Relato sobre la primera cita.

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Se que es dificil mencionar este asunto con soltura sin caer en alguna ambiguedad

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Se que es dificil mencionar este asunto con soltura sin caer en alguna ambiguedad. Normalmente se espera que las primeras citas, en la vida cotidiana, sean el inicio de algo prospero y brillante, algo inesperado y apacionante.

Nada de eso ocurrio en mi primera cita.

Podria decirse que tuve tres primeras citas. La primera, fruto de la casualidad de una apuesta que perdi y tuve que quedar en ridiculo frente a toda la clase. La segunda, ya cuando grande sabiendo bien los sentimientos y responsabilidades de las cuales debia hacerme cargo. Y la tercera en el mundo nuevo en el que he despertado.

Las tres, con la misma persona. Si... Con Junko.

Retrocedamos el tiempo al pasado distante lleno de estragos, una emoción por el pesar y pasar desenfrenado de una juventud en un estado alterado con bellos algoritmos de razon cuando los desencantos tienden a suceder.

— En aquella epoca no sentia ningun tipo de interes hacia ti mas alla de saber con exactitud que habia en tu mente. ¿Imaginarme acaso estar en algo similar a una relacion? Era una simple alucinacion de mis pesadillas mas estupidas. Esa es la verdad de todo, Makoto y... — Junko chasqueo la lengua mientras recordabamos aquel momento paseando por el campus.

A nuestro paso se montaban pequeños espacios reconfigurados donde la vision alternativa de un mundo que se ha perdido en nuestro pasado pero es una de tantas variantes de decisiones y juegos avaros de vectores por los cuales este universo y dimension esta conformado.

Casi podiamos vernos a nosotros dos mirandonos uno a otro con desencanto, ella por no saber lo que habia en mis manos y yo por no comprender exactamente que pensaba aquella chica impredecible embriagada por sus propios deseos de desesperacion y locura.

Junko me observo de mala gana, y suspiro dado una pequeña patadita a las piedras a unos costados del camino del campus. El cielo brillante y soleado pese a ser una tarde de otoño colmado de hojas cayendo y sonando como craqueteos ensimismados.

— Pense que te molestaria lo que dije acerca de mis intereses. — Yo le sonrei tomandole suavemente de la mano.

— No todos empezamos teniendo una vision correcta de quien tenemos a un lado. Yo tampoco sentia ese tipo de interes, queria conocerte, eso esta claro, pero la verdad en principio esperaba ser rechazado, los motivos de mi pedido eran mas que criticables y no hubo rato que no recordaras la estupidez danzante que era simplemente ser la carne de cañon de mis compañeros desorganizados. — Se rio de mi al mismo tiempo que camino unos metros dando unas vueltitas.

— Recuerdo ese momento, el estupido momento en que el pobre, optimista y esperanzado, Makoto me pidio una cita despues de que sus libros se le cayeran estrepitosamente a mis pies. —

Ese momento, un intante violento en que ella y yo, separados por unos metros, nos observamos casi fue como retroceder en el tiempo.

Un tiempo en que cada persona para mi era un universo lleno de misterios, lidiar con todo ese cumulo de imagenes sin contexto siendo optimista con mis propios intentos, recordando los agravios de ser rechazado por ser un simple pretexto, aquel momento en que era solo un joven sin talento, algo timido y cuidadoso por que deseaba un poco de afecto, algo de amistad para compartir mi afecto.

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