──── ¡Déjame! ¡Suéltame! ────estaban ambos en el suelo, habían discutido por el menor, quien estaba enojado por ver como el argentino revisaba un álbum que tenía guardado con llave en uno de sus cajones, su llave siempre lo tenía en el cuello, menos cuando se duchaba, como en esos momentos donde al rubio aprovecho que la puerta estaba sin seguro para tomar aquel indispensable utensilio.
──── ¡¿Que tenes que no quieres que vea?! ────volvió a insistir sosteniendo las muñecas del peruano quien apenas vio como tenía el álbum se lanzó a golpearlo sin conseguirlo, por lo que trato de arañarlo olvidando que el rostro de Argentina estaba a simple vista y obviamente lo culparían a él.
──── ¡Que te importa! ────logro soltar una de sus muñecas, estira su brazo para tratar de alcanzar el álbum que había caído a unos centímetros de ellos, al estar a pocos milímetros fue tirado al suelo golpeándose la cabeza bruscamente y siendo colocado abajo del otro cuerpo.
────No creo que me hayas entendido, mi amor. ────de un tirón le quito la toalla poniendo su rudilla entre las del otro, hizo presión en la entrepierna asustando a su novio, cuando quiso empujarlo, abandonando el álbum, sus muñecas fueron aplastadas con la suficiente fuerza para hacerlo gritar del dolor y desesperación ──── ¿Qué tienes en ese álbum?
──── ¡Bájate y hablamos! ────pudio, su cuerpo se quedó de piedra al momento en donde Argentina aprovechando su altura y peso se sentó en el abdomen, basto con extender su brazo para tener el libro en mano ────Por favor, bájate.
Diversas fotos de alguien que hace mucho murió, eso no le hubiese molestado si aquel sujeto no aparecía tan acaramelado, paso las paginas una por una, cada abrazo, cada beso, cada sonrisa solo le daban más ganas de romper el maldito álbum
──── ¿Por eso estas tanto tiempo con él? ────no hubo respuesta solo se escuchó un pequeño sollozo asustado ──── ¡¿Por eso vez tanto a su hijo?! ────siguió gritando
──── ¡Bájate ya por favor! ────el argentino nunca creyó ver aquello, Perú, su lindo novio, llorando, pidiendo, siendo indefenso, dócil, como siempre quiso que se comportara, la imagen de las lágrimas fastidiaba un poco, pero era soportable hasta cierto punto.
────Responde primero, amor, respóndeme y yo bajare. ────insistió, sin hacer flaquear el agarre, mirando detenidamente cada pequeña gota de las lágrimas que mojaban las tersas mejillas sonrosadas por la misma causa, miedo.
────No es nada malo, f-fue hace mucho, mucho antes de estar contigo. ────con voz entrecortada respondió, su cuerpo tiritaba horriblemente y ya no sabía si había de ser por el frío o el miedo palpitante hasta la fibra más sensible de su ser.
────No te acerques a Colombia de nuevo
──── ¿M-Me estas amenazando?
────Te estoy advirtiendo, tu no era estúpido, sé que obedecerás.
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