Mis piernas se debilitaron ante ese beso tan cálido y dulce. Una oleada de placer recorrió mi espina dorsal.
-No- le dije apartándolo de mí con brusquedad.
No podía caer tan fácilmente ante él, me había abandonado y dejado sola sin que nada le importe y no se lo iba a dejar pasar así de simple.
-Megan por favor - dijo él frunciendo el ceño, cruzando sus brazos.
- Perdón.Ya me he disculpado ¿Por qué no nos olvidamos de esto y vamos jugar a Megan?- ladeó una sonrisa pícara.
-¿Te parece un juego esto?- me quede sorprendida por aquel comentario tan invécil- Bien... tengo un juego para ti. Por qué no te cubres los ojos y cuenta la cantidad de mujeres con las que te acostaste... puede que estés un largo rato contando- cerré la puerta de la habitación donde iba a dormir provocando un gran estruendo.
Había un largo sillón cama colorado con almohadones los cuales combinaban con las paredes rojas y blancas. Una lámpara rojiza colgaba del techo. Pinturas y adornos decoraban la habitación tan pintoresca y repleta de arte.
Me recosté en la cama y cerré mis ojos tratando de evitar que Jared se cruce por mi pensamientos pero era imposible. Cada vez que los cerraba su imagén surgía en mi mente impidiéndome dormir.
-¿Por qué haces me esto Jared?- susurré en voz alta mientras unas lágrimas se deslizaban por mi rostro.
Cuenta Jared:
Me quedé parado unos minutos en frente del cuarto anonadado por lo que dijo.
De verdad soy un estúpido. Mi primer error fue abandonarla, el segundo fue decirle que era un juego ¿Por qué diablos le dije semejante cosa? Quería evadir la pelea,quería volver a sentirla en mis brazos y olvidar todo.
Me senté en la mesada de la cocina tomando mi cabeza con ambas manos.
Estiré mi mano y tomé el teléfono - ¿Diana estas en tu casa?- estaba a punto de cometer mi tercer error.
-Hola Jared hace tanto tiempo que no nos divertimos juntos...
-Exactamente por eso te llamo. Quería saber si quieres pasar la noche aquí ¿qué dices?
-Será un placer Jared Leto. Estoy en camino.
Colgé. Me sentía culpable pero me estaba consumiendo. Necesitaba descargar todos los sentimientos que llevaba dentro o iba a explotar.
Al rato tocaron timbre - Soy Diana Jay.
-Hola linda pasa- dejé que ingresara a la sala principal.
-Qué bonita. La has decorado más desde la última vez que vine- ella daba vueltas contemplando cada centímetro de la casa.
-Eso fue hace mucho tiempo- me acerqué a ella tomándola por la cintura.
-¿No vas a ofrecerme nada?- ella pasó sus manos por mi camisa negra desabrochándola lentamente.
-Disculpa ¿ Quieres algo?- deslizé mi mano por su espalda provocando que ella se muerda el labio inferior.
-Si... Quiero ser tuya - le dí una fiera sonrisa y la tomé de los muslos levantándola y estampándola contra la pared mientras nos besábamos apasionadamente.
Me quitó la camisa pasando sus manos por mi pecho - Amo tu cuerpo. Podría besarlo todo el dia-
-Pues hazlo- le dije mientras ella plasmaba húmedos besos por mi pecho.
La bajé apoyando sus pies en el suelo repentinamente.
-¿Jared donde vas? - Diana me observaba con una expresión confusa.
