ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖 𝟛𝟙

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Cuando por fin los tres estaban listos Jacob abrió la puerta principal y respiro el aire fresco del exterior, estaba sumamente nervioso, ¿que tan idiota era para firmar algo y no acordarse?

Relamió sus labios, movió con nerviosismo sus dedos y sintió que en estómago había una gran pelea de jugos gástricos. Acomodó su sudadera y volteó a ver a los dos hombres que estaban detrás de él, como siempre, en su propia burbuja.

Alex tenía la mano de Eduardo entrelazada con la suya, moviéndolas hacia atrás y adelante, balanceándolas entretenidamente, mientras que Eduardo revisaba en su teléfono asuntos de su trabajo.

Era una empresa que era fácil de manejar, por eso Eduardo prefería trabajar en casa. Bueno, eso empezó a la llegada de Alex, el vivía por ver cada mañana las mejillas sonrojadas de su bebé, así como también preparar todas sus comidas y postres.

No iba a negar que su vida social se había reducido, si, a veces se sentía solo, tenía amigos con los que solo hablaba por mensaje, por que era difícil dejar que lo visitaran. Los nuevos artilugios y muebles que para el cuidado de Alex, no quería preguntas incómodas y mucho menos avergonzar a Alex, que ya le había quedado claro que era muy sensible.

También cabía la idea de él ir a ver a sus amigos, pero no estaba seguro, ¿tendría que llevar a Alex? No sabía si eso lo fuera a incomodar, pero tampoco lo quería dejar solo. Era un gran dilema, por lo que esperaba encontrar a personas con sus mismos gustos y tal vez un nuevo amigo para su bebé. Jacob era un muy buen amigo, pero no tenían cosas en común cuando Alex estaba en su headspace ( la mayoría del tiempo), en otras palabras: Jacob no era un bebé.

Eduardo no tenía la menor idea de a dónde tenía que llevar a Jacob, no sabía ni si quiera que había firmado algo. Pero en las veces que había hablado con él se había dado cuenta que era una buena persona, y que cuando estaba de buen humor tendía a hablar demasiado, y eso era reconfortante, así no se sentía tan solo.

La mayoría del tiempo Alex no se enteraba de lo que pasaba a su alrededor, y era feliz con cosas simples, con tan solo comer la comida que su papi había hecho especialmente para él, el ver su película favorita una y otra vez, dibujar cosas que encontraba bonitas y jugar con fresa. Pero cuando salía de su headspace recordaba a su madre y se abrumaba, en definitiva prefería ser un bebé a revolverse la cabeza con recuerdos e ideas malas.

Por fin después de unas largas reflexiones entraron al auto. A Jacob le sorprendió donde iba sentado Alex, ¿era una silla para bebés?. Estaba seguro que a ese punto nada le debía de sorprender, era normal ver ese tipo de cosas entre ellos dos.

El asunto donde se encontraban era lujoso y elegante, algo que intimidó a Jacob que trataba de no tocar nada, tenía el miedo de si tocaba algo lo iba a romper.

-muy bien, creo que ya estamos listos...¿a donde vamos Jacob?- dijo Eduardo después de colocarse el cinturón de seguridad.

-emm... pues me mandaron una dirección.- dijo viendo su celular para encontrar la información.

-ok, si quieres puedes ponerla en el GPS de ahí- Jacob le tomó la palabra y trato de configurar el GPS de la mejor manera, se tardo un poco pero lo logró.

-listo, ya lo puse. Espero haberlo puesto bien.

-No te preocupes, encontraremos el lugar.

Estaban casi cerca, y a Eduardo se le hacía reconocido esa zona, tenía una idea de a dónde iban pero no estaba muy seguro.

-¿Es aquí?- dijo en un susurro. Si, habían llegado a ese lugar, al edificio donde se habían encontrado después de muchos años su bebé y él.

"Oh, no. ¿En qué se metió Jacob?"

Jacob bajó primero del auto, listo para entrar pero la voz de Eduardo interrumpió su caminata.

-¿Seguro que es aquí Jacob?- Eduardo tenía una enorme cara de confusión, y Alex observaba por la ventana las lindas flores que se veían desde la recepción.

-Si, está es la dirección.

-¿necesitas que te acompañemos?- Jacob quería decirle que si, pero le daba pena estar causando tantos problemas. Eduardo vio su expresión y asintió, bajo y abrió la puerta para sacar a Alex y tomarlo de la mano.

-¿porqué vienes aquí? Sabes que es este lugar ¿cierto?- Jacob negó con la cabeza, ahora estaba aún más asustado.

Entraron y el olor a vainilla inundó las fosas nasales de los tres, una joven recepcionista con una gran sonrisa estaba ahí tras su escritorio seguramente esperando a que uno de ellos hablara.

-¿necesitan algo?- dijo la recepcionista al ver que ninguno de los tres abría la boca para entablar una conversación.

Eduardo no hablaba por qué no tenía la más mínima idea de lo que estaba haciendo ahí, solo esperaba a que Jacob hiciera lo que tenía que hacer.

-Ehh... si, vengo con la señora ¿Mar?

-Oh si claro, permíteme. ¿Ya llenaste un formulario? Es elemental que lo llenes si no lo has hecho.

-No, creo que no- la mujer le extendió una hoja con una tabla de madera debajo para dar soporte. En la hoja venían espacios para contestar información un poco privada. Y recordó que eso ya lo había hecho...




¿Tienen teorías?

Hola! Espero que estén bien y que tengan una linda semana ✨❤️.

¿Qué van a pedir para navidad? Yo la verdad no tengo idea, creo qué tal vez ropa.

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~🥝

Ahora eres mi bebé |(ABDL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora