𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 19

121 17 0
                                    

Se quedó observando la entrada de aquella extravagante mansión, perteneciente al dueño de la primera red de pederastia y pedofilia en el mundo.
Ahí estaba esperando por el pez gordo, sentado en el coche que había utilizado por los siguientes tres años consecutivos, haciéndose pasar como un empleado más de ese conjunto asqueroso de personas.
Luego de tres exhaustivos años, monitoreando cada paso, evento al que asistía, observando a la familia de este, hoy era ese día, el tan esperado día.
Por supuesto que la pederastia ni pedofilia iba acabar con la muerte de este personaje importante llegado de los Estados Unidos hace años, había tantos más que asesinar, pero con la muerte de esta repugnante figura muchas familias serían justamente cobradas por los hechos más repulsivos que había cometido bajo su poder. Le traía tantas ganas atoradas que se acrecentaron en cada noche donde tuvo que sacrificar oídos, escuchando los gritos de niños y niñas implorando porque se detenga u observando las veces que colocaba sustancias ilegales a las bebidas de los hijos de sus “amigos” para, en un descuido, aprovecharse de ellos en un lugar recóndito del evento.
No había ser más vomitivo que el dueño de esa lujosa mansión, peor aun siendo testigo de sus hechos durante tantos años.
Le costó la psiquis, los psicólogos forenses del mismo equipo con quienes trabajaba, tuvieron que emplear un arduo trabajo tras KiHyun. En una de esas noches había perdido esa inteligencia emocional que era intachable del joven que ahora cumplía 28 años. Estuvo a punto de cometer un grave error y acabar matando de un solo disparo a este sujeto. Pero la organización por la que trabajaba, se dio cuenta a tiempo de lo que quería hacer y tuvieron que hacerlo desaparecer hasta lograr calmarlo.

                              𖢇↜↝𖢇

Presionó los puños por el volante recordando todos los gritos de esos pobres inocentes y empezó a temblar de la cólera.

— ¿Amor? —.

Relajó todos los músculos de vuelta al oír su voz. Shownu hace dos años atrás se volvió parte del sector analista, pero era su contención cuando perdía el control. Desde esa noche que salió de quicio, era vigilado con cámaras para prever otro brote de crisis— ¿Sí? —respondió con voz dulce.

— Debes colocar en el café la sustancia, está saliendo de su cuarto—avisó el mayor desde la llamada que estaban teniendo al Jack talk del otro.
— Oh, claro. Gracias —tomó la bolsa diminuta que sacó del bolsillo para colocarle a la bebida que aquel sujeto le había pedido personalmente y así pudiese disfrutar del mismo durante su trayecto rutinario a algún parque. Se había ganado tanta confianza que era el único querido de aquel personaje y podía hasta comprarle comida, la conducta limpia que tenía con él, fue la herramienta perfecta para ese momento.
Tapó de vuelta aquel vaso de plástico y lo revolvió removiendo lentamente en círculos.
Lo vio salir de la mansión y se preparó para realizar esa fingida dulzura, hoy se mentalizó que sería lo más dulce todavía, como despedida, por su último día— Muy buenos días señor —volteó a verlo con una radiante sonrisa que contagió al hombre.

— Ey, hoy estamos de muy buenos ánimos al parecer…
Buenos días, Yoo —respondió con los ánimos cambiados al ser recibido de tan radiante manera y tomó el café que le fue extendido para enseguida beberlo— ya sabes, lindo. Vamos a algún parque, te dije ayer, que hoy elegirías tú, sorpréndeme, muchacho —.

— No se decepcionará, señor —comentó sin borrar esa hermosa sonrisa y dio arranque para partir de allí— ¿no le importa si es un lugar lejano? —.

— No, no, mejor todavía. No tengo mucho que hacer hoy y tengo mucha sed de algo puro —comentó refiriéndose evidentemente a un niño.

KiHyun tomó toda fuerza de voluntad para no parar ahí mismo y arrancarle la cabeza con las manos. Sabía a lo que se refería— entonces sólo descanse, señor —concluyó con un perfecto inglés y esperó a que cierre los ojos por efecto mismo de la droga que le había puesto a la bebida.
Dio un giro en seco, formando una U y se dirigió al lugar donde realizó el primer asesinato a los 18 años, ese lugar era el perfecto, su favorito y necesitaba proceder en ese mismo sitio con el inmundo de ese hombre.

❝Un poco de mí... ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora