Capítulo 12

5.2K 278 45
                                    

P.O.V. DARWIN

El domingo me levanté muy temprano. No había podido dormir bien ya que había estado dándole vueltas a todo lo que había pasado ayer. Sonreí al recordar a Rose y como me había perdonado. ¿Qué hubiera pasado si no nos hubieran interrumpido? Yo, sin duda, la habría besado. Aunque no sabía como reaccionaría ella...

Bajé las escaleras de madera de mi casa, ya vestido y me encontré con mi madre en la cocina.

- Hola, cariño -me saludó-. ¿Qué tal has dormido?

-Genial. -mentí. Ella me escaneó con sus ojos chocolate, como si supiera que estaba mintiendo, y luego suspiró mientras seguía lavando los platos.- Oye, me voy a ver a Adam.

- ¿Tan temprano? -protestó ella. Yo asentí y volvió a suspirar.- Vale, pero coge la chaqueta.

Yo rodé los ojos, pero cogí la chaqueta y me la puse por encima de la sudadero azul oscuro que llevaba. Cuando iba a salir por la puerta, me choqué contra un cuerpo.

- ¡Mira a quien tenemos aquí! -exclamó sarcástico mi hermano mientras se apartaba de la puerta - ¡Pero sí es el pequeño Darwin!

- ¿Qué quieres Peter? -le pregunté mosqueado.

- ¿Yo? - puso carita de inocente mientras me pasaba el brazo por los hombros- Sólo quiero pasar un rato con mi hermanito pequeño. Estas semanas has estado un poco ausente.

Le aparté el brazo de mis hombro y di un paso hacia atrás.

- Déjame en paz.

Él negó con la cabeza mientras seguía sonriendo. El pelo negro le cayó por la frente mientras se inclinaba hacia mí.

- Yo de ti sería un poquito más respetuoso con tus mayores , a no ser que quieras que mamá se entere de tus escapadas al bosque a altas horas de la noche.- me susurró al oído.

Estreché mis ojos mientras le fulminaba con la mirada. El me sonrió, con sus ojos chocolate brillando por la diversión. Resoplé y me di la vuelta para salir de casa. Mientras me alejaba pude escuchar a mi madre regañar a mi hermano.

En la calle hacia frío y agradecí a mi madre por haberme hecho coger la chaqueta. Podía sentir la presión que hacia el sobre de la carta en el bolsillo de mi pantalón. Hoy los reyes iban a saber de la otra dimensión y me ponía nervioso.

Cuando ya llevaba como unos diez minutos caminando, escuché una voz gritar mi nombre y pasos detrás mío. Me giré justo para ver como Jessie corría hacia mí y se me tiraba encima.

- ¡Darwin! -exclamó cuando la aparté de mí con cuidado- ¡Te he estado llamando pero no me contestabas!

Me encogí de hombros pero a ella no le importó. Siguió sonriendo.

- Esta semana te he visto muy poco -me dijo como sí estuviera regañándome-, tenemos que quedar más a menudo.

- Jess, ya no somos novios.-le contesté cortante. Yo no era un capullo, pero esta chica no me dejaba en paz. Al principio, cuando lo conocí, me pareció guapa y le di una oportunidad. A las dos semanas corté con ella porque no la soportaba. Jessie era superficial, presuntuosa y un monstruo como persona. Pero era la prima de Adam.

Ella compuso una mueca, pero no se dio por vencida.

- ¿Qué te pasa, Darwin? ¿Estás cansado? -me preguntó acercándose más aún- Porque si estás cansado, mi casa no queda lejos y podemos acurrucarnos juntitos-ronroneó.

Casi me quedo con la boca abierta. Menuda guarra estaba hecha.

- Tentador, pero no, gracias. - esperé que pillara el sarcasmo.

Frozen fireWhere stories live. Discover now