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¿Y si llegará alguien que les
mostrara lo divertido que puede
ser romper las reglas del juego?
¿Aceptarían?
¿O se dejarían intimidar
por el qué dirán?
¿Será que...
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Los días pasaban y para los estudiantes ya parecía comenzar el conteo para las tan ansiadas vacaciones de invierno, por lo cual, la nieve comenzaba a hacerse presente en la ciudad de Nueva York.
Durante aquella larga semana un gran anuncio se mantuvo por toda la institución e inclusive por todos los locales y centros en los que se aglomerara un gran porcentaje de personas. Los murmullos y chismes acerca del nuevo bar que abriría el viernes por la noche dejó helados de curiosidad a los jóvenes, quienes por supuesto se encontrarían presentes en aquella apertura. La noticia trascendió de boca en boca, por lo cual grandes inversionistas habían decidido presentarse, aunque eso no era lo más interesante de la noche.
Si hablamos de los intereses amorosos de algunos estudiantes podríamos decir que todos se encontraban completamente perdidos, ninguno encontraba su rumbo, tampoco sabían para dónde direccionarse y en simples palabras debían aceptar la realidad de la perdición romántica.
Viernes 23:30 pm.
──Ser adolescente es un asco──habló Aidan con decepción mientras bebía un trago sentado en uno de los bancos que contenía la barra de tragos.
──Pues espera a ser adulto──le comentó la chica que servía los tragos.
──Oh vamos.. No puede ser tan malo──habló Sophia centrando su vista en aquella chica. Así era, todo el grupito se encontraba sentado en aquellas bancas al rededor de la barra, mientras el resto del lugar se encontraba bastante repleto.
──¡¿Quién quiere la tercera ronda de tequilas?!──exclamó Sadie interrumpiendo la conversación mientras llegaba abrazada a Iris, quien llevaba unas gafas de sol oscuras y parecía estar en estado vegetal.
──¿Que le pasó a Iris?──indagó Lillis con una mueca en su rostro.
──¡Iris!──llamó su atención el moreno, al instante la rubia se despertó.
──Lo siento.. estaba teniendo un sueño en el que una sexy pelirroja de cabello corto me cargaba entre sus brazos──dirigió su vista hacia Sadie──Bueno.. en mi sueño me cargabas hacia una cama──le guiñó un ojo riendo.
La pelirroja negó riendo mientras intentaba sentarla en una de las banquetas con ayuda de Caleb.
Dina -quien también se encontraba junto a ellos- llegó a la barra luego de pasar por los baños──¡Tienen unos espejos increíbles! Deberían ir a verlos
Sophia soltó una risa──¿Quién va a un lugar a ver espejos?
──La gente a la que le gusta sacarse fotos──respondió obvia la morena.
