(✓) 𝐂𝐋𝐎𝐒𝐄 𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 •˖* Blake Gray

fourty nine; surprise

¡Anunció al final!

—Estoy agotada. —hable con cierto cansancio y Blake, quien llevaba nuestras maletas por el aeropuerto solo pudo regalarme una mirada de compasión.

—Somos dos. —dijo una vez que cruzamos por una de las tantas salidas que tenía el aeropuerto de Los Angeles. —Sígueme y no te separes de mi lado. —ordeno y yo asentí intentándole seguir el paso a toda costa, logrando llegar a una camioneta negra, que rápidamente el encargado al vernos ayuda a Blake con las maletas y por mi parte me dispuse a entrar a la camioneta y segundos después Blake también lo hizo.

Sabia que nos esperaba un largo camino hacia la Sway así que me dispuse a aprovechar de aquel tiempo, y acercándome a Blake lo suficiente recargo mi cabeza sobre su hombro dispuesta a dormir todo el camino y Blake al notar de mis acciones me rodeo por los hombros con uno de sus brazos de tal manera que me atrajera a un mas a el, y en cuestión de segundos caí dormida.

—Aine. —escucho a lo lejos como me llaman pero al estar tan metida en mi sueño dejo pasar aquello por un lado. —Aine. —vuelvan a llamar de mi nombre y seguido de eso siento como me remueven muy delicadamente.

—Shh, dejen dormir que me estoy casando con Justin Bieber. —murmure aun con los ojos cerrados y algo dormida.

—¡Aine! —exclamaron y eso basto como para que abriera los ojos exaltada.

—Desperté, desperté. —repetí varias veces mirando hacia todos lados con mi claro rostro de recién levantada. —Espera, ¿donde estamos? —murmure algo confundida al haberme percatado que esta no era la Sway, si no, la camioneta se había detenido a un lado de una transitada calle de Los Angeles. —¿Donde estamos? —volví a preguntar dirigiendo mi atención hacia Blake.

—Ya veras. —dijo con una sonrisa en el rostro.

—Me das miedo. —articule y el rio, rodeándome por los hombros y atrayéndome a el, logrando dejar un beso en mi coronilla.

—No temas. —me tranquilizo y yo sonreí, siendo Blake el que abriera la puerta de auto y bajara primero, extendiéndome su mano y tomando la mía, de tal manera que me ayudara a bajar.

—¿Una tienda de mascotas? —inquirí con cierta confusión al ver el local que estaba frente a nosotros. —¡Tendré a mi pato! —exclame emocionada, dando pequeños saltitos pero al notar como Blake negó, la sonrisa que se había formado en mi rostro paso a borrarse. —Te odio.

—Solo entra. —dijo Blake y yo obedecí y cuando el estuvo por tomar mi mano yo fui mas rápida y la aleje.

—¡Hey! —se quejo.

—Solo entra. —respondí lo mismo que el había dicho segundos atrás y al notar su rostro sonreí victoriosa.

Ambos entramos a aquella tienda, siendome inevitable no morirme de ternura al ver la gran cantidad de perros que tenían para adoptar.