Epílogo de la 1°parte

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P.O.V Darwin

Volví al castillo caminando. Había visitado mi casa y mi madre se habría alegrado mucho de verme, aunque no podía decir lo mismo de mi hermano. Mi padre estaba fuera trabajando y le dije a mi madre que lo saludara de mi parte, y me marché con la promesa de que volvería pronto. No les dije nada sobre Rose porque quería que fuera sorpresa.

Me metí las manos en los bolsillos del pantalón mientras andaba por el camino de tierra y miraba el bosque que había a un lado del camino. Desde aquí podía divisar el castillo, aunque aún tardaría algunos minutos más en llegar. Estaba deseando volver a ver a Rose y decirle que no había pasado nada raro y que mi familia estaba bien.

Recordé la primera vez que vi a Rose, aquella vez que Adam me ordenó que le pusiera la zancadilla solo para que él pudiera hablar con ella. Aquellos ojos dorados que parecían demasiado grandes en una niña de doce años y cómo me miraron sin comprender por qué le había hecho daño. Desde luego, lo mejor de todo fue la bofetada que le pegó a Adam.

Sin darme cuenta, ya había llegado al castillo. Recorrí el pasillo hasta el Salón del trono, que estaba completamente vacío. Escuché risas que provenían de uno de los saloncitos de al lado y me dirigí hacia allí, esperando encontrar a Rose allí. Me extrañé cuando vi que eran sólo Josh y Naomi.

- Hola .- saludé mientras me sentaba en el sillón de enfrente. Los dos me miraron sonrientes y me devolvieron el saludo- ¿Sabéis dónde está Rose?

Se miraron entre ellos y luego volvieron a mirarme a mí.

- Estaba aquí hace un rato -me explicó Josh con el ceño fruncido-, pero ahora ya no está.

- Bueno, gracias, no me había dado cuenta. - contesté sarcásticamente. La verdad era que Josh me desagradaba un poco. Y no era porque estaba muy unido a Rose. Claro que no.

- No hace falta que seas desagradable, pececito -dijo Naomi con una sonrisita. Yo apreté los dientes e intenté no gritar por el apodo de mierda.

- Se supone que sois sus mejores amigos, ¿y no sabéis dónde está?

- Soy su mejor amiga, no un GPS que te puede llevar hasta ella en cualquiera momento. -se defendió ella, con las mejillas coloradas y apartando sus ojos de los míos.

Me había dado cuenta de que a veces, cuando Naomi no se daba cuenta, Rose le lanzaba miradas tristes. Yo sabía que la echaba de menos, ya que su amiga había estado pasando mucho tiempo con Josh.

- Bueno, voy a ver si está arriba. -les dije. Salí rápidamente del salón y subí las escaleras hasta el segundo piso.

Toqué a la puerta de la habitación de Rose, pero nadie respondió, así que la abrí para ver si había alguien. La habitación estaba vacía, su cama estaba deshecha y en la mesita de noche había un reloj que marcaba casi las ocho de la tarde. Una cosa era segura, Rose no estaba en su habitación.

Pensé en ir a preguntar a sus primos o a sus tíos, pero recordé que estaban dormidos porque aún no se habían adaptado al cambio de horario que hay de Eldim a Harliam. Sus padres estaban en una de esas interminables reuniones que tenían con los reyes de Harliam y aún tardarían un rato en salir de allí. Los únicos que me quedaban por preguntar era a sus hermanos mellizos y a Grace. Aunque también podía probar a ir a visitar a Gema, que seguía inconsciente.

Comencé a caminar hacia la habitación en la que estaba Gema, aunque me sorprendí un poco al ver que ya estaba ocupada. Los mellizos y Grace estaban dentro.

- ¡Hombre, si es el pez preferido de mi hermana! -exclamó Rick con una gran sonrisa al verme entrar a la habitación.

- No te metas con Darwin. -espetó Grace con el ceño fruncido, pegándole un puñetazo flojito en el brazo. Luego cambió el semblante a una sonrisa y se me acercó dándome un abrazo.

Frozen fireWhere stories live. Discover now