OCHO

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Sin darte cuanta tus páginas se siguen escribiendo mientras tú sigues en la misma.

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Los meses pasan volando, no te das cuenta de muchas cosas, el tiempo es limitado y sin querer ya paso casi medio año. El estrés, el trabajo, la escuela y muchas más cosas provocan que el tiempo no exista a menos que tengas que entregar algún proyecto o algo parecido.

— ¡José! — Élet sacudía a un dormido mexicano, que en vez de dormir se encontraba invernado. Élet lleva casi una hora tratando de despertarlo. Y como dice mi abuela "toda persona perseverante consigue lo que busca ", el mexicano logro abrir los ojos, se fue acomodando sin saber que pasaba. — ¡Al fin, por mis batas!, por un momento pensé que estabas desmayado o que te dio — Dejo de hablar al ver Luis confundido y suspiro con fuerza — José— hablo más tranquilo — Te vez fatal, ¿al menos comes dos veces al día? —

—Estoy bien Élet, no pasa nada ¿Qué horas son? — Élet suspiro ya no era nuevo esto, José Luis convirtió esto en una rutina y Élet la sabía de memoria. Primero tenía que despertarlo, después lo regañaba, luego decía que estaba bien, se enteraba de la hora y salía corriendo a su casa porque tenía trabajo. Élet cansado de siempre lo mismo tomo aire y hablo.

— Sabes mejor ve a mi habitación, toma un baño porque apestas, toma la ropa que olvidaste el martes, yo te llevo para que llegues temprano y son 7:30 am — Termino y volvió a respirar

— Gracias — Sonrió y rio por lo que dijo el más joven, Élet no se enojó y se rio junto a él, hace tiempo que no le veía sonreír o reír, estaba tan ocupado en su trabajo y en venir a ver a su amigo, que se olvidó que él también está vivo.

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Los dos ya se encontraban en el auto del joven OMS, hablaban sobre tonterías. Se volvieron un poco más cercanos.

—Estoy considerando ponerte un catre en la habitación, pasas más tiempo en mi hospital que en tu casa. Además, no creo que dormir en una silla se bueno para tu espalda — Comento sobre lo que tenía planeado hacer.

— ¡Oh vamos!, eso no es cierto — Élet negó mientras seguía atento al camino.

— Hace casi un mes que duermes en su habitación, al menos déjame hacer eso —

— Esta bien, si crees que es lo mejor— Élet sonrió y pensó "lo que debería hacer es llevarte con un psicólogo, pero eres demasiado terco ".

Élet estaciono el auto en la entrada del restaurante, José agradeció por traerlo, pero antes que se bajara hablo.

— José, por favor hoy no vengas, descansa en tu casa, mientras que consigo eso — Luis no tuvo de otra que aceptar.

—Está bien, si pasa algo avísame — Élet asistió con la cabeza y se despidió para poder volver al hospital.

El mexicano camino hacia la entrada del restaurante, empujo la puerta y lo primero que vio fue a su padre dando órdenes antes de que abriera el restaurante. Saludo a su padre junto a sus empleados. Se fue a la bodega, hoy no tenía ganas de tratar con clientes, mejor se puso a ordenar algunas cosas para mantenerlo ocupado para que el dolor de cabeza y nauseas no lo molestaran.

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Se volvió a tirar en su cama después de un mes de haber dormido en una silla en la espera de que Noah despierte. Su cuerpo y mente no pudieron más, cayendo en los brazos de Morfeo apenas se arropo.

Entre libros (UsaMex) (Terminada) Where stories live. Discover now