INTENTEMOSLO

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Natalia PoV

Después de que habíamos hablado de lo que pasó antes con nuestros hermanos, Alexandra y yo nos seguimos viendo la película, se preguntaran porque Alexandra beso a mi hermana, pensando que era yo, les contare como todo empezó, todo comenzó cuando nos fuimos de fiesta en las vegas, aunque en realidad fue antes, por lo menos yo empecé a sentir cosas extrañas y luego no me gustaba para nada que ella sonriera mientras hablaba por WhatsApp o que le diera una sonrisa a una chica de otro salón que todos sabemos que quiere con Alexandra, pero en fin vamos al relato.

Flashback

Me levanto porque siento que alguien me tiene abrazada, me giro y veo a Alexandra dormida, y los recuerdos de lo que hice la noche anterior me vienen de golpe, me había besado con Alexandra en más de una ocasión, no le veo problema a besarme con una mujer puesto que me gustan las mujeres desde hace mucho y tanto Ale como Matias sabían eso.

-Alexandra, Alexandra- la empecé a despertar.

- ¿Qué? - dijo medio adormilada.

-Alexandra- ella abre los ojos y me mira con el ceño fruncido al ver que me tiene abrazada, luego me miro con los ojos abiertos como platos.

- ¿Que hicimos? - me pregunto con los ojos aun abiertos.

-Creo que ya lo recordaste- le digo sin mirarle, ella no dice nada, solo se miraba las manos que por cierto aún me abrazan -yo me voy a bañar, que no se demoran en llamar para que bajemos a desayunar- le dije, ella me soltó y después me marche.

El día fue demasiado raro, por no mencionar que mi hermana se casó con la persona que ella dice odiar, Matías, si me reí bastante ante eso (me alegro el día con esa noticia). Casi no hablé con Alexandra, solo me pidió el celular ya que le dije que había unas fotos de lo que hicimos ayer, así que me lo pidió para ver las fotos, toco la puerta de su habitación y ella me abre.

-Pasa- yo entro y me siento en la orilla de la cama, no sé qué decir, así que le digo lo único que se viene a la mente.

-Alexandra, mi celular- le digo, desde hace un tiempo me he venido sintiendo rara con Alex, pero yo creo que es normal porque paso mucho más tiempo del que pasaba con ella y me ha mostrado una faceta de ella que yo desconocía por el simple hecho de que detesto a las personas que juegan con los sentimientos de las demás y una de las personas de las que hablaban en mis anteriores escuelas era Alexandra, por así decirlo era la rompe corazones tanto de chicas como de chicos.

-Oh si, toma- me da el celular y se sienta en la cama, pasaron diez minutos aproximadamente y entre las dos había un silencio incómodo, muy incómodo diría yo, igual que antes de que la conociera, antes le tenía mucho miedo y algo de rabia por todos los rumores que rondaban por los pasillos, por lo que me contaba Matías de que era capaz de dejar a cualquiera en un hospital en estado de coma si tenía mucha rabia.

-Alexandra, hasta mañana- le digo ya que el silencio me incomoda y mucho.

-Hasta luego- me dice, me coloco de pie y no me fijo que había un zapato y me caí (si los Guerra, somos torpes, no solo es Alejandra la torpe), Alexandra me ayuda a ponerme de pie, mientras se ríe.

-Au- digo cuando me toma la muñeca, me duele la muñeca, puta torpeza.

-Siéntate- me dijo señalando la cama, yo me senté y ella fue al mini refrigerador que había en la habitación y saco una botella, me la coloco en la muñeca, esta estaba fría.

–No te lo quites hasta que te sientas mejor, después te tomas una pastilla para el dolor- lo dijo con una sonrisa con la cual tu sabes que todo va a estar bien, le devolví la sonrisa, pero la mía un poco más tímida.

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