Capítulo 7; Una ''cita'' desastrosa.

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Desde el momento en el que escuché como la puerta se abría, supe que algo iba mal. No sé si quizás porque Sid y yo estábamos a punto de besarnos. O quizás el hecho de que alguien nos encontrara allí suponía un problema. No estábamos autorizados para usar el polideportivo sin supervisión y bueno, nosotros estábamos allí.

Solos.

Mi reacción fue apartarme lo más rápido posible, girarme hacia la puerta con las mejillas tintadas de un color rojizo. Sid lo notó y agachó la cabeza, escondiendo una pequeña carcajada. Por la puerta apareció Coral, mirándonos algo extrañada.

-¿Qué hacéis aquí?.- Preguntó, deteniéndose junto a la puerta.

-Estábamos..- Las palabras se me atragantaron, quedándome sin una idea clara de la mentira que podía decir. Sid me respaldó.

-River quería que le diera un par de clases de baile, ya sabes que es bastante patoso.- Carcajeó mientras me miraba, dándose la vuelta hacia el reproductor de música.

-Hmm.. Bueno, vengo para avisaros de que tenemos que ir todos a la sala de visitas.. Es importante.- Respondió y asintió con la cabeza, dedicándome un gesto interesado. Rápidamente se dio la vuelta y yo corrí hacia ella, posando mi mano sobre su hombro, haciendo que se sobresaltara.

-¿Sabes de qué nos van a hablar?.- Pregunté mientras me unía a su caminata hacia el lugar indicado, intentando adaptarme a su paso bastante ligero. Coral se encogió de hombros.

-Creo que es por la gente que está interesada en comprar el hospital.- Respondió dejándome casi petrificado en el sitio, observando como ella continuaba sin mi.- ¿Sid ha hablado contigo?.- Preguntó mientras en mi cabeza se formaban un millón de dudas sobre por qué alguien iba a querer comprar este lugar. Al escuchar el nombre de Sid, volví a mi ser y le miré encogiéndome de hombros.

-Le pregunté que le pasaba y a penas me dijo nada, simplemente que necesitaba desconectar un rato.- Mentí mirando hacia otro lado, metiendo las manos en los bolsillos. Coral redujo su ritmo una vez salimos hacia el patio, mirándome.

-Me preocupa que de la nada esté así, nunca lo había visto de esta manera.- Coral sacudió la cabeza. 

-Gracias por esperar, eh.- Gruño Sid saliendo del polideportivo, dedicándonos una mirada un tanto asesina. Coral me miró y rodó los ojos, comenzando a caminar hacia la sala indicada anteriormente. Suspiré y la seguí.

Como siempre, tres de los cinco alumnos más ''rebeldes'' -pero a la vez queridos, obvio- interrumpimos en la habitación atrayendo todas las miradas hacia nosotros. Enfermeros, compañeros.. todo ser presente allí centró su mirada en nosotros mientras, intentando no reírnos, avanzábamos por uno de los laterales de la sala para sentarnos en los sitios libres que había al final de esta. Una vez lo hicimos, una señora de metro setenta con un pelo anaranjado muy llamativo miró hacia Rick y Paula, quienes asintieron con la cabeza. Dicha señora aclaró su garganta y comenzó a hablar.

-Muy bien queridos pacientes del Hospital psiquiátrico Moorfiels, soy Desiree Laveau, vuestra posible nueva directora.- Su voz resonaba con un fino y casi borrado acento francés que me hizo rodar los ojos. Entrelacé mis manos entre ellas y las posé sobre mis piernas, escuchando las palabras de la señora intentando no empezar a cogerle asco desde el minuto cero.- En mis metas no estaba adquirir una propiedad como esta, pero debido a que es un lugar que llama mucho mi atención debido a mi título en psicólogía, soy una gran postora para adquirir este lugar y hacer de Moorfields un lugar completamente nuevo.- Un nudo se formó en mi garganta. Mi respiración comenzó a acelerarse al igual que los latidos de mi corazón; Miré hacia mi derecha, donde estaba sentada Coral, completamente extrañado y ella me devolvió la mirada de la misma manera.

En el olvido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora