Discusiones innecesarias

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—¿Dijiste besitos?

Beomgyu abre su boca con indignación pero una idea ingeniosa se cruza por su pequeña malévola mente.

—Sí, besitos.— Asiente acercándose con lentitud hacia el rostro del rosáceo, Daniel sonríe de manera victoriosa antes de cerrar sus ojos y levantar sus labios en espera de lo prometido.— Pero en la mejilla.

El menor de los trillizos abre sus ojos rápidamente refunfuñando por la ilusión que sentía, maldice por lo bajo observando como el adolescente se reía en su cara.

—Yah, Beomie, eres un pequeño adolescente estafador.— Expresa cruzándose de brazos con enfado, mira unos instantes hacia sus dos hermanos y todo sigue igual a excepción de que Minho está tratando de separar a Yeonye con temor.— ¡No volveré a creerte!

—Yo no te mentí, dije que te daría besitos pero no dije el lugar.

Beomgyu vuelve a reírse de él en un tono burlón, tiene que admitir que su cara es muy graciosa.

—¡Ah, Beomgyu! ¡Ayuda!— Escucha gritar a Minho, se gira con rapidez y observa como ambos hermanos están jalando su mano para llevarlo a su especie de equipo.

—¡Suelta, Yeonye!— Grita Yeonjun jalando con fuerza la mano de Minho, Yeonye por su parte también jala de él intentando llevarlo a su lado.

—¡Cierra la boca, corrupto!

Beomgyu intercede en la discusión jalando de Minho para liberarlo de ellos, Yeonjun y Yeonye se apartan de inmediato en cuanto ven al rubiecito.

—¿Qué rayos les pasa? ¡Dejen en paz a mi hermano, idiotas!— Les regaña Beomgyu con enfado, Minho se soba su brazo mientras los mira burlón. Yeonjun rasca su nuca con nervios, ¿Dijo hermano? Mientras tanto, Yeonye traga saliva apenado con lo que pasaba.

—¿Hermano?— Cuestionó Daniel sorprendido, todo este tiempo había estado celoso de el hermano de Beomgyu, era un completo tonto.—¡Cuñadito! ¿Te he dicho que me agradas mucho?

Minho ignora sus palabras y le dedica una mirada de desagrado, sigue detrás de Beomgyu burlándose mentalmente por las caras de los tres trillizos.

—Pues al parecer tú no le agradas a él, Daniel.— Le menciona Yeonjun con sarcasmo, sus labios están apretados para evitar la enorme carcajada que quería salir.

—¿Quién?

Yeonjun mira a Daniel con confusión antes de responderle.

—Tú.

—Te preguntó.— Dice el rosáceo arrugando su nariz de forma graciosa, el empresario lo mira de arriba hacia abajo como si fuera un especie de bicho raro.

—Eres realmente irritante e infantil, ¿Así planeas que alguien se fije en ti?— Preguntó el peliazul con molestia, Yeonye se sentó en el sofá acomodándose sus gafas mientras observaba a sus dos hermanos.

—Te preguntó.— Repite nuevamente Daniel y Beomgyu se ríe por lo gracioso que es verlo en una pelea, Yeonjun nota esto y lo mira a los ojos con detenimiento.

El rubio aparta su mirada primero, sus mejillas sonrojadas por la mirada intensa que el contrario le dedicó.

—No se puede charlar contigo, tienes mente de un niño de cinco años, Daniel.

—Llora entonces.

—Estás ganando la rifa de un puñetazo mío, vago.— Le amenazó el CEO señalándolo de manera acusadora, el trillizo menor frunce el entrecejo de manera adorable antes de fingir acercarse.

—¿Qué? ¿Te crees muy salsa, Yeonjun?

—Ya basta, ustedes dos son un par de críos comportándose así.— Expresa Yeonye desde el sofá, Yeonjun suspira con fastidio apartándose los mechones de cabello de la frente, se encuentra sudado por todas partes.

—Lo dice alguien que estaba peleando con su hermano hace unos minutos atrás.— Menciona Beomgyu con ironía, Yeonye sonríe avergonzado por su comportamiento y se levanta del sofá para acercarse a él.

—Lamento mi comportamiento, joven Lee. Es sólo que mi hermano me saca de mis casillas con un par de palabras, comienzo a creer que es mil veces peor que Daniel.

El adolescente asiente sin decir nada más, Minho se esconde inmediatamente cuando ve al profesor cerca de ellos. Yeonye le susurra un: lo siento y Minho le saca el dedo del medio sin que lo vea su hermano menor.

—¿Tú no piensas disculparte?— Beomgyu dirige su mirada hacia el CEO, Yeonjun alza una ceja antes de humedecerse los labios y sonreír de un costado.

—¿Por qué tendría que hacerlo? No dije nada que no fuera verdad.

—Eres un idiota.

Yeonye reprime una sonrisa por lo valiente y directo que es el rubio adolescente, Daniel lo mira de manera embobada.

—Ese será mi futuro esposo, no lo dudo ni un segundo.— Susurra el rosáceo mirando a todas partes para verificar que nadie le preste atención.— Sólo espero que le gusten los churros.

—¿Qué esperabas? ¿Una disculpa?— Yeonjun se ríe a grandes carcajadas completamente falsas, Yeonye lo mira con frustración.

—En realidad esperaba que dejaras de ser tan idiota pero creo que no hay milagros para eso.— Le responde el adolescente rubio utilizando el mismo tono de burla, siente satisfacción cuando ve la sonrisa de Yeonjun desfallecer.

—¡Yo le enseñé eso!

Minho comenta con euforia, Beomgyu se gira para verlo y niega con la cabeza diciéndole que no es el momento para eso.

—¿Cómo me dijiste?— Cuestionó el peliazul acercándose amenazadoramente al estudiante, Minho quien está detrás de su hermano se queda estupefacto. Yeonjun es dos cabezas más grandes que él, si comienza una pelea jamás le ganaría, ¡apenas y tiene cuerpo de spaghetti!

—Te dije idiota— Le repite el rubio nuevamente mirándolo a los ojos, Yeonjun está a centímetros de su rostro ante la atenta mirada de sus hermanos confundidos.

Y entonces todos comprenden lo que está a punto de hacer cuando observan al CEO sonreír descaradamente mientras jala a Beomgyu de las caderas.

—¿Qué diablos estás haciendo?— El rubio abre sus ojos con sorpresa, los labios de Yeonjun están a nada de estamparse con los suyos.

Para la sorpresa de ambos, Daniel interviene jalando de la mano a Beomgyu para quitarlo de su cercanía, Yeonye chasquea su lengua observando la escena con pésimo humor.

Minho frunce el ceño empujando a Daniel fuera de su hermano y le toma la mano.

—Nos vamos ahora, Beomgyu. Y no te vas a volver a acercar jamás a estos tipos.

Yeonjun sólo puede mantener su expresión neutra, observa como los dos adolescentes se van de la enorme casa con urgencia. Sabe que la cagó en grande cuando Beomgyu no le dirige la mirada a ninguno al irse, suspira cuando la puerta se cierra y se gira únicamente para recibir las miradas enojadas de sus hermanos menores.

Oh, ¿estaría bien comenzar con una disculpa?

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