Capítulo 24, Temporada 2

Start from the beginning
                                    

— ¿Ya está lista?—oía su voz y sus pasos pero no podía verle, clave mis ojos en el techo como Yamam me había dicho que una modelo de sushi debe hacer para no incomodar al comensal.

—Sí, amo. Yo me retiro. ¡Que tenga una velada agradable y buen provecho!—recogía las bandejas en las que trajo el sushi.

—Pienso ocupar esa zanahoria, ¡no te la lleves! Me había mentalizado para que esta experiencia fuera lo más parecido a como el amo Kenji solía tomarme, no estaría vendada pero no podría verle, no estaría atada pero el sushi no debí moverme y Kenji me devoraría, se serviría de mí solo que de modo más literal.

Cual sería mi sorpresa al verlo inclinarse y tener su rostro a escasos centímetros del mío:

—Hola—sonrió lamiendo mi rostro con la vista.

—Buenas noches, amo Kenji—un escalofrió me recorrió el cuerpo y temí por el delicado equilibrio del sushi.

—Luces especialmente apetecible esta noche—tomo mi cabeza entre sus manos y me hizo doblar el cuello para que mis ojos pudieran ver le sentado en su asiento.

—No se por que no habré pensado en esto antes.

— ¿Le gusta tomar regularmente su sushi de mujeres desnudas, amo?—tenía un poco de curiosidad.

—Mis clientes en China gustan de hacer platicas de negocios alrededor de una mesa "sushi naked" en algún salón privado—empezó a retirar una a una las flores que cubrían mi sexo—Teniendo a una hermosa mujer a la cual contemplar desnuda y un chef instruido en preparación de sushi. No sé cómo no probé esto mucho antes ¡Abre las piernas despacio!—me cogió del tobillo haciéndome estirar la rodilla flexionada y separar muy lentamente los muslos—Te hace falta un accesorio y yo personalmente te lo pondré—me guiño un ojo con una sonrisa lasciva y mirada morbosa. Sabía exactamente lo que pretendía. Cuando lo vi sacar de su pantalón un frasquito de lubricante y tomas la zanahoria, tan solo lo corrobore. Impregno toda la zanahoria cruda y pelada en la solución—¡Relájate y no te dolerá! Este tubérculo es del mismo tamaño que mi pene—empezó a frotar la punta del vegetal contra mis labios, tal como lo hacía con su falo antes de penetrarme y con un par de agiles dedos resbaladizos le propicio a mi botón vibraciones tan placenteras que apenas sentí una ligera presión de aquel objeto al invadirme.

Una vez dentro lo agito también haciéndome gemir luchando conmigo misma para permanecer quieta. Pensé que estallaría pero disminuyo gradualmente la intensidad, dejándome con un delicioso cosquilleo al acabar.

— ¡Cruza las piernas!—coloque el tobillo de mi pierna cubierta con sushi sobre el de la pierna que por estar flexionada se encontrada libre.

Junto ambas palmas y como siempre hacia religiosamente antes tomar sus alimentos dijo:

—Itadakimasu—tomando los palillos.

—Itadakimasu—le respondí por costumbre aunque no fuera a comer.

Verlo comer de mi, deleitarse con los sabores de los bocados sin apartar nunca la vista de mi piel y sentir sus palillos tocar la hoja sobre la que se encontraba el sushi, tenía un efecto afrodisiaco en mí.

Además de que mi vagina se tensaba cada vez más al sentir un falo tan tieso contra sus paredes. Desee que devorará el sushi en dos minutos y me retirara el improvisado dildo anaranjado para clavarme en su lugar aquella verga aterciopelada que tan bien sabia acariciar mi cueva.

Pero Kenji decidió torturarme masticando cada bocado muy lentamente multitud de veces y saborearlo concienzudamente. Al acabar el sushi del lado derecho de mi torso con los palillos retiro la hoja desnudando mi pecho y empezó a manipular mi pezón.

—Me complace ver que mi verga no es lo único erguido aquí—tiraba de la punta de mi busto produciendo un dolor leve pero persistente— ¿Vas a guiarme a tu cuarto y a invitarme a tu cama esta noche también?—me vertió un poco de salsa de soya sobre el pezón.

