¿DÓNDE ESTÁS?

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Al llegar con los demás me preguntaron ¿Qué me había dicho el soberano?, yo no quise decir nada así que les dije que me había dado la ubicación del paradero de Cori, aunque ni mi soberano pudo saber dónde estaba.

Los recuerdos de ese demonio estaban muy bien resguardados para que ni él ni nadie pudiera arrebatárselos, poco antes de tener la conversación acerca de mi amor a su hija me dijo que sospechaba de un solo demonio o el resto de él, me dijo dónde podía estar pero que no era seguro. Tomamos ese riesgo y nos dirigimos hacia las montañas, como era de noche se nos facilitaría pues podíamos tomar la forma demoniaca.

Cuando por fin logramos llegar tomamos nuestra forma humana para no levantar sospechas pero nos detectaron gracias a nuestro aroma a demonio, a pesar de que a estos demonios se les fue arrebatado su poder demoniaco siguen sintiendo la presencia demoniaca aunque nosotros no podamos olerlos ellos si pueden detectarnos fácilmente. No logramos siquiera llegar a la puerta principal cuando ya nos tenían rodeados, tomamos de nuevo nuestra forma demoniaca para poder vencerlos y uno por uno logramos vencerlos puesto que estaban vulnerables y jamás podrían volver a tomar su forma demoniaca. Al fin y después de un largo tiempo los treinta hombres que se encontraban a nuestro alrededor terminaron en el suelo y a podíamos acceder a la casa.

Al entrar había distintos pasillos y para no quedar vulnerables nos dividimos en dos grupos, en el primero estarían los gemelos y Filip, y en el segundo mi hermano mayor y yo, ellos fueron por la derecha y nosotros por la izquierda. Al paso de algunos minutos nos topamos con más de esos demonios esta vez eran más, pero como era de esperarse del líder del ejercito demoniaco los venció a casi todos, jamás podría igualar su fuerza y eso me molestaba demasiado.

Al paso de algunas horas nos encontramos con el grupo de los gemelos y Filip, habíamos buscado por todo el lugar y en la última habitación que entramos haba indicio de tortura, las sogas que alguien estuvo amarrado cortadas, una silla al centro y una luz se alcanzaba a ver al centro, entre más al fondo y la luz se hizo un poco más brillante, era la de un foco, la silla estaba en dirección a la pared , había sangre en el suelo pero era una mezcla y los recuerdos se mezclaban, no eran claros y eran borrosos. Salimos del lugar donde esperábamos que se encontrara Cori pero fracasamos, llegamos tarde, se la habían llevado a otro sitio y esos demonios eran la distracción, al parecer sabían que iríamos y la habían trasladado a otro sitio, seguimos su rastro, su aroma estaba impregnado en ese lugar y teníamos al sabueso perfecto para seguirlo, Filip nos pidió que lo siguiéramos, habían tomado la carretera y bajaríamos tras el rastro para logar dar con ella.

Al paso de algunos minutos el aroma de Cori se detenía en un Hotel de paso y ahí desaparecía, al parecer la persona que la tenía sabía que los seguimos, les pisábamos los talones y lo sabía así que desapareció su aroma. ¿Cómo?, no lo sé, pero de lo que estoy seguro es que ese demonio no es normal, que sabe quién es Cori y que no se detendrá hasta acabar con ella.

—Ahora qué?, el rastro termina aquí— dice Filip sentándose fuera del edificio.

—No lo sé, tal vez si seguimos la carretera podemos encontrar de nuevo su rastro—añade mi hermano.

—No, el rastro desaparece aquí así que ese demonio utilizo algún método de transportación a algo parecido para ocultarse de nosotros— un dolor insaciable comenzó a alojarse en mi pecho.

—No lo sabremos si no lo intentamos, tal vez oculto su aroma— agrega Ethan.

—Tal vez tenga una segunda base no muy lejos de aquí y ahí es a donde iremos— Tal como lo dijo Nathan seguimos hacia adelante seguimos la carretera pero el primer rayo de luz se dejó ver, los cinco tomamos nuestra forma humana y no nos quedó otra opción más que volver.

Regresamos a la casa donde vivíamos Cori y yo, su aroma aún seguía impregnado en su cama, quería que ella regresara, quería que nunca me hubiera enamorado de ella, quería encontrarla, quería muchas cosas pero al final no quería nada. Esperamos a que el sol se metiera y el oscuro cielo se dejara ver, tal vez con suerte esta noche la encontraría, pero ¿Cómo? Si no tengo ni la puta idea de donde pueda estar.

Al salir el cielo estrellado que tanto le gustaba a ella, lo admire por unos segundos y luego tome mi forma demoniaca para poder comenzar a buscarla, entre más pronto la busquemos, más pronto la encontraríamos, al paso de varias horas intentamos seguir aunque sea el mínimo rastro de su paradero, pero no lo conseguimos.

–Cielos, ¡CORI ¿DÓNDE ESTAS?!— grite a todo pulmón, no me importaba que los demás estuvieran presentes, que se dieran cuenta de mis sentimientos hacia ella, quería encontrarla pero su rastro se había desvanecido, como la vez en la que se la llevaron de la escuela. Fui un tonto al dejarla sola, pero si por un golpe de suerte lograba encontrarla, jamás la volvería a dejar sola ni un instante.

Busque un poco más, los demás me dijeron que era inútil seguir buscando que no la lograría encontrar sin un rastro, y justo cuando estaba por darme vencido un poder demoniaco idéntico al de Cori llego a mí, este era aún más fuerte y aún faltaba mucho para la luna nueva, pero no importaba, si este era su poder, era incluso mayor que el de mi soberano. No lo pensé dos veces y fui a donde este se encontraba.

EVILWhere stories live. Discover now