La ciudad se ve cubierta bajo el mandato de las familias mafiosas más antiguas de la historia: Los Zorel, los Luthor y los Edge.
Una tragedia causada por una guerra entre bandas, llevará a que tanto la familia Zorel como la familia de los Luthor dec...
El camino a casa fue lento, largo y silencioso. Nuestras manos estaban entrelazadas y nos dábamos miradas cada tanto tiempo. Cuando el portón de casa se abrió, sentí la mano de Lena sudorosa y solo pude tragar saliva. Bajé primero y luego la ayudé extendiendo mi mano. Cuando salió quedó muy cerca de mí y nos sonreímos. Ambas sentimos el frío e hicimos gestos que dieron indicio de frío.
—¡Qué frío! —Dije y Lena se rio de mí—. No vuelvo a usar un vestido en mi vida.
—Eres demasiado graciosa. —Me dijo y sonreí.
—Sra. Zorel... —Escuché que decía uno de los chicos y Lena me señaló detrás de mí.
—Te hablan... —Me dijo y me giré confundida.
Uno de los chicos a quienes les había hecho un encargue me miraba con temor y suspiré.
—No me acostumbro a ese título de señora. —Le dije y Lena se tentó a mi lado—. Solo dime Kara, por favor.
—Todo está listo como pediste, Kara.
Me dijo y asentí, tomé a Lena de la mano y palmé el hombro del chico.
—Muy bien, Frank. —Le dije y miré a Lena—. Tengo una sorpresa para ti.
—¿Una sorpresa? —Dijo y le asentí.
La guié tomándola de la mano hasta la entrada de casa, ahí me esperaba uno de los chicos con una venda y Lena me miró.
—¿En serio? ¿Vas a vendarme?
—¿No confías en mí? —Le pregunté y levantó su ceja, cuestión que me encantaba.
—No lo sé... eres una Zorel y yo soy una Luthor.
—Bueno, ahora tú también lo eres...
Se avergonzó pero me dejó vendarle los ojos. Lo hice sin salir de mi posición frente a ella y con un gesto indiqué a los chicos que se fueran. Asintieron y nos dejaron a solas. Cuando no había ninguno me acerqué y le di un corto beso en los labios.
—Ven, toma mi mano... camina despacio... —Le dije guiándola por el pasillo hasta la cocina—. Cuidado con la puerta. —Le dije y la guié hasta la puerta que iba al patio trasero—. Ya casi... ya casi... cuidado...
—¿A dónde me estás llevando?
—Ya verás. —Le dije y cuando la saqué de la casa me quedé detrás de ella y llevé mis manos a la venda—. Voy a sacarte la venda...
Dejé que la venda se deslizara lentamente y noté como observó sorprendida.
—Oh, Kara... es bellísimo...
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Dijo observando el campamento de lujo que mandé montar para esta noche. Me acerqué para quedar a su lado, tomándola de la cintura.
—Imaginé que no querrías pasar la noche con los demás rondando la casa. Así que mandé construir esto para tener más privacidad. ¿Te gusta?
