que lo esperaría sentado frente a los juegos, algo dentro de él se revolvió, pero no lo pensó mucho, tal vez solo eran sus nervios.

Tan rápido como pudo pago la bebida de su pareja y salió disparado hasta donde Katsuki le mencionó. Cuando distinguió la cabellera ceniza de su pareja, también pudo ver una negra.

Se acercó con curiosidad, Bakugo se miraba irritado y la otra persona no parecía darse cuenta de eso, pudo ver mejor su rostro, frunció el ceño ante reconocer a la persona.

Se quedó estático, no podía pensar con cuerencia, Katsuki al percatarse de su actitud se levantó de su lugar con una sonrisa y lo abrazo, pasando sus brazos por sus hombros, dejó un pequeño besoy después con cariño tomó su brazo y se pego a él.

El pecoso sólo pudo sonreír bobamente, sintiendo sus mejillas tan rojas como los ojos de su pareja, le entregó la bebida y pasó su brazo por la cintura del mayor.

Hola Midoriya

—Shindo— La sonrisa del pelinegro como siempre era aterradora. El menor desvío la mirada, no soportaba tenerlo cerca, y Bakugo parecía de la misma forma.

¿Podrías prestarme a Katsuki-kun?— Se levantó de la banca y acaricio la rebelde cabellera. La muñeca del pelinegro fue tomada con fuerza —Bien, bien, entiendo— Alzó las manos en modo de no ser una amenaza.

Bakugo le pidió a Izuku irse de ese lugar, seria lo más conveniente, se despidieron de mala gana del mayor. Regresaron a la residencia y Katsuki fue apartado por sus amigos, llevándolo a la habitación de alguno de ellos, Izuku suspiro rendido.

Las cosas se resolvieron de la mejor manera posible, Deku ahora podía pasar todo el tiempo que quisiera con su rubio favorito, pero aún tenía que arreglar las cosas con el grupo de su pareja.

Lunes por la tarde, el sol estaba agradable y ellos en la sala, Bakugo estaba sentado en el suelo de su propia habitación, pasaba un buen rato con el rubio eléctrico, jugando y riendo de cosas estúpidas.

La puerta fue tocada y después de unos segundos está se abrió dejando ver a un peliverde, Midoriya mantenía una brillante sonrisa y parecía haber hecho resientemente ejercicio. Su cuerpo se miraba brilloso por el sudor y su cabello estaba peinado hacia atrás dándole un plus adicional.

Los dos rubios se quedaron callados, Katsuki estaba sonrojado y Denki pensaba que Bakugo sería destrozado en la hora de tener sexo.

—Kacchan, solo...Oh, hola Kaminari-kun— Sonrio mientras con su camiseta limpiaba su cuello y parte de su rostro —Quería pedirte ayuda, no pude entender las últimas clases de la semana pasada y ya que estos días serán libres pensé en ir a mi casa para estudiar, ¿qué te parece?— Sonrió, con tanta dulzura que Bakugo no pudo negarce.

¿ᵃᵐᵃᵇˡᵉ? [𝘿𝙚𝙠𝙪𝘽𝙖𝙠𝙪] CANCELADA Where stories live. Discover now