Parte 4

4.4K 485 99
                                    

La alarma del móvil lo despertó de un profundo sueño, algo desorientado tomó el teléfono y miró la hora y la fecha, eran las ocho de la mañana y ese día debía llevar a Amane donde Horacio para ponerle su primera vacuna. El veterinario había estimado que tenía un poco más de un mes y prefirió comenzar con el calendario de vacunas de inmediato una vez  chequeó su estado de salud. Dejó el teléfono de vuelta en la mesa de noche y se estiró, no tardó en percatarse de la liviana presencia en su pecho, Amane dormía acurrucado e imperturbable, casi no le daban ganas de levantarse, pero había pedido la mañana libre para la cita veterinaria y tenía compromisos que cumplir. Moviendo delicadamente al felino de lugar se levantó y se preparó para salir.

***

Diez minutos antes de la hora pactada, el ruso se asomó por la puerta con la misma caja de cartón que le había entregado el día que se conocieron, Horacio lo miró extrañado y extrajo al pequeño animal de su improvisada jaula. 

- Creo que es hora de comprar un transportador, ¿no crees? - le dijo a Volkov riendo - Mira donde te traen, ¿como le permites un transporte tan indigno? - le susurro al gato.

El gato maulló en respuesta, sacandole una ligera risa a Horacio. Volkov solo veía con una sonrisa como el veterinario y su gato congeniaban a su costa.

- Creo que si, no lo había tomado en consideración, un desliz - contestó el ruso.

Una vez el veterinario hizo su trabajo y comprobó que todo estaba en orden, introdujo al molesto animal en el transportador gris que eligió su dueño.

- Todo en orden, - le informó cerrando la puerta de la jaula plástica - está en perfectas condiciones, ha engordado bastante - concluyó contento.

Orgulloso de su trabajo como nuevo padre de gatuno, recibió la información como un cumplido e infló su pecho dibujando una sutil sonrisa en sus labios. Pero antes de dar por concluida la cita se acordó de algo.

- Casi lo olvido, ¿Podría tener su número? Así nos ponemos de acuerdo para cuando necesite que cuide a Amane, creo que pronto tendré otra instrucción - 

En el momento en que escuchó la pregunta, Horacio se ruborizó, "¿Hace cuanto que no sales con nadie?" se cuestionó a sí mismo por su reacción repentina y hormonal. Intentando dejar la vergüenza injustificada de lado Horacio le dictó su teléfono. Rápidamente Volkov guardó el número en su agenda de contactos y le envió un emoticono para que él tuviera su número también.

- Ese es mi número - le dijo al ver que Horacio abría su chat.

El de cresta asintió con el rastro del rubor aun en sus mejillas y guardó el contacto en su teléfono.

Con el celular y el transportador en mano, se despidió y salió de la tienda observando por última vez el nuevo chat en su pantalla con una ligera sonrisa en los labios antes de guardar el teléfono en su gabardina.

Llegando a su apartamento, revisó el calendario de la semana, el viernes tenía que hacer horas extra y necesitaría la ayuda de Horacio. Abriendo el contacto en su teléfono comenzó a escribir el mensaje, pero por alguna razón su estómago se encogió un poco al momento de presionar enviar, no tenía sentido, decidió ignorarlo y mandar el mensaje de una vez por todas.

***

Con una taza de té en la mano, Horacio revisaba los pedidos de la tienda que tendría que recibir al día siguiente, pero la vibración de su teléfono y la luz de la pantalla lo distrajeron de su lectura. Con la taza apoyada en los labios, tomó el teléfono y vió el nombre de la persona que le había enviado el mensaje, era el comisario Volkov solicitando su ayuda para el día viernes. De repente su estómago fue invadido por mariposas y su lengua se quemó con el té caliente, "Compórtate Horacio" se dijo a sí mismo. El ruso le atraía, eso era innegable, pero no debía confundir las cosas, el solo iba a hacer un trabajo que le daría algo de dinero extra y ya.

Used to You - Volkacio AUTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang