Cuenta Jared:
Miraba fijamente la puerta con la falsa esperanza de que mi madre aparecería como ella solía hacer cuando tenía una pesadilla por las noches y me dijiera que todo era un sueño y que volviera a cerrar mis ojos. Lo bueno de los sueños es que puedes despertar cuando algo malo sucede...en cambio en la realidad, no puedes.Ojalá pudiese despertar de esta cruel realidad.
Cole entra a la habitación , tomó la silla que se encontraba en un rincón del lugar y se dejó caer en esta.
-Yo hice un trato con Magnus, prometió liberarla!
-Cambio de planes - contestó Cole encogiéndose de hombros.
Agaché mi cabeza y la sacudia de un lado a otro.
-No es más fácil matarme?- En ese momento sentía que mi vida no tenía sentido,tanto sufrimiento,tanto dolor, quería apagar todas esas emociones.
-Si lo sería. Pero sería aburrido de la manera simple...Sabes, luego de que borren su memoria la convenceré de que yo soy su novio y así podré probar más de sus dulces besos en mis labios o vaya a saber que más podre probar- dió una sonrisa perversa.
Mi sangre hervía. Ya no resistia más,no podía contener mi enojo, mi paciencia había llegado a su límite.
-Suficiente - grité abalanzandome sobre el cuerpo de Cole tirandolo al suelo, le di unos cuantos puñetazos a su rostro haciendo que pequeña gotas de sangre emanen de su cara. Él sacó un cuchillo de su pantalon trasero,intentó clavarme la cuchilla en mi torso pero aproveché esos segundos para empujarlo con mis piernas y apartarlo de mi. Él se levantó furioso con gran brusquedad.
-Atenlo así deja de hacer estupideces de una vez por todas.
Me sujetaron a un caño que sobresalía de la pared. Mis brazos quedaron elevados hacia adelante,atados por una gruesa soga la cual apretaba mis manos con gran fuerza.
Por lo menos ahora tenía la conciencia tranquila que al fin golpeé a ese desgraciado.
Una mujer entró al cuarto y se acercó al oído de Cole susurrandole algo,Cole se retiró sin decir una palabra.
- Oh vaya vaya mira a quien tenemos aquí,Jared Leto.Eres en verdad ardiente hombre, las muchachas tienen razón respecto a tu belleza- ella se acercó a mi y se arodilló enfrente mio, pasó sus manos por mi abdomen hasta mi pecho y desabrochó mi camisa completamente dejando parte de mi torso al desnudo.
-Apuestro que eres un dios en la cama, no es así?- ella se rió pícaramente.
No expresé ninguna emoción ante ese comentario. Simplemente volteé mi cabeza ignorando cualquier comentario proveniente de ella, en ese momento divisé un pequeño trozo de vidrio afilado que al parecer había caído de la ventana que se encontraba hecha trizas ubicada arriba mio, con aquel pequeño trozo podía intentar cortar la soga. Pero debía esperar a que se ella se marche.
Sophie alzo una ceja -Me estas ignorando Jared Leto?- ella se aproximó a mi hasta que nuestros cuerpos se juntaron. No podía quitarmela de encima, mis manos estaban atadas y mis pies bajo su control.
-Quieres ver a Megan?- me preguntó deslizando su dedo índice desde mi labios hasta mi pecho.
Sentí un pinchazo en mi corazón al escuchar su nombre, este dió fuertes latidos al ver a Megan asomarse por la puerta.
-Megan?
Ella tenía una expresión confusa en su rostro.
-Quien eres tu? Cómo conóces mi nombre?
-Soy yo Jared.No me reconoces amor?- Había funcionado? Se había olvidado de mi para siempre?
-Cole, como sabe él mi nombre?- Cole rodeó la cintura de Megan con sus brazos.
-Qué quien es él? El es el hombre que mató a tu madre Meg, él estaba tan enamorado de ti que lo llevó a la locura, quería que fueses su novia a toda costa, pero no dejaría que un psícopata que asesino a tu padre se te acercára. Siempre te protegeré.
Cada palabra que decía me provocaba una sensasión de asco.
Mi corazón dió un vuelco al verla a ella abrazandolo.
Mi chica cree que soy un asesino psicópata! Estaba temblando de la impoténcia. Me sentía enfermo, no podía verla con otro hombre, no podía aceptar que ella amara a otro, ella era mia. Quería retroceder en el tiempo y cambiar las cosas, pero no podía, no podía hacer nada! Me sentía inútil.
Cole me señaló- Ve y observalo de más cerca Megan, quiero que su cara se plasme en tu memoría para siempre, la cara del asesino de tu madre. Ya va a llegar el tiempo de la dulce venganza.
Ella se arrimó y contempló cada centímetro de mi cuerpo con frialdad sin expresión alguna, como si fuera un total desconocido. Sus ojos cafés se enfocaron en los mios. Ella apretó su mandíbula y con gran fuerza me bofeteó dejando plasmados claramente los 5 dedos de su mano en mi rostro.
