KARMALAND VR

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Auron, Luzu y Vegetta desayunaban en la cocina. Poco a poco el sonido de su conversación fue llegando al resto de amigos, que se fueron uniendo, la mayoría más dormidos que despiertos. Cuando Rubius apareció, completamente despeinado y luchando por abrir del todo los ojos, a Vegetta se le olvidó que estaba mojando una galleta en el café y ésta se rompió, perdiéndose en el fondo de la taza.

- ¡Buenos días, Calvo! 

Rubius ni siquiera reaccionó a la voz de Auron, y se movió como un autómata por la cocina en busca de algo que le ayudase a despertar. Sin que tuviera que pedirle ayuda, Vegetta se encargó de que tuviera listo un café y un lugar donde sentarse. 

La llegada de Fargan animó mucho el relajado ambiente, y poco a poco todos fueron despertando del todo y preparándose para volver a sus casas.

Vegetta quería irse pronto para poder aprovechar algo de la tarde de domingo que quedaba, seguramente haría algún directo, pero antes de irse necesitaba hablar con Rubén. 

Lo encontró en la habitación, sentado en la cama y con la mirada perdida mientras intentaba todavía convertirse en una persona normal del mundo de los despiertos. Vegetta no pudo evitar sonreír al verle, y se sentó a su lado. 

- Ey. 

- Ey... 

- Me voy a ir ya. 

- ¿A dónde?

- A mi casa. 

Esas palabras hicieron que Rubius alzara la vista para mirarle.

- ¿Ya?

- Sí... 

- Oh... 

Rubius bajó la mirada de nuevo, sin saber qué más decir. Su cerebro no funcionaba bien todavía a esas horas, así que tardó un poco en hacer la siguiente pregunta. 

- ¿Cuándo te vuelvo a ver?

- No lo sé... pero iremos viendo cómo hacemos, ¿sí?

Rubius asintió con la cabeza. Esa respuesta era suficiente por el momento. 

Vegetta le sujetó con delicadeza la barbilla y le besó suavemente. Dejaron que ese beso se alargara durante varios segundos, disfrutando de cada detalle, cada roce de sus labios, de sus respiraciones sobre la piel, de su aroma. 

***

MÓVIL DE VEGETTA