Parte 6

3.9K 488 340
                                    

Trigger Warning--> Violencia intrafamiliar

Después de un par de mensajes y una organización conjunta, el día del viaje a las afueras de la ciudad eventualmente llegó. Volkov estacionó su vehículo fuera del edificio de Horacio y lo llamó para que bajara, pero él ya lo estaba esperando pacientemente en la otra acera. Por alguna razón, Volkov sintió la necesidad de vestir de manera casual pero al mismo tiempo sofisticada, su cerebro le decía que la situación lo ameritaba, en cambio Horacio iba vestido de manera muy simple, solo llevaba unos pantalones de mezclilla y una camiseta, además de una gorra que escondía su característica cresta, ya lo había visto un par de veces vestido de manera casual, pero siempre tenía algo que le daba originalidad, sin embargo esa vez iba vestido como si quisiera pasar inadvertido.

El viaje no se hizo muy largo, pasaron el camino mayormente en silencio, Volkov podía sentir como Horacio se tensaba de vez en cuando estando completamente enfrascado en sus pensamientos, intentó encender la radio para disipar el denso ambiente, y en cierto punto funcionó, más que nada porque Horacio valoraba los intentos del ruso para hacerlo sentir mejor.

Llegaron a una casa de tamaño mediano, era fácil inferir que en algún momento había sido una casa familiar de pocos integrantes, pero ahora solo la cuidaba una mujer en soledad, el jardín estaba algo descuidado, pero el interior parecía ser mantenido con regularidad.

Al abrir la puerta, Volkov se detuvo y dejó que Horacio pasara, tenía en mente esperarlo afuera y no invadir su privacidad, pero el de la gorra detuvo sus pasos y se volteó nervioso.

- ¿Podrías acompañarme? - preguntó en una suave voz removiendose en el lugar.

Volkov asintió e intentó transmitirle seguridad, no sabía que tan mala estaba la relación con su madre, intuía que su presencia sería incómoda, pero si Horacio lo necesitaba iba a estar ahí para él.

Mientras se adentraba en la casa, el ruso observó discretamente el ambiente que lo rodeaba, no había fotos ni retratos familiares, lo que más destacaba era un bar lleno de botellas de licores fuertes, pero no había vasos que indicaran que se utilizara en reuniones sociales con frecuencia, y aun así las botellas estaban medio vacías.

- ¿Mamá? - llamó Horacio con voz temblorosa.

Se escuchó una respuesta en una de las habitaciones interiores, el de gorra se volteó para asegurarse de que Volkov estuviera siguiéndolo de cerca, y en respuesta el ruso le regaló una ligera sonrisa.

Siguiendo su camino llegaron a una habitación donde una señora de edad avanzada leía recostada en un sofá.

- Dame un minuto - dijo la mujer con una voz rasposa.

Horacio se quedó en su lugar con las manos detrás de su espalda, tiraba las mangas de su camiseta nervioso mientras esperaba a que la mujer terminara su lectura. Una vez satisfecha, cerró la revista que tenía en sus manos y la lanzó a una pequeña mesa cerca del sofá.

- Así que te dignaste a aparecer - le dijo con cara de pocos amigos - ¿Te cansaste de dejar a tu madre abandonada? -

- Tenía trabajo, tampoco te dejé abandonada, te envié el dinero que me pediste - contestó molesto.

- Hmmm - respondió pasando su mirada al alto ruso parado detrás de él.

Cuando se percató de que lo estaban observando, Volkov se aproximó a la mujer y le tendió la mano.

- Buenas tardes, mi nombre es Viktor Volkov, un gusto conocerla - le dijo cordialmente.

Pero la mirada que lo recorrió de arriba abajo era de desprecio, sin corresponder el saludo volvió a mirar a Horacio con desaprobación.

- ¿Sigues metiendote con hombres? ¿en serio? Me habías dicho que también te gustaban las mujeres, ¿o eso también era una de tus mentiras? - le atacó sin razón alguna.

Horacio iba a abrir la boca para replicar pero su madre no le dio oportunidad de hablar.

- ¿Por qué tienes esa necesidad de ser extravagante? ¿De ir en contra de las normas de la sociedad? -

La mujer dió un paso al frente y Horacio se encogió de manera casi imperceptible, pero Volkov lo notó. El comisario quería con todas sus fuerzas interferir, pero creía que solo haría las cosas más difíciles para Horacio.

En un rápido movimiento la mujer golpeó la gorra que llevaba puesta para tirarla al suelo y miró con furia su peinado.

- ¿Todavía llevas eso? ¿De verdad crees que alguien te va a querer así? - gritó la señora.

Con un rápido movimiento intentó agarrar su brazo, pero Horacio se hizo para atrás evitando el toque de su madre, invadida por la furia la mujer lo abofeteó justo frente a los ojos de Volkov, ya no podía seguir viendo, rápidamente se puso entremedio de la mujer y Horacio, tomando por sorpresa a la madre.

- Eso es una agresión a un civil, podría multarla por ello - le dijo con voz amenazante.

Pero la mujer lo ignoró por completo y observó a su hijo, que comenzaba derramar lágrimas silenciosas desde atrás del hombre que intentaba protegerlo.

- ¿Trajiste a un policía? ¿Tan bajo caiste? - le recriminó.

Antes de que Volkov pudiese replicar, sintió como Horacio jaló de su sweater.

- Vámonos - le dijo con la voz entrecortada.

Lanzandole una mirada fulminante a la mujer, siguió a Horacio sin quitarle los ojos de encima a su abusadora hasta que ya no pudo verla, una vez llegaron a la sala se volteó caminando pegado a Horacio hasta salir por la puerta principal.

Una vez llegaron a la acera, Horacio rompió en llanto y Volkov lo envolvió rápidamente en un abrazo, en ese momento llegó a entender porqué realmente no quería ver a su madre, quizás cuántos años llevaba sufriendo aquello, no quería ni pensarlo.

Horacio no podía evitar maldecirse a sí mismo en su cabeza, se odiaba por no ser capaz de hacerle frente a su madre, se odiaba por no ser capaz de desprenderse por completo de su progenitora y se odiaba por arrastrar a Volkov a ello. Si bien agradecía el consuelo que le daba, se sentía egoísta por llevarlo a una batalla que no le correspondía.

Sin ni una sola palabra, se subieron al vehículo y condujeron hacia la ciudad hasta llegar nuevamente al edificio de Horacio. Volkov se estacionó en la acera y apagó el motor, pero antes de dejar que Horacio bajara del auto, le dedicó algunas palabras de consuelo.

- Intenta no pensar en lo de hoy, cuidate mucho y tomate el resto de la tarde para ti, ¿Si? Cualquier cosa me puedes escribir o llamar -

Horacio solo asintió y se despidió, bajándose del vehículo para ingresar al edificio.

***

Ya en casa, Volkov tomó su teléfono y decidió enviarle un mensaje consolador a Horacio.

"Te recomiendo tomar algo caliente, ver una película, leer algún libro, o solo descansa y no hagas nada. Hoy fue un día largo, pero mañana será otro"

Horacio, recostado en su cama leyó el mensaje, pero no sabía qué responder, terminó respondiendo lo primero que se le vino a la cabeza mientras una sonrisa aparecía en su rostro, había sido un día horrible, pero era tan fácil olvidarlo cuando alguien demostraba que le preocupaba y le importaba. Apagando el teléfono se recostó de cara a la almohada intentando vaciar su cabeza de todo pensamiento, estaba cayendo en las redes del ruso.

Used to You - Volkacio AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora