— Siempre lo estoy.

Chasquea su lengua y saca las manos de sus bolsillos. Lleva una camisa blanca y unos pantalones por sus rodillas de color caqui. Un look totalmente desenfadado que nunca he visto porque siempre hemos estado en la granja o... Bueno, apenas nos hemos visto fuera de ahí.

— Cierto, siempre lo estás.

— Pero siempre es bueno oírlo —me apresuro a decir y pongo mi mano en su brazo cuando él se gira para caminar— Gracias.

— No las des, digo la verdad. ¿Nos movemos a algún lado?

— Hay un chino que me apasiona. ¿Te gusta la comida china?

— Me encanta la comida china, Bambi.

— Pues vamos por... —Muevo mis manos de derecha a izquierda porque realmente no sé muy bien cómo llegar y tengo que ubicarme— Aquí —señalo a la derecha.

— ¿Estás segura? —Me mira divertido.

— Totalmente y podemos ir caminando, no está muy lejos.

— ¿Puedes andar con esos zapatos? —Se fija.

— Soy toda una modelo con estos zapatos, Leo —camino moviendo mis caderas de lado a lado, como si la calle se hubiera convertido en una pasarela— Podría modelar para Victoria's Secret sin ningún problema.

— No lo dudo —sonríe mientras me sigue.

— ¿Tienes que trabajar mañana?

— No, de todos modos tampoco importaría.

— Estás a dos horas de camino.

— No es un problema, solo son dos horas, además, quiero verte.

Vuelvo a sonreír y lo miro, como si estuviéramos empezando a salir, como si no hubiera pasado nada entre nosotros y admito, que es divertido.

— Yo también y agradezco que vengas. ¿Vives solo?

— Sí, ¿ya estás maquinando?

Suelto una carcajada y niego con la cabeza. — Claro que no, soy una buena chica, lo sabes.

— ¿Una buena chica? —Esta vez es él el que ríe y yo muerdo mi labio superior aguantando una risita.

— ¡Claro! ¿No lo soy?

— Puede que sí, a veces —se encoge de hombros— ¿Es todo en línea recta o estamos andando por andar?

Me paro y miro a mi alrededor, hemos cruzado una calle y hemos continuado andando cuando deberíamos haber girado. Lo cojo del brazo y caminamos de vuelta hasta el anterior cruce.

— Soy una chica despistada, eso no puedo negarlo —mantengo mi mano en su brazo y él mete su mano en el bolsillo.

Leo me cuenta sobre su trabajo, que es aburrido pero que pronto se volverá interesante, ya que saldrá a la calle la semana que viene con su equipo. Cuando llegamos al restaurante, él mira a alrededor y no puedo evitar sonreír al verlo.

— Es mi sitio favorito para comer comida china aquí.

— Espero que la comida esté igual de buena que tú.

— Oh —me sorprendo ante su piropo y suelto una carcajada—. ¿Gracias?

— Que no te cueste aceptar un cumplido ahora, Bambi. ¿Has vuelto a hablar con Zev? —Su pregunta me pilla por sorpresa y lo miro con mis cejas alzadas— Vale, no debería de haber preguntado eso.

— No, está bien. Sí, he hablado con él, seguimos en contacto, Leo.

Hace una mueca y asiente. No va a decirme que deje de hablar con él porque no es así, pero sé que le chirría.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Where stories live. Discover now