—Sí, lo hare, amo—de un lengüetazo tomo la salsa que se resbalaba y continuo lamiendo m sensibilizado pezón.

— ¿Vas a dejar dócilmente que te posea según mis maneras? Sin quebrantar la confianza que he depositado en ti—dos dedos paseaban tranquilamente por el valle entre mis senos, pasaron sobre mi ombligo y aparcaban en mi pelvis.

—Lo hare, amo. No le defraudare—dejo caer un lluvia de besos sobre mi monte de venus, produciéndome unas cosquillas que me hicieron reír histérica.

— ¡Eres hermosa! ¡Perfecta!—paseaba su lengua en retroceso por el camino que recorrieron sus dedos dejando un rastro cálido y húmedo.

El corazón me dio un vuelco, de repentina preocupación:

—No seré así eternamente, envejeceré. Llegará el día en el que mi cuerpo no sea una lozana bandeja para su sushi. ¿Qué pasara cuando...—me silencio con un par de dedos embarrando una salsa sobre mis labios.

— ¡Silencio! Déjame hablar a mí—coloco el rostro cerca del mío, volvió a colocar mi cabeza con la vista en el techo relamiéndose los labios sin dejar de ver los míos—Cuando tu piel pierda luminosidad, tu cabello se encanezca, tu cuerpo pierda firmeza y te conviertas en una tierna anciana. Serán tantos los años y las vivencias que fortalezcan el vínculo que nos une que ya serás indispensable e irremplazable para el viejo decrepito que seré.

Acto seguido me planto un cálido, suave y húmedo beso que me hizo olvidarme de todo, me invito a corresponderle con entusiasmo cubriendo con mis manos su cuello. Todo era perfecto, tierno, sensual y romántico hasta que un fuego infernal atrapo mi lengua y se esparció por toda mi boca entrando por mi garganta.

"¡Moriré!" pensé. "¡Esto tiene que ser acido para quemar así!".

Levante el torso de la mesa y con los ojos lagrimeantes empecé a moverme como queriendo sacudirme bichos de encima. Lance un grito intentando con los dedos retirar de mi lengua lo que fuera que la estuviera derritiendo. Con los empañados solo podía oír un sonido gutural y casi animal, el amo Kenji se estaba contorsionando en un grave ataque de risa. Y no las carcajadas sarcásticas que siempre profiere, estaba genuinamente atascado de una curiosa risa de foca.

Restregándome con las manos los ojos distinguí a Miriam y Yamam petrificados con una expresión de incredulidad, ¡a los pobres los habrá preocupado mi grito! La expresión de Yamam se tornó de reprocho y enojo al ver que yo me encontraba bien pero su sushi estaba esparciendo por todos lados, desecho y arruinado.

—¡No se queden ahí!—decía Kenji revolviéndose en su silla y con los ojos húmedos por reír con tanta intensidad—¡Tráiganle un vaso de leche fría o algo!—Yamam volvía a regañadientes a la cocina, profiriendo una amenaza de muerte en mute para mi—Eso te pasa por querer comerte mi wasabi—se limpiaba los lagrimales desbordados.

Verle con los ojos diminutos, las líneas de expresión alrededor de los ojos bien marcadas, sus dientes relucientes enmarcados con una sonrisa, probablemente con un ligero dolor de estómago por esa encantadora risa de hiena, sin duda fue lo más único y exótico de la noche.

Hola, mis Pequeñas Inmortales!!! Como les va? Disculpen que actualice tan tarde, ¿creerian que pense que hoy era jueves? La cuarentera me tiene loca

Que les parecio el cap del dia de hoy? Piensan que el amo ya se ha suavizado bastante o que le falta aun mucho por dulcificarse para Dafne?

Por favor, cuentenme cuales de ustedes quieren que Dafne permanezca con su amo Kenji y a cuales les gustaria que hubiese un pretendiente mas digno de nuestra tierna protagonista?

Nos leemos el domingo, hasta prontito!

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoWhere stories live. Discover now