❝Un poco de mí... ❞

𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 4

Dibujó una cruz, con la navaja sobre la frente de aquel sacerdote y quedó de cuclillas a lado suyo viendo los vehículos abandonados alrededor.

ㅡ Que Dios... Te perdone ㅡ.

Murmuró mientras colocaba la punta de su navaja por el dedo índice de su propia mano izquierda, sonriendo lascivo y tomó el pene que le había cortado antes de verlo morir, para metérselo a la bocaㅡ Así es la justicia, padre...
Algunas veces te cubre... Y en otras la ves en un chico de veinticinco años, con una navaja y un par de herramientas de tortura ㅡ juntó las manos a modo de oración y cerró los ojosㅡ oraré porque tu alma se queme en el infierno ㅡ rió después y se alejó del cuerpo limpiando la navaja por la ropa que llevaba puesta. Por supuesto, después acabaría quemándolo para borrar cualquier tipo de evidencia.

[...]

Despertó de una pesadilla, estaba sudado.
Miró a los lados.
Se encontraba a oscuras y fue hasta la ventana para revisar si la electricidad se había ido. Pudo confirmar que así era, por eso el calor sofocante y la respiración ya jadeante que tenía.

Se secó el sudor con el antebrazo después de abrir la ventana y soltó un suspiro, recostándose por el marco del ventanal.

"ㅡ ¡KIHYUN! ¡NOOOO! ㅡ gritó el moreno antes de ver al pequeño degollar a su madreㅡ."

Golpeó el marco y se alejó de ahí con los ojos cristalizados por el dolor que pudo vivir de ese sueño.
Había tenido un terrible sueño donde el señor Son Hyunwoo, era el único espectador mientras degollaba a la madre de él, sin ápice de duda alguna.

Le había golpeado tan duro sentir ese dolor que fue corriendo al baño y acabó vomitando dentro del inodoro.
Vez primera que le sucedía, no era para nada bueno en la labor que ejercía.

Se sentó a lado del inodoro, recostó la cabeza por la pared y posó el ante brazo por la frenteㅡ debo matarlo... Es la única solución... ㅡ murmuró en ese estado débil, con los ojos entre cerrados.