Capítulo 2

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-Hay una familia nueva, los Wingrave creo... la chica parece de tu edad.- Mi madre informó, mientras cenábamos. Ese dato lo había obtenido de la esposa de uno de los de mantenimiento del lugar.

-Debe ser la chica que vi hoy...

-En la piscina?

-Sí.

-Y que tal?- Intrigada.

-No hablamos mucho, estaba buscando a una niña pequeña... cuando la encontró, se fué.

-Ah, bueno.- Se dió por terminado el tema, al notar mi poco interés.

Me acosté en mi cama dispuesta a dormir, pero estuve prácticamente una hora dando vueltas y vueltas sin conciliar el sueño. Me rendí, encendí la luz de noche y agarré el libro que no había podido terminar, con la esperanza de que mis ojos se cansaran y así poder dormir, pero no fué eso lo que sucedió. Lo terminé muy de madrugada.

Cuando el sol empezó a asomarse por mi ventana, a través de la cortina iluminando casi la totalidad del cuarto, sentí el peso de las pocas horas de sueño que había tenido. Hoy sería un día muy largo, pensé, poniendo la almohada sobre mi cabeza.

Escuché ruidos que provenían de la cocina, mi padre era el que siempre se despertaba primero y preparaba el desayuno.

Después de un rato, no me quedó más remedio que levantarme e ir al baño a higienizarme para desayunar.

-Qué planes tienen para hoy?- Preguntó mientras ponía el tazón de cereales frente a Mikey y una taza de café con pancakes frente mío.

-Supongo que lo mismo que ayer...- Solté sin mucho entusiasmo.

-No necesito que me cuides...

-Quédate tranquilo que no lo haré.- Le respondí a mi hermano.- Ustedes qué harán?

-Con tu madre iremos a la playa, un rato.- Informó mi padre.

-Si quieren, pueden venir...- Ofreciendo mi madre, mientras se unía a nosotros.

La misma reposera de ayer, me estaba esperando. Tomé mi lugar y disfruté de la tranquilidad. Si bien había gente, no había bullicio. Y eso era bueno.

Mi hermano había ido a la playa con mis padres y dos de sus amigos. Así que hoy no tenía que vigilar a nadie... salvo que Flora volviera a caer a la piscina.

Me recosté, solté un largo suspiro y cerré los ojos.

-Hola.- Escuché de repente a mi lado.

Vi a Dani, parada a un costado con una sonrisa.

-Hola.- Le devolví el saludo y la sonrisa.

-Puedo hacerte compañía o prefieres la soledad?- Viendo que había una reposera libre justo al lado.

-Me vendría bien la compañía.

-Perfecto.- Se acomodó y nos miramos en silencio.

-Y... dime, primera vez aquí no?

-Sí, mis tíos compraron una casa y me invitaron a pasar las vacaciones. Tú?

-Yo vengo hace años, y siempre es igual.

-Cómo?

-Aburrido.- Dije rápidamente.- Por lo menos para mí, mi hermano tiene sus amigos.

-Entiendo...- Moviendo su labio hacia un costado, como pensando qué decir.- Yo tampoco tengo a nadie aquí, así que... podemos hacer algo si quieres...

-Claro, qué quieres hacer?

-Soy nueva, recuerdas? No conozco nada...

-Tienes bicicleta?

-No, pero tengo patines... sirve?- Sonriendo.

-Sirve.- Le contesté asintiendo con la cabeza. -Vamos!

Caminamos hacia mi casa, en busca de mi bicicleta y después fuimos a la de sus tíos, por sus patines.

Pasamos un día espectacular, le hice un recorrido por el barrio, llegamos hasta la playa y de ahí al centro.

Cuando quisimos darnos cuenta, nos habíamos saltado el almuerzo y prácticamente la merienda. En esa época ninguna de las dos tenía celular, así que tuvimos que volver lo antes posible para que nadie se preocupara.

Al fin mis días de soledad habían terminado, tendría una amiga con la que charlar, salir y divertirme.

Y así fué. Los días se convirtieron en semanas y nosotras nos lo pasábamos juntas cuanto podíamos.

Íbamos a la playa, al cine, a los videojuegos, a tomar helado, a todos lados juntas, ella en sus patines y yo en la bici.

Cuando no nos alcanzaban las horas del día, una se quedaba a dormir en casa de la otra.

Dani es una persona tan especial; buena, responsable, considerada con el otro. A veces se preocupa demasiado, pero por los demás, no por ella. No se le parece a nadie que haya conocido.

Una de las tantas tardes, fuimos al cyber y nos agregamos mutuamente al Messenger (MSN), así podríamos seguir en contacto cuando c/u volviera a su hogar, al terminar las vacaciones.

Según me había contado, no estábamos tan lejos una de la otra. A una hora o un poco más en auto, el problema era que dependíamos de nuestros padres para movilizarnos.

Su padre había fallecido hacía un par de años y su madre se refugió en el alcohol, así que gran parte del tiempo no estaba muy lúcida, y Dani se ocupaba de la casa cuando regresaba de la preparatoria, si es que no se iba de sus tíos. No soportaba ver a su madre en ese estado, le hacía mal.

Una noche, de las últimas creo, nos quedamos a cuidar a Miles y Flora. Pijamada! había gritado emocionada la niña, pero al cabo de un rato de haber cenado y jugado a todo lo que se le ocurrió, cayó rendida. Al igual que su hermano.

Dani y yo nos acomodamos en el sillón del living, después de haberlos llevado a sus camas, y vimos una película.

-Voy a extrañar esto.- Dijo.

-También yo.

-Prometes escribirme?

-Claro, te mandaré mails si no estás en línea.- Respondí sonriendo.

SOULMATES (ALMAS GEMELAS) - Dani & Jamie (Bly Manor)Where stories live. Discover now