Used to You - Volkacio AU

Parte 22

Los seis días que faltaban para el 31 de diciembre pasaron relativamente rápido, en ese tiempo Horacio terminó de idear y preparar su plan para atraer a Conway a su pequeña celebración de año nuevo, tampoco era un plan muy elaborado, pero por lo poco que conocía al agente federal, asumió que hicieran lo que hiciesen, él sospecharía y evitaría caer en la trampa a toda costa, pero al final no tenían nada que perder intentándolo.

En cuanto el sol comenzó a esconderse, juntos prepararon algunas cosas para lo que harían esa noche, Volkov tomó a Amane y la introdujo en su transportador, no iba a dejarlo solo en su primera noche de año nuevo, sabía que la gente encendería pirotecnia de forma ilegal, como policía todos los años acudía a avisos, por lo que decidió llevárselo consigo y ahorrarle el estrés innecesario. Horacio por su parte preparó bocadillos sencillos y una nueva botella de champaña, eso no podía faltar, en la misma hielera dejó 3 copas de vidrio que compró, ya que temía usar las finas que tenía el ruso en casa. En los días anteriores también habían logrado conseguir tres sillas plegables que lograron encajar en el vehículo de Volkov después de algunos intentos conjuntos.

Una vez todo estuvo listo, partieron juntos hacia los cerros de Vinewood, instalándose en una zona plana no muy lejos del gran letrero de letras blancas que lo decoraba. Bajaron todo del auto y acomodaron la escena, procurando taparla con el coche para que no fuese tan evidente a primera vista.

Pendiente del reloj, cuando faltaban algunos minutos para las doce de la noche, Volkov llamó a Conway.

- Aquí Conway - contestó en poco tiempo.

- Buenas noches Conway, necesito algo de apoyo en mi 10-20, ¿Está ocupado? - le preguntó procurando mantener su tono neutro de siempre.

- ¿Apoyo? Manda 10-20, acudo - respondió.

Celebrando el éxito de su plan, esperaron la llegada del amargado hombre sentados en las sillas plegables, mirando las luces de la ciudad tomados de la mano.

Conway no tardó llegar a la escena con su chaqueta del FBI bien puesta y su arma de servicio a mano, definitivamente no esperaba encontrarse con la imagen que se topó, si el ruido de sus pisadas no lo hubieran delatado, ya hubiera dado media vuelta en silencio para escapar de lo que sea que aquellos hombres estaban haciendo.

- Bienvenido - le saludó Volkov alzando su copa en cuanto se percató de su presencia.

- ¿Pero qué cojones? ¿Para qué mierda me llamaste? -

En vez de responder a su pregunta, el ruso insistió en que se les uniera.

- ¿No quiere una copa? -

- Vaya mierda, no puedo creer que me hagas perder el tiempo así, eres comisario cojones - le reprendió de inmediato.

- Pensé que quizás querría pasar unos minutos con nosotros - agregó Horacio asomándose a la conversación.

El agente federal desvió la mirada del ruso al moreno sentado junto a él, no dudaba ni un segundo que la principal influencia de todo aquello era ese hombre, Volkov tenía claro que esas cosas no eran de su agrado, pero no podía negarse si lo veía con esos ojos que ven el bien en todos, simplemente no podía.

- ¿Fue tu idea? - le cuestionó.

Horacio solo asintió sin borrar la sonrisa dibujada en su rostro.

- Hmmm, - pensó seriamente en irse, pero por alguna razón eligió darles una oportunidad - Bah - exclamó antes de tomar asiento a regañadientes.

Volkov inmediatamente le regaló una sonrisa victoriosa a Horacio, quien comenzó en seguida una animada conversación que incluyera a todos los presentes.