¿Qué hace el mocoso aquí?

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Maratón 3/3

—Hemos llegado a nuestro destino, beep

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—Hemos llegado a nuestro destino, beep.

Beomgyu le dedicó una mirada de enfado, Daniel ignoró ese detalle y se bajó rápidamente del automóvil para rodearlo. Todo sea por abrirle la puerta y lucir como alguien caballeroso, claro, aunque el rebelde adolescente ya se había bajado por su propia cuenta.

—No soy una chica para que me abras la puerta y mucho menos tu conquista.

—Eso dices ahora, preciosura.— Le respondió esta vez adelantándose para abrir la puerta de la lujosa residencia pero nuevamente la puerta se abrió mucho antes dejando ver la figura de la empleada.

—Buenas tardes, joven Daniel.

—Mhm, buenas tardes, Yoonah. Gracias por abrirme la puerta por primera vez en mis veintitrés años de vida.

—No abrí la puerta para usted, en realidad era para el jovencito que lo acompaña.

Beomgyu soltó una risa burlándose de él, la empleada también se unió, ambos burlándose de la cara indignada que puso el rosáceo.

—Sí, sí. Sigan burlándose.

Ambos chicos entraron por la puerta entre risas, Daniel soltó un suspiro antes de dedicarle una pícara mirada al rubio.

—¿Y qué quieres hacer?

—Vas a darme tutoría de historia y sólo eso, neandertal.— Respondió frunciendo sus cejas con enfado, después de unos segundos abrió sus ojitos sorprendido por sus palabras.— ¡Wow! Para haber sacado un cuatro en historia, ¡He dicho una palabra de la cual sé su significado!

—¿Qué es un neandertal?

—¡Yah, deberías saberlo! ¡Eres el maestro!

—Alto ahí, soy un tutor, bomboncito. No soy un maestro, sólo en mis pesadillas podría suceder.— Corrigió "astutamente" mientras pellizcaba con suavidad las mejillas del rubio, incluso acunó su rostro entre las palmas de sus manos.

Beomgyu se sonrojó quitando las manos de Daniel rápidamente, refunfuñó irritado cuando el otro comenzó a reírse de él.

—¿Qué rayos te causa tanta gracia, eh?

—¿A mí? Nada, nada.

—Ya, comencemos con las tutorías ahora.

—Lo que digas, bomboncito.— Le dijo caminando hacia a las escaleras para bajar con rapidez, en sus manos cargaba una laptop y varios libros. Quiere besarse por ser tan inteligente como para comprar libros en línea con la única intención de hacer enojar a su hermano mayor, Yeonjun era tan gracioso enfadado.

—¡No me digas bomboncito!— Masculló el chiquillo de ojos verdes dándole un nuevo manotazo, se sentó en el sofá comenzando a sacar sus propios materiales mientras escuchaba los quejidos de Daniel por el golpe.

TrillizosWhere stories live. Discover now