¿Celos?

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—¡Oh, madre! Yeonjun ya se tiene que ir a casa, ¿Verdad que sí?

Yeonjun dirige su mirada hacia al rubio y asiente con nerviosismo, no sabe porque razón pero también se encuentra muy avergonzado de la situación en la que se han metido.

—Eh, sí, disculpen.— Expresó observando la hora en su lujoso reloj, la madre de Beomgyu coloca una cara triste al saber que va a marcharse tan rápido.— Tengo un par de cosas urgentes que hacer de inmediato o no terminaré.

—No hay problema, muchacho.— Contestó Hyunbin sonriéndole cálidamente antes de brindarle un abrazo, el rubio adolescente abre sus ojos con impresión y controla las pequeñas risitas que quieren salir de sus labios al ver los gestos de Yeonjun.

—Papá, ya déjalo.

El peliazul le agradece con la mirada una vez que el señor Lee lo suelta, se acerca por primera vez en la historia tímidamente a Beomgyu. No tiene idea de como despedirse de él si sus padres están presentes y atentos a cualquier movimiento suyo.

—Te veo luego, niño.— Le dice revolviendo sus cabellos rubios hasta dejarlo totalmente despeinado, se ríe tan bonito que Beomgyu siente que quiere oírlo un poco más, sólo un poco.— Por cierto, le diré a mi hermano que tiraste su horrible peluche. Es que no le oculto mentiras, sabes.

El chiquillo de ojos verdes alcanza oír lo último muy apenas, sus padres se encuentran desconcertados al no escuchar nada.

—Adiós, Yeonjun.— Se despide agitando su mano levemente y el peliazul repite la acción sonriéndole enormemente, incluso sus propios padres se despiden eufóricamente de él ocasionando que Yeonjun se meta aterrorizado a su automóvil.— Haha el peluche, espera yo no tiré nada...¡Yeonjun!

Cuando intenta gritarle groserías, el automóvil arranca dejándolo con la palabra, ¿De verdad este hombre era el CEO estricto y educado que tenía a tantas personas suspirando por él? Definitivamente debieron equivocarse porque era todo lo contrario.

AL DÍA SIGUIENTE

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AL DÍA SIGUIENTE

—¿A qué hora va a llegar?

Yeonjun se toca el puente de la nariz con frustración, se echa para atrás sus rizos oscuros.

—¿Cuántas veces tengo que repetirte todo? Beomgyu llega en una hora, Daniel.

—¿Y por qué él está aquí? Es domingo, ¿No debería estar leyendo libros o en sus exposiciones de nerds?— Expresó señalando de mala gana a Yeonye quien se encontraba en el sofá tranquilamente viendo un programa de la antigua egipcia.

—¿No deberías estar saliendo de la cama con una enorme resaca?— Refuta el joven profesor acomodándose sus gafas de manera correcta, Daniel hace un puchero y le susurra: lerdo.

—Ya dejé eso, considérame como alguien rehabilitado.

—Que buen chiste, deberías llamarte don comedia.

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