Capítulo 2

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*Lena Pov.*

Siempre he considerado a mi hermano como uno de los seres más inteligentes que he conocido. Todo lo que se proponía lo lograba. Sin embargo, hoy podía decir que... fue... un verdadero imbécil. Diablos... "Fue", qué palabra tan difícil de pensar, mucho menos decir.
Estaba leyendo un libro cuando el consejero de mi padre se nos acercó a mí y mi madre para darnos la terrible noticia de que mi hermano había muerto en un duelo con Clark Zorel. Mi madre lloró al enterarse, yo me enojé. Estaba enojada con esos Zorel, hasta que escuché a mi padre enterarse de la noticia e insultar a Edge. No tuvo que explicar nada, solo con los rumores me enteré que el hijo de Edge había provocado la disputa y no era de extrañar. Lex siempre se dejaba llevar por él, decía que haría negocios con los Edge cuando fuera líder y papá ya no estuviera. Sé a la perfección que papá podría llegar a hacer negocios con Don Zorel pero jamás con el idiota de Edge.

Así que aquí estaba yo, de pie en medio de este maldito cementerio, observando como los empleados del lugar bajaban el sarcófago de mi hermano y todos los conocidos de mi padre venían a dar el pésame. No quise saludar, me negué. Solo observé como mi hermano era sepultado bajo tierra mientras en mi mente le decía miles de insultos por ser un idiota orgulloso y dejarse matar.

Mi madre estaba a mi lado, limpiándose las lágrimas y ahogándose en pena. Mientras ella hacía eso, miré hacia delante y noté que mi padre se alejaba para acercarse a nada más ni nada menos que Don Zorel, que estaba acompañado por otro hombre que seguro es su consejero.

—¿Qué hace Don Zorel aquí? —Comenté y mi madre no duró ni un segundo en levantar la cabeza y mirar.

Ambos tenían sus manos en la espalda y conversaban cuando de la nada, Don Zorel le ofreció la mano y mi padre aceptó para luego acercarse y darle un abrazo amistoso.

—Creo que tu padre acaba de hacer las paces con Zorel. —Me dijo mamá y asentí.

—Edge se pondrá furioso. —Dije y mi madre me agarró del brazo.

—Que nadie te escuche nombrarlo. No debes hablar de los asuntos de tu padre, cierra la boca. ¡Recuerda que eres mujer!

Odio que me haga eso... que me mande callar. Todo porque soy mujer y son los hombres que se encargan de esas cosas. Los mandaría a todos al espacio si pudiera, dejando que se pudran ahí. Sacudí la cabeza al instante que me di cuenta que había deseado la muerte de mi familia. ¡Qué estúpida! Seguí observando como terminaban de hablar, Zorel se retiró y mi padre comenzó a acercarse a nosotras. Pero al estar remotamente cerca, me extendió su brazo.

—Hija, ven... camina conmigo.

—Sí, padre. —Le dije y mamá quiso acercarse pero le hizo un gesto.

—Tranquila, Lillian, esto es entre Lena y yo. —Le dijo papá y me abrazó por los hombros, dejando a mi madre muy sorprendida.

Comenzamos a caminar por el cementerio, en medio de las tumbas. Algunas nuevas, otras muy antiguas. No dijimos nada por un momento y no me atrevía a hablar.

—Seguro te preguntas qué hacía hablando con Don Zorel teniendo en cuenta las circunstancias. —Me expresó.

—No voy a negarlo... —Le dije—. La duda está en mí. ¿Está todo bien, padre?

—Ahora sí lo estará. He hecho las paces con Don Zorel. —Se detuvo y se paró frente a mí, acomodando mi pelo y mi saco—. Me ha ofrecido un trato.

—Siempre que tu vida no corra peligro, me alegrará cualquier trato de paz que hagas, padre.

Sonrió y jugó con mi mentón un momento con sus dedos, pero luego lo soltó y llevó sus dos manos a la espalda.

Arranged Marriage - Supercorp AUWhere stories live. Discover now