Ships in the night ⇢ SeBaek/BaekHun [HIATUS]

XII. Volver a casa

¿cuántas veces debo de haber sentido

esto y lo habré ignorado? ¿podrías

empezar nuestro extraño amor?

acaríciame hasta que sea aburrido.

cuando nuestros corazones se tocan, ¿en

qué piensas? ¿me he enamorado de ti?

red velvet ; eyes locked, hands locked

»❁«

Ser hijo de un matrimonio separado muchas veces tiene sus pros, aunque le gustaría haber crecido con sus padres casados. BaekHyun no puede aseverar que su infancia fue terrible, BaekHo y HeeYeon fueron relativamente felices y se amaron hasta cerca de sus diez primeros años de vida, antes de que iniciaran las discusiones y lo que pasó posteriormente no tiene mayor relevancia actualmente. Incluso después del divorcio su vida no fue mala, tampoco increíble. Su padre se mudó a Shanghái, se casó por segunda vez y él permaneció en Seúl junto a su madre, quién se mudó a San Francisco en cuanto BaekHyun cumplió la mayoría de edad en Corea del Sur.

Sabe que, aún si no todo fue color rosa, gozó de muchos privilegios y no debería de quejarse, ni reclamarle a sus padres. Es solo que de vez en cuando le gusta echarles la culpa de su temperamento de mierda y naturaleza carente de empatía.

Desde que era un niño, BaekHyun ha tenido la manía de reprimir sus emociones. Cuando cumplió los doce, BaekHo lo llevó a un psicólogo recomendado por su mejor amigo. En su hogar estaban confundidos de que él no hubiera mostrado reacción alguna ante la noticia del divorcio de sus padres. Sin embargo, la realidad del asunto es que BaekHyun lloró en la escuela, dentro de un baño del bloque más alejado de su salón y nadie se dio cuenta.
Su padre desistió con la idea de llevarlo a terapía, el psicólogo resultó ser un chasco y no solucionó nada. Tres meses después, se mudó de casa junto a su madre y BaekHo dejó el país.

A veces anhela la facilidad con la que Oh SeHun exterioriza lo que siente o piensa. Es como si el exhibir su corazón no le aterrara de cojones y confiara plenamente en que él nunca haría nada que pudiera destruírlo. Si BaekHyun es brutalmente honesto, no está seguro de poder mantener intacto los sentimientos y el corazón impropios, no siendo como es.

— «¿Te dormiste, Baek?» —se removió en el colchón, acomodando mejor el teléfono contra su oreja. Pronunció un quedo "no", escuchando la calmada respiración al otro lado de la línea. Tiene ganas de abrazar a SeHun y el mero pensamiento lo vuelve vulnerable, o eso piensa—. «En fin, ¿quieres que compremos la cerradura y arreglemos eso el sábado, en lugar de ir al cine? Sabes que no me molesta ayudarte.»

— No. Otro día, ¿dale? —se desperezó, estirándose con los ojos cerrados—. ¿A qué hora tienes clases luego? Deberías de estar durmiendo y no hablando conmigo...