𝐂𝐅║ ❝ La salud mental puede ser afectada por otros hasta que termines por derrumbarte frente a los que más. ❞
『En donde Aine y Blake se conocen via Instagram sin saber lo que conllevaría sus sentimientos y la presión de otros sobre ellos. 』
🖇 ‧₊˚...
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Con los nervios de punta continuo caminado hasta cruzar el campus y llegar a visualizar a Blake.
Su auto estaba estacionado en el mismo estacionamiento de en la mañana, mientras que el se mantenía recargado en la puerta del copiloto. El al verme se le formó una sonrisa en el rostro, y apartando su cuerpo del auto se acerca hacia mi.
—¿Lista? —inquiere manteniendo una sonrisa en el rostro, solo asentí antes de dejarme guiar por el al auto, y abriendo la puerta para mi.
Posicionado mi mochila sobre mis piernas entró al auto antes de ver cómo Blake cierra la puerta y trota hasta el asiento del piloto.
—¿Que? —preguntó entre risas al ver como el no paraba de mirarme divertidamente desde que habríamos comenzado el trayecto.
—Nada. —responde de igual manera, entre risas. —Es solo que después de haberte rogado por más de un mes por fin aceptaste salir conmigo.
Con una sonrisa en mi rostro me obligó a apartar mi mirada de Blake y rápidamente dirigirla hacia la ventanilla, intentado que el no se percatara de lo rojo de mis mejillas.
—Me obligaste. —respondo segundo después.
La risa de Blake tras mi no se hizo de esperar.
Manteniendo mi atención por la ventana y cómo las luces de los faros iluminaban la carretera, dejó que mi mente divague por si sola, llegando a lo que Megan me habría dicho o lo que más bien me habría obligado a reconocer.
"A ti te gusta Blake".
A mi me gustaba Blake, ya no podía negarlo.
Unos minutos más tarde llegamos a dicho lugar donde sería la cita: Saddle Ranch. Una vez más Blake se encarga de abrirme la puerta y entrelazando su mano con la mía, ambos caminamos hacia el restaurante el cual se encontraba con pocas personas en su interior.
Un mesero es el indicado en guiarnos a nuestra respectiva mesa, y una vez que tomamos asiento el nos entrega nuestro menú. Comienzo a hojear el dicho menú sin poder sentirme nerviosa tras las múltiples veces en las que Blake me miraba.
—¿Podrías parar? —habló al sentir una vez más su mirada en mi, obligándome a levantar mi atención del menú hacia su rostro.
—¿Parar? ¿De que? —inquiere con diversión, haciéndose el obseso a sus acciones anteriores pero a la vez manteniendo su sonrisa desde que habría ido a recogerme.
—En mirarme. —respondo.
—¿Acaso no puedo hacerlo? —pregunta con diversión. —¿Está prohibido?
—Gracioso.
Minutos después de charla nuestra respectiva comida llegó y entre bromas cada quien comió de su platillo.
—¿Puedo confesarte algo?
Si antes tenía toda la atención de Blake en mi, ahora la tenía el doble al haberme escuchado.
