capitulo 17

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MADELEINE

"Las canciones en la radio están bien,

pero mi gusto musical es tu rostro.

Y solo se requiere una canción para acercarme,

para demostrarte como...

Ella es la grieta en mi corazón, estoy vivo".

Ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que reproduje "Tear in my heart" de Twenty One Pilots, canción que Tyler me envío la noche después de que nos besáramos por primera vez en un salón de la facultad. Sonrío como una tonta mientras escucho música e intento concentrarme en las tareas. No solo es la canción. Es el significado. El hecho de que haya escrito en el mensaje <<Muchas veces escuché está canción y pensé en ti. Cuando me besaste me hiciste sentir vivo>>.

No es solo imaginación. Lo besé y él me regresó el beso. Y después dijo que no se arrepentía. Entonces, no tuve mejor idea que escapar porque no fui capaz de manejar la intensidad del sentimiento que arraso con todo en mi interior. Fue explosivo.

Y desde ese momento, cada vez que cierro los ojos, lo recuerdo. La textura de sus labios, la manera en que se deslizaron sobre los míos, sus manos que me sostenían, procurando cercanía. Apegada a él. Sentirlo de aquella manera fue mágico y ahora solo quiero ir por más.

Me quitan un auricular cuando está llegando la última estrofa de la canción. Elevo la mirada, Tara apareció en la sala principal de la residencia y me hace una seña, así que desvío los ojos hacia aquella dirección.

—Neal quiere hablar contigo y Briana se puso como loca —espeta Tara, ante la escena que se desarrolla en la entrada.

De inmediato, cierro la aplicación de música y hago el resto de la tarea a un lado, para ponerme de pie y dirigirme al problema en cuestión.

—¿Por qué no lo entiendes? No hablarás con ella. Déjala en paz. Lo que sea que tengas para decir, no le importa —pronuncia y sé que mi compañera de cuarto tiene buenas intenciones, pero me causa cierto enfado que esté hablando por mí. Yo estoy ahí y puedo arreglarlo sola. Su actitud me recuerda un tanto a Riley, siempre creyendo que no podía defenderme por ser demasiado sensible.

Sí, soy sensible. Pero tengo una voz.

—Briana. Briana —debo interrumpir dos veces para que note que estoy ahí. Me observa, sorprendida—. Déjalo. Voy a hablar con él —permanece impresionada, supongo que no esperaba la interrupción, pero finalmente desiste y se hace a un lado—. Vamos a afuera —pido al rubio. Es sábado y la residencia está repleta. No quiero que medio mundo esté escuchando la conversación.

Él asiente y caminamos apenas unos centímetros, hasta encontrar una banca a un costado de la acera. Propongo sentarnos y Neal acepta. Nunca lo había visto así, tan silencioso, cabizbaja y apagado. Parece otra persona, lo que me da bastante pena. Incluso, permanecemos en silencio por algunos minutos y como da la impresión de que no es capaz de tomar la iniciativa, lo hago.

—Dijiste... Dijiste que querías hablar conmigo ¿no? Puedes decirme.

—Sí. Quería disculparme —larga, finalmente develando su motivo. Alzo las cejas, no lo esperaba. En absoluto—. Briana tiene razón. Fui un idiota con ella, contigo, con la gente, en general —se burla de sí mismo, distendiendo apenas un poco la tensión—. Pero contigo aún más. Me equivoqué —encoge los hombros.

—Leíste mi diario. Invadiste mi intimidad. Quitaste una hoja y se la mostraste a todos —recuerdo lo que hizo porque la verdad, aún duele. Lo que hizo fue de algún modo, violento, porque aquellas hojas reflejaban con lujo de detalles ciertos momentos de mi vida. Algo privado. Algo que nadie debía leer. Aún persiste en mí esa horrible sensación de asalto—. Lo pasé realmente mal.

Dulce tentación [#3]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin