capitulo 20

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MADELEINE

La semana de exámenes resultó menos abrumadora de lo que imaginé. Estudiar en el apartamento de Tyler ayudaba, tenía espacios propios y podía obtener silencio cada vez que lo necesitaba. Él lo hacía más sencillo, porque se apartaba para darme espacio o aparecía trayendo comida o algún chocolate para animarme a seguir.

No fue idea mía trasladarme a aquí por unos días. En realidad, todo empieza por Briana. El día después de la fiesta, reapareció con semblante decaído y la escuché pedir perdón unas cincuenta veces. Explicó que su frustración provenía desde hacía algún tiempo a causa de otros problemas y acabó explotando cuando Neal, persona que no es de su agrado, apareció pidiendo disculpas. <<No era contigo el problema, lo siento. Estabas ahí justo cuando exploté y no te merecías que te tratara de esa forma>>. Lo entendí. Así que me alegré por haber tomado distancia, supongo que sirvió para calmar las aguas y que volviéramos a reactivar la amistad que nos había unido. Luego, se abrió, lo que me pareció extraño, porque Briana no decía mucho sobre ella. <<Mi novia tiene problemas con sus padres. No aceptan su orientación, tampoco aceptan que esté conmigo, así que le cortaron la renta. Tiene que dejar el apartamento y recién podrá acceder a otro en una semana, cuando su abuela pueda enviarle dinero>>, contó. <<Sé que soy la menos indicada para pedirte un favor, pero ¿podría quedarse en nuestra habitación? Solo una semana>>. Respondí que sí. ¿Qué más podía hacer? Solo ponerme en el lugar de esas chicas y entender lo mal que la estaban pasando. Pensé en lo triste que sería si alguien quisiera impedirme estar con Tyler y supe que, en realidad, no dejaría que nadie lo impidiese porque lo quiero y haría todo lo posible para seguir con él. Entonces, asumo que esto se llama amor. Lo que sienten Briana y su novia. Lo que siento por Tyler y puedo percibir que lo siente por mí.

Acepté cumplir el favor, a pesar de que significaba complicar mi rutina de estudio, que es todo un proceso. A veces me gusta quedarme de madrugada, otras veces comenzar en la mañana, muy temprano. Además de que la habitación solo es para dos y tres ya es multitud. Por eso, apenas se lo comenté a Tyler, no dudó. <<Quédate en el apartamento. Hay espacio de sobra. Solo tendremos que compartir la cama o puedo irme al sofá>>, dijo en un tono divertido. A lo que sonreí y le respondí que se olvidara del sofá.

Y entonces, el resto fluyó. Todo fue agradable. Incluso, a mitad de semana, Tara me visitó una noche, pedimos comida para cenar y acabó jugando videojuegos con Owen.

Ahora, repaso para el último examen que es mañana, viernes. Acabo de darme una ducha y aún tengo el cabello mojado, solo visto ropa interior y una camiseta de Tyler, ya que las prendas que traje conmigo están en la lavadora. Me gusta utilizar sus camisetas, también sus lápices y las acuarelas que aplica a sus dibujos. Me gusta estudiar rodeada de su arte; con alguno de sus dibujos y bocetos colgando de la pared y la estantería. Es su sitio personal y me cede un espacio. ¿Acaso hay algo más lindo que tal gesto?

Sí, que aparezca por la espalda para darme un beso en la mejilla mientras trae un té de frutilla que acaba de preparar, mi favorito.

—Llevas cinco horas estudiando —recuerda.

—Cuatro. Porque tomé descansos y me di una ducha —corrijo. Nunca fui una empedernida en estudiar. De hecho, en preparatoria, tenía un promedio normal. Pero dedicarme a la carrera que me gusta ha cambiado el sentido a todo.

—Es casi lo mismo —murmura, divertido. Todavía abrazándome por la espalda—. Acaba el té y ven a dormir conmigo —plantea como una magnífica idea y la verdad, sí lo es.

—Si desapruebo, será tu culpa —bromeo y acto seguido, sostengo la taza para beber un largo sorbo. Está tibio, así que puedo hacerlo sin problema.

Dulce tentación [#3]Where stories live. Discover now