NUEVE

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A veces leer un libro te puede destrozar, aunque termine en un "final feliz"

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El estrés combinado con no poder dormir y no comer de manera adecuada puede tener las perores consecuencias para la persona que está pasando por esto también agrégale que está pasando por una crisis. Linda combinación ¿no?, no es fácil saber que estas pasado por eso, aunque es muy obvio para muchas personas, para uno a veces no nos damos cuenta del dolor que estamos cargando.

Y más si se vuelve una rutina de todos los días donde uno lo ve ya como algo normal, cuando no lo es. El dolor de saber que en cualquier momento puedes perder a la persona que más amas es algo complejo, no todos reaccionan igual.

Ya había pasado una semana desde el cumpleaños de nuestro protagonista, seguía con la misma rutina con la diferencia que los dolores de cabeza y nauseas seguían. Ya había probado todo tipo de medicamento para poder parar su malestar, pero nada funcionaba.

Ahora mismo se encontraba en la cocina de su restaurante, no había muchos clientes por la hora, se sentía cansado y su cabeza daba vueltas. Dejo el cuchillo de lado y agarro su cabeza con notorio dolor, su padre se encontraba a espaldas de él, no parecía notar lo mal que se encontraba.

— Luis, ¿me puedes pasar un cuchillo? — El mayor al no recibir respuesta, se preocupó, mientras tanto Luis empezó a ver puntos negros — ¿Luis?, ¡Luis! — Grito al ver como su hijo caía y dejando todo de lado corrió para poder atraparlo — ¡Manuel, te quedas a cargo! — levanto a su hijo con cuidado y corrió a su auto.

— Espera, ¿yo que? —

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Abrió los ojos tratando de acostumbrase al cambio de luz, esta vez no trato de levarse se encontraba cansado y le dolía todo el cuerpo.

— Cuando dijiste que vendrías después del trabajo, no pensé que tendría que atenderte — Élet se encontraba en el mismo sillón de la vez pasada leyendo un libro con la portada azul, levanto la vista y dejo el libro para acercarse — ¿Cómo te sientes? — Dijo mientras tomaba el pulso del mayor.

— No siento mi cuerpo y siento como si no hubiera dormido en meses — Se quejó cuando sentido un pequeño objeto frio en su pecho

— Claramente nos has dormido en meses, tus defesas son tan bajas que me sorprende y me alegra que no estés muerto — quito el estetoscopio del pecho —Y no me vengas que todo está bien, porque no lo estas, te ves mal, tu padre llego gritando que no respirabas —Tomo aire — Para que al final se quedara toda la noche en vela esperando que despertaras — Tomo otro respiro — Y ahora mi hermano y su esposo me quiere matar porque no hice nada, pero no puedo hacer nada si la persona no se deja ayudar— Dejo escapar todo de una.

— Creo que aprendí mi lección — Élet frunció el ceño enojado — pero ya en serio gracias por ayudarme —

— Bueno tú también lo hiciste por mí —Se sentó en la silla cercana — Por favor escúchame cuando te diga algo —

— Lo hare, creo que debo aprender a escuchar — Se sentó en la cama — Espera si yo dormí aquí tu ¿Dónde dormiste? —

— El catre fue una buena compra después de todo — Se levantó — Y no te preocupes todos deberían aprender a escuchar, me tengo que ir, voy por tu padre y mi hermano. — salió de la habitación dejando al moreno que descansara un rato más.

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El mexicano se encontraba en silencio al igual que su amigo Élet, se sentían como niños que serían regañados. Élet miro a José y José a Élet, tratando de buscar una escapatoria de su posible regaño.

Entre libros (UsaMex) (Terminada) Where stories live. Discover now