Capitulo 22

6.3K 243 67
                                    

NOA:

Después de lo ocurrido preferí no contar nada a nadie. Y es que se me hacia muy incómodo decirle a Micaela que el mismo que fue a robar a mi padre a su negocio, tuvo los huevos de tocarme, aunque, siendo honestos, benditos dedos los de aquel hombre. Por supuesto, pregunté a Mica que si se encontraba bien, y estaba sin ningún rasguño, de hecho dijo que la había tratado con total cortesía. Por suerte, ya me había logrado librar de ese desquiciado. Esta vez nos dirigíamos hacia el hospital ya que el hermano de Micaela estaba ingresado allí.

-¿Segura que no te hizo nada Noa?- volvió a preguntar esta por milésima vez.

Rodé mis ojos apoyando mi cabeza sobre el cristal.

-Que si Micaela, no me hizo nada-.

Tan solo me metió sus dedos hasta el corazón.

-Me alegra saber que no te hizo nada- toma mi mano acariciándola.

Dejo que mi vista se centre en el espejo del auto dejándome una vista de un carro que va detrás de nosotras, es un carro totalmente blindado, y lo está manejando un hombre gordo. Frunzo mi ceño cuando doblamos en una esquina y el carro nos sigue persiguiendo.

¿De veras que no puedo vivir tranquila sin que alguien me persiga, me acose o intente matarme?

-Micaela, date prisa- susurro con cautela ya que el hombre tiene su vista puesta sobre mi. Maldita sea. -Voltea aquí, Mica...- esta me mira extrañada.

-¿Qué ocurre?- me mira con rareza.

-No me mires y actúa con normalidad, tan solo voltea en la siguiente calle- musita un "vale" y hace lo que le pido. Cuando logramos perderlo de vista por un momento saco con rapidez el celular y marco a mi madre. Pero mi plan se va a la mierda cuando Micaela se detiene de repente y alzo mi cabeza viendo otro carro del mismo color. Ahora se bajan tres chicos con armas.

Otra vez no.

Comienzan los disparos y el hombre gordo sale con dos hombres más en dirección a mi auto.

-¡Pon el seguro! - le grito. Esta lo pone tapando su cabeza con sus manos entre sollozos. Yo en cambio sigo marcando a mi madre, pero esta no lo toma. 

Vamos mamá, coge el teléfono.

Uno de los jóvenes quita su máscara dejándome ver su rostro. El mismo rostro que me hizo tener un orgasmo esa misma noche en aquel bar. No pienses en esa mierda ahora.

El de ojos cafés apunta a la cabeza de uno, derrumbándolo y se acerca a mi puerta. Mientras los dos se cargaban a los otros, el anterior nombrado sigue forcejeando intentando abrir mi puerta.

-¡Abre la puta puerta Noa!- grita con furia.

Yo niego intentando prender el auto y cuando pienso que podremos marchar, un sonido de unos cristales impactan contra mis oídos. Una de sus manos va hacia la manecilla de mi puerta, abriéndola desde dentro. Abre esta agarrando mis piernas sacándome hacia afuera. Me toma como si fuera un saco de papas y me lleva en dirección al coche.

Comienzo a repartir patadas y puñetazos al aire como una desquiciada, pero este ni se inmuta.

-¡Suéltame hijo de puta!- mando puñetazos a su espalda. Abre la puerta de su camioneta dejándome en uno de los asientos de atrás y saca unas esposas. Pienso en escabullirme por la otra puerta y cuando levanto mis rodillas, este agarra un trozo de mi cabello haciéndome hacia atrás de vuelta.

Agarra mis dos muñecas con una de mis manos y con la otra me pone las esposas.

–¡Te odio! ¿Me escuchas? ¡te odio!- escupo en su cara. Este cierra sus ojos y tensa su mandíbula. -¡Muérete degenerado! - lleva la mano hacia una bolsa y saca un paño atándomelo a la boca, dejándome sin habla. Limpia su cara con su mano y se sube al coche, sin decir nada. El de ojos azules se asoma por la ventana.

-Prenditi cura della sua amica- le dice al de ojos azules. -non gli succede niente-

Este asiente y sale corriendo al auto de mi amiga. Yo comienzo a patalear cuando nos vamos alejando en una dirección desconocida. Un nudo se forma en mi garganta y el chico que se encuentra a su lado me mira de arriba a bajo y me dedica una pequeña sonrisa de pena. En cambio la cara de él se encuentra ruda y seria.

-¿Cosa faremo con lei?- habla en italiano el pelado- ¡Non puoi rapirla come se niente fosse!-

Me comienzo a desesperar cuando le grita a este. El morocho me mira a través del cristal y aprieta el volante entre sus manos

-Io penso a lei- expresa con serenidad mi secuestrador. Yo aprieto mis ojos con desesperación y espero a que suceda lo que tenga que suceder.

Salgo del rayo y doy en el relámpago.



Hola jsjsjsj no tengo na que desih, así que adieu.

*c va corriendo y se tropieza*

2/3

𝐂𝐡𝐨𝐫𝐫𝐨-ᴛʀᴜᴇɴᴏ[✔️]Where stories live. Discover now