Cap 18

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Si decidí dormir, si pude dormir esa noche, fue solo porque Dami me estaba abrazando.

Se sentía hermoso tenerla tan cerca, era casi como quería que estuviéramos, como soñaba que estuviéramos. Quería, casi necesitaba, besarla.

Eso sólo me confundía más. Nunca sentí nada parecido con un chico. No estoy segura de que me gusten las chicas, pero sé que ella me encanta

Cuando desperté, ya era la mañana del Domingo. No sabía como había podido dormir toda la noche de corrido.

No se podía decir que tuviera planes para lo que íbamos a hacer ese día, pero tenía claro que no iba a ser en mi casa. Iba a ser lejos de mi familia.

Mi padre llegaba ese día, a la tarde.

Lo primero que haríamos es ir a tomar un helado. Algo básico, rico y, más importante, algo que tenía historia para nosotras.

Después de la noche que pasé hablando con Sua Unnie sobre Dami decidí directamente preguntarle a mamá por más detalles. Me dijo que ese día fuimos a una heladería.

Lo más curioso es que sin saberlo habíamos tomado uno el día que ella y sus amigas vinieron a casa.

Noté que se estaba despertando, se estaba moviendo a mi espalda y apretó más sus brazos en mi cintura.

Cuando terminó de volver a este mundo le di los buenos días, ella me los devolvió con la voz un poco ronca. Traté de darme vuelta, para poder mirarla a los ojos. Parecía un poco desorientada, por lo que decidí que lo mejor era traerle el desayuno a la cama.

Me intenté levantar de la cama mascullando un "ya vuelvo". Digo intenté porque ella hizo fuerza y me atrajo a ella desde la cintura, no sé cómo pero había logrado que me diera vuelta.

―No, quiero pasar más tiempo así―. Dijo, como si fuera algo súper casual. Mi corazón dio un vuelco en cuanto ella acomodó su cabeza en mi pecho, pero se lo permití y acaricié su largo pelo, como había hecho la noche anterior.

Nos quedamos así aproximadamente media hora, simplemente escuchando nuestras respiraciones y disfrutando de la cercanía que teníamos la una con la otra.

Si solo fue media hora no fue porque nos cansáramos; sino porque su estómago gruñó de la nada. Nos empezamos a reír.

―¡Esto es tu culpa!― Dije― ¡No dejaste que me levantara para hacerte el desayuno!

―No, es tu culpa― Dijo tranquila, bastante más que yo, con mi tono burlón― ¡Ayer ni siquiera pude cenar!

Ahora sí que me sentía culpable. Inmediatamente me separé un poco de la posición en la que estábamos, quería verla a la cara

―Decime que es una broma―. Por mi tono parecía que me hubieran dicho que alguien murió

Ella me miró, probablemente por el movimiento, posiblemente por como hablé...

Inmediatamente el brillo chistoso de sus ojos se borró.

Mierda.

Estaba hablando enserio.

―No, es verdad. Me habías preocupado... sos más importante que un montón de albóndigas.

No pude evitar una risita tonta. De todo modos no me hacía gracia que ella no hubiera comido.

―Dame un minuto. Vuelvo y te dedico todo el día... ¿Sí?

Ella solo asintió con la cabeza, de mala gana pero con una sonrisa.

Baby girl (Dami y tú) {Dreamcatcher} [Soft]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant