Capitulo 13, Temporada 2

1.1K 66 0
                                    

— ¡Váyanse todos!—ordeno el Amo pero nadie le hizo caso, estábamos demasiado pasmados pues..."¡Oh por Dios! ¡El Amo en la cocina! Es algo sin precedentes" Nos encontrábamos tan asombrados que ya nadie le ponía atención a mi cabeza herida, incluida yo.

—¡¡¡Fuera!!!—trono, su voz retumbo en la habitación, su furia le saco venas de la frente y le deformo la voz.

Como si un relámpago hubiera caído en la isla de la cocina, saltamos alarmados y nos dispusimos a huir despavoridos. Cuando el Amo en su mal humor me señalo con el dedo y hablando entre los dientes apretados dijo:

— ¡Tu quédate!—Miriam y Yamam se dieron la vuelta para verme como diciendo "¡No te dejaremos atrás!". Yo les indique con un rápido gesto de los ojos que se fueran.

Avanzo hacia mí con los puños apretados, el cuello tenso y las cejas tan juntas que casi se tocaban. Tuve miedo y me encogí de hombros entrelazando las manos sobre mi pecho sin quitarle la vista de encima un solo instante.

— ¡De rodillas!-mascullo al estar frente a mí.

—Amo...—intente decir en una voz que tenía problemas para salir de mi garganta.

—¡¡¡Ahora!!!—su potencia vocal y su mirada atemorizante conmocionaban mis pobres nervios. Mis rodillas se desmoronaron hasta llevarme al suelo.

Ahí estaba yo, observando desde abajo como el Amo a la altura de su barbilla como lanzaba llamaradas por los ojos casi podía oír sus dientes rechinar. ¡Parecía una caldera a presión a punto de estallar! Y cuando vi que uno de los puños se precipitaba hacia mi rostro apreté los parpados con fuerza esperando el contundente estallido de su furia impactar mi mejilla. Lo que mi mejilla sintió fue el dulce roce de sus nudillos:

— ¿Estas bien?—notando su otra mano sobre mi cabeza me atreví a abrir los ojos, topándome con una mirada de preocupación que relajo cada fibra de mi ser nervioso— ¿Te ha hecho mucho daño?—con el ceño fruncido examinaba la herida en mi sien derecha.

—Amo...—mis manos fueron al encuentro de las suyas—No sé...—negaba con la cabeza al hablar-...No entiendo en que me equivoque.

—El que se equivocó fui yo, no tu —atrayendo mi cabeza para apoyar mi frente a un lado de su pelvis, sostenía mi rostro en la palma derecha mientras las yemas de ambas manos me mimaban dulcemente—Me he confiado. Cometí el error de subestimarlo y tú has pagado el precio.

— ¿Se ha echado a perder la cena?—al pensar que la reunión había fracasado debido a ese incidente y con ella mis oportunidades de lograr la ansiada recompensa me entristecía.

—Para nada...—volví a buscar su mirada—De hecho fue un éxito. A pesar de lo que te haya parecido... al invitado lo complació tu... actuación. Mañana el trato será cerrado—me invito a ponerme de pie.

—Amo ¿He entendido bien lo que he escuchado?

—Se mas especifica—notaba su ofuscación aun latente.

— ¿Es ese hombre despiadado el responsable de mi secuestro y mi posterior subastación?

—Si...—me sostuvo la mirada seria mientras tiraba del nudo de su corbata—A su organización fui a comprarte.

— ¿Sabe quién es la mujer que lleva con él?—tal vez el día de la subasta no fue tan significativo para él como lo fue para mí.

—Lo supe hoy...en cuanto la vi —se separó de mi—De haberlo sabido antes te habría informado para que te mentalizaras—hablaba como si de el asunto más trivial se tratara.

—Es horrible, inhumano, perverso, despreciable lo que le ha hecho a esa pobre mujer—la presión en mi pecho retorno, presione ambas manos contra el.

Crónicas de mi Amo, Hijo segundoWhere stories live. Discover now