ODIO

19 3 1
                                    

NARRA MICHAEL

—Es por esa razón que mi hermano se llevó a Cori, para que pudiera cumplir la profecía— habla mi soberano.

—Entiendo, pero ¿Volveré a verla?— pregunto, quería saber si volvería a ver su hermoso rostro.

—No— respondió seguro.

—¿Por qué?— pregunto nuevamente.

—Es mejor que piense negativamente por ahora, necesita odiar lo suficiente para que controle su poder— responde el hermano de mi soberano.

—Pero ella lo controla— afirmo.

—No, no es así. Justamente ayer fue poseída por él, la viste ¿No? Viste la mirada de odio que tenía. Lastimo a cinco hombres esa noche, solo por su voluntad. Asumo qué ella estará mejor así, no podía odiar lo suficiente y es por ti, porque sabe que muy en el fondo te ama como tú a ella. Sabe que tú la amas y necesitamos que le rompas el corazón. Necesita eliminar sus sentimientos positivos, necesita endurecer su corazón...— lo interrumpe mi soberano.

—Ya vasta Eliot, haz dicho suficiente, más de la cuenta diría yo— me pone la mano en el hombro de nuevo. —¿Podrías hacerlo?, ¿Podrías decirle que no la amas?, Que no sientes nada por ella— pregunta esperando una respuesta.

¿Qué debo hacer?

—Pero por supuesto que no— niego con la cabeza.

—Debes hacerlo, la maldad ha aumentado y es gracias a ese dios corrompido, se alimenta de la maldad humana y cada vez se hace más fuerte. Cori tiene que hacerlo, por el futuro de la humanidad tiene que endurecer su corazón.

—No tengo el valor de hacerlo, lo siento pero...— me doy media vuelta —No puedo hacerlo— sentí un golpe en la nuca y quedé inconsciente para no despertar en un largo tiempo.

NARRA CORI

Regrese a casa, tal vez con suerte mi tío y Lucas ya estarían de regreso, pero vaya sorpresa, era Michael, se encontraba sobre el sofá durmiendo, que lindo se veía. ¿Qué hacía aquí?, lo muevo de un lado para otro intentando despertarlo.

Abre esos hermosos ojos grises, me mira y una sonrisa aparece en sus labios —Que gusto me da verte sana y salva— se levanta y me rodea con sus brazos, yo hago lo mismo y correspondo su abrazo —Te extrañe— me suelta.

—¿Qué haces aquí?— pregunto.

—Quería asegurarme de que no te había pasado nada malo— responde mi pregunta.

—Estoy bien, nada malo me pasó— miro su adorable rostro.

—Me alegra escucharlo de ti— se aleja un poco.

—¿Sabías que tengo un poder dentro de mí?— pregunto sería.

—Si— afirma.

—¿Por qué no lo dijiste antes?— pregunto nuevamente, ahora, un poco molesta.

—No era necesario— responde mirando al vacío y tan indiferente como aquella mujer.

—Claro que si— lo miro —ha despertado y todos los días trata de salir, trata de apoderarse de mí cuerpo— el me mira indiferente, casi como si no le importara lo que le digo.

—Ese no es mi problema— dice con frialdad.

—¿Cómo?— pregunto con lágrimas en los ojos. —¿Qué pasa contigo Michael?— las lágrimas salían cada vez más rápido.

—Solo hago mi trabajo— responde.

—¡CALLA!, Me lastimas más que todo.

—Lo siento— se acerca intentando abrazarme.

—Aléjate— doy un paso atrás mientras alzaba mis brazos. —Creí que eras diferente, creí que...— callé por unos segundos.

—¿Que te amaba?— pregunta mientras me mira.

—Sí, creí que me amabas como yo te amo— respondo.

—Solo por ser gentil contigo no significa que te amo, solo cumplía mi trabajo y mi trabajo era cuidar y procurar de ti— se da media vuelta. —Lo siento Cori, pero jamás te amé, jamás amare a una híbrida como tú— se marcha.

—Ahora, ¡TE ODIO!— grito y miro como se aleja cada vez más hasta salir por completo de la casa. Las lágrimas salían, mi corazón dolía tanto que nada lo sanaría, sentí como una daga filosa lo atravesaba una y otra vez.

Subo a mi habitación y me tiró al suelo mirando al techo, cierro los ojos e imagino un jardín lleno de rosas y girasoles, pienso que estoy ahí, recostada en el húmedo césped verde y que las nubes me envuelven y me consuelan.

Despierto, la puerta de mi habitación estaba siendo golpeada —Señorita Cori, el amo pide que baje— me siento en el suelo y me miró al largo espejo que se encontraba junto al librero, mis ojos estaban hinchados de tanto llorar, corro hacia el tocador y busco unas gafas oscuras, me las pongo y salgo. Bajo las escaleras y miro a mi tío sentado en el sofá y al lado suyo se encontraba James.

—¿Qué haces aquí?— pregunto mientras me acerco a él.

—Solo vine a visitar a mi mejor amiga— responde. —Qué alivio me da verte bien— se levanta del sofá.

—Cori— me llama mi tío y lo miro —quítate las gafas.

—¿Se ve mal?— pregunto mirando a James.

—No— responde.

—Sígueme— doy media vuelta, el solo mira a mi tío y me sigue. Yo subo las escaleras y él también lo hace, entro a mi habitación y luego él.

Me quito las gafas y al parecer mis ojos ya no estaban hinchados solo rojos, miro de reojo al espejo y me percate de ello así que en un veloz movimiento vuelvo a colocármelas.

—Déjalos así— se acerca a mí y toca las gafas para retirarlas de mis ojos. Yo cierro mis ojos, no quiero que se entere sobre mi origen. —Abre los ojos, tengo algo que mostrarte.

Yo asiento y abro lentamente los ojos, miro y esos ojos color miel eran ahora color azul claro, miro hacia el espejo y mis ojos aún estaban rojos, Siento algo rozar mi espalda, eran ¿Alas?, James tenía alas, eran hermosamente blancas.

—¿Eres un celestial?— pregunto y  y él asiente.

—Mi madre me mandó a buscarte y reportar cada paso que dieras, así lo hice, hace apenas cuatro días Michael me dijo que eras un demonio, fui ante mi madre y luego me explico todo acerca de ti. No te odio...

—¿Por qué ibas a odiarme?— pregunto.

—Porque eres mi hermana— responde.

EVILHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin