Capítulo 3; Incógnitas y más incógnitas.

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Tras la pequeña propuesta de Kash, todos nos fuimos a su habitación tras llamar a un par de compañeros más con los que teníamos buen rollo. Kash saco un par de cervezas escondidas que le habían pasado en una de las visitas, Sid los porros y pastillas mientras que Ashton, uno de los compañeros más nuevos, trajo un poco de coca.

Y así de fácil los pacientes del Moorfields nos montábamos las mejores fiestas de toda la ciudad.

Decidí salir un momento al baño y al volver, me encontré con casi todos sentados; Coral me miró y me hizo un gesto para que me sentara a su lado, cosa que acepté. Sabía los problemas que tenía para aceptarse y la vergüenza que llegaba a darle el tener que darse besos o abrazos con gente con la que no tiene tanta confianza como conmigo o cualquiera de los del grupo, por lo tanto, quería estar ahí para apoyarla moralmente. Nada más sentarme, entrelazó sus dedos con los míos y me apretó con fuerza la mano, haciéndome entender lo nerviosa que estaba.

{..}

La botella había apuntado hacia mi por quinta vez. La veces que lo había hecho, me había tocado con Joanna, Coral y Lucy, una de las nuevas. No me excitaban ni entusiasmaban los besos con chicas, eso estaba claro, pero seguía con la misma duda sobre Coral. Era como si ella fuera completamente distinta -o quizás que mi nivel de locura ha aumentado desde que estoy aquí.- Kash, el que se encargaba de girar la botella, volvió a girarla con toda la fuerza posible y el tapón de esta apuntó hacia Sid. Miré hacia Sid con picardía y diversión -hay que tener en cuenta de que ambos ya teníamos bastantes substancias en el cuerpo como para tener conciencia en lo que hacemos y decimos.-

-Ven para aquí, chaval. Vas a probar los mejores labios de todo este lugar.- Bromeé mientras le guiñaba un ojo y me soltaba de Coral, acercándome a Sid que estaba casi en diagonal.

-Pero dile a tu novia que no se cele, eh. O si quiere hacemos un trío.- Respondió señalando hacia Coral, haciendo que la habitación se inundara en carcajadas. Sacudí la cabeza en forma de negación y me agaché a su lado, acercando mi cabeza hacia la suya. Con cierta brusquedad tomó mi cara y me acercó a sus labios, comenzando a besarme con ciertas ganas. Intuitivamente continué su beso, saboreando sus labios, jugueteando con su lengua, que, con rápidez se abrió paso entre mis labios.

Besaba bien, demasiado bien..

Segundos después me separó casi de un empujón, soltando un pequeño suspiro mientras alzaba los brazos hacia arriba en forma de victoria ante los aplausos y risas de los demás. Yo estaba completamente atónito. Tanto, que caí de culo hacia mi sitio, quedándome perdido en mis pensamientos hasta que sentí a Coral dándome un pequeño golpe en la pierna. Sacudí la cabeza y la miré.

-¿Tanto asco te ha dado?.- Preguntó entre pequeñas carcajadas. Miré hacia ella y observé lo colocada que estaba gracias al tamaño de su pupila. 

-Menudos labios tienes, River, suerte a la tía que se lo comas..- Respondió Sid mientras empezaban todos a reírse con más intensidad.

No puedo negar que el beso me gustó, me gustó más que cualquiera de los anteriores, aunque los anteriores tan solo habían sido picos. Eso había sido un morreo, y de los buenos. Mi cabeza volvía a estar llena de dudas. No quería pensar que Sid me llegaba atraer, aunque ese toque con los tatuajes me daba cierto morbo -si soy sincero.- Pero lo mismo me pasaba con Kash, y con Ashton y alguno más. No eran feos, si no todo lo contrario. Eran auténticos pivones que obviamente, eran tan heteros como dementes. 

Día siguiente.

8.30 AM 

En el olvido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora