DÍA DE LOCOS

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Al fin habíamos llegado a mi antigua ciudad, vimos a mi madre con una gran barriga y un letrero con nuestros nombres, la salude con un beso en la mejilla y un abrazo de 2 segundos (no me gustan los abrazos, si lo sé no soy la más normal del mundo, pero soy genial y eso no lo pueden negar), mi hermana la saludo con un abrazo y lo mismo hicieron Matías y Alexandra, nos fuimos a mi antigua casa hay estaba mi padre con el estúpido de Mathew, salude a mi papá y fui a dejar mis cosas en mi habitación, las deje en la silla del escritorio, pongo a cargar mi mp3, tomo mi celular con los audífonos y me acuesto en la cama a escuchar música, no quería bajar hasta que la cena estuviese lista, estaba cansada y no quería ver a Mathew.

-Alejandra, despierta- me despertaba mi hermana.

-No- le dije colocándome boca abajo.

-Vamos ya está la cena- me dijo moviéndome con más fuerza.

-Ya me despertaste- le dije sentándome en la cama antes de que terminara en el suelo con mi pobre trasero adolorido, mientras me frotaba los ojos.

-Vamos, salvemos a nuestros futuros hermanos de que les coloquen nombres suicidas-me dijo con una cara de disgusto, definitivamente tendríamos que salvarlos, después cuando crezcan odiarían a nuestros padres y los matarían (vale exagere).

-Ya bajo- le dije levantándome de la cama, me di una ducha rápida, me cambie y baje a cenar.

- ¿Alejandra que te parece el nombre de Fabricio? - me pregunto mi mamá con emoción.

-Los asesinara cuando crezca y a nosotras por cómplices- les dije con una sonrisa en el rostro - ¿qué les parece Camilo y Mateo? - tal vez no sean los nombres más lindos del mundo, pero les gustó.

Luego de un rato estábamos hablando de cosas sin sentido hasta que;

- ¿Natalia algún chico que te guste? - pregunto mi mamá, ya sabía por dónde iba esa conversación, algún idiota le dijo a mi mamá que Nat y Alex estaban últimamente muy cerca y que creían que eran pareja (odio a las personas que se meten en la vida de los demás) y como mis padres son unos homofóbicos, siempre pensaron que las personas homosexuales o bisexuales estaban enfermas y eso es contagioso. Mi hermana no sabía que responder, solo me miro y luego a mis padres.

-N-no- dijo con duda en su voz.

- ¿Tu Alejandra? - me pregunto yo la mire raro.

-No- respondí mirando mis uñas.

-Tiene que haber algún chico que les guste- dijo mi papá, yo negué mi hermana también.

-No hay ningún chico- dijo mi hermana sin darle importancia.

-Tiene que haber alguna persona que les guste- dijo mi mamá, mi hermana me miro con cara de será que le digo yo le sonreí y con la sonrisa le dije que la apoyaría.

-A mí me gusta alguien- dijo mi hermana con nervios.

-Ves que si te gusta un chico- hablo mi papá con una sonrisa.

-Me gusta una chica, no un chico- les dijo mi hermana y antes que dijeran algo a ella y como sabía que a ellos no les iba a gustar para nada que yo me haya hecho un tatuaje o un piercing.

-Yo me hice un tatuaje, un piercing y estoy en proceso de divorcio- les dije antes de subir las escaleras y encerrarnos en la habitación de cada una, de seguro querrán asesinarnos, no me interesa, recibí un mensaje lo abrí.

"No tenías que decir eso" -el mensaje era de Natalia.

"No te iba a dejar morir sola"- le respondí.

"¿Sabías que eres la mejor?" -me respondió.

"Siempre lo supe ;)" -le respondí.

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