¿QUIÉN SOY?

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El joven que me había sacado del orfanato, al parecer, llevaba varias horas mirando como dormía —despertaste, ¿Dormiste bien?, ¿Qué te parece tu nueva habitación?, si no te gusta puedes escoger otra— dice poniéndose de pie. Se encontraba sentado en una silla junto a la ventana del balcón.

Yo permanecía aun con mis pantuflas blancas y con el chemise blanco que siempre usaba. —¿Cómo llegue hasta aquí?

—Simple, te quedaste dormida a medio camino, cuando llegamos trate de despertarte, pero me dijiste que te dejara dormir y no podía dejarte dormir en el auto porque si mi amo y señor se entera de este asunto me colgara y me hará comida de cuervos, así que opte por cargarte hasta aquí.

—¿Por qué le llamas amo y señor a tu padre?, ¿acaso hicieron una apuesta o algo así?— pregunto.

El solo se hecha a reír y me dice serio —claro que no es mi padre, él es mí...— se queda callado por unos segundos y luego vuelve a hablar —soberano.

—¿Qué?— me sorprendió esa respuesta.

—Tenemos que volver al palacio, pero aún no es el momento. Mi soberano enviará a alguien que nos lleve de vuelta.

—Y ¿Cuándo será eso?— pregunto nuevamente.

—Ni yo mismo lo sé— él salió de la habitación dejándome sola, cerró la puerta y me dió un poco de privacidad. Yo abrí la ventana del balcón y salí a admirar el hermoso atardecer. Paso demasiado tiempo que, el sol se ocultó y el cielo estrellado se dejó ver. Michael entro tocando la puerta, pero yo estaba tan atraída por el cielo que, al decir la primera palabra, me infarte —¿quieres algo de cenar?

—¿Cómo entraste?— pregunto con dificultad. Él chico me había asustado ya que no había hecho el mínimo ruido.

—Por la puerta, toque unas tres veces, pero no contestabas así que entre.

—No, aun no tengo hambre, pero no me digas que ¿no sabes cocinar?

—Acabo de llegar a este mundo así que no sé qué comen los mortales.

—Espera un segundo, ¿Mundo? ¿mortales? ¿Quién eres?

—A cierto, creo que ya me había presentado antes, pero no importa. Soy Michael ¿y tú eres?

—No me refiero a eso, ¿Qué eres?

—Que no es obvio, soy un demonio al igual que tu.

—Espera ¿Qué?, creo que estas equivocado, yo soy una humana, lo entiendes ¿no?

No querida, creo que la que está equivocada eres tu.

—No es verdad, eso es una mentira— le digo dándole la espalda.

Él me toma el hombro y recita las mismas palabras que mi supuesto padre le dijo —Michael, te has vuelto muy fuerte y eso me gusta. Sabía que eras fuerte desde que te encontré cuando eras pequeño, hoy, después de casi un siglo sigues siendo aquel niño que le temía a todo, incluso a su fortaleza, pero ahora eres diferente porque has madurado y te has hecho bastante fuerte. Por eso te encomendare algo, ve al mundo mortal, busca a mi hijo y no regreses sin él. Lo cuestione, le pregunte que si por alguna razón aquel hijo concebido en el mundo mortal resultaba ser una chica ¿que haría?, a lo que él respondió: No importa que biología tenga, si es fuerte o no, si sabe controlar los poderes demoniacos, solo devuélvele a su hogar, al que debió estar desde su nacimiento— las palabras llegaron a lo más profundo de mi corazón dañado y comenzaron a brotar lágrimas, me doy la media vuelta y le agradezco todo. —Guarda esas lagrimas para después y vayamos a dar un paseo— yo asiento e inmediatamente saca unas prendas de vestir, unos jeans negros y una camisa blanca.

EVILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora