Capitulo : 23

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A lo largo de mi vida, he conocido a mucha gente y mucha gente me a conocido a mí; pero nunca fui consiente de que fuera demasiada hasta ahora.

Cuando entramos al bar, muchas personas voltearon a vernos, algunas me miraron específicamente a mí, incluso al atravesar el lugar, me saludaron chicos que nunca antes había visto en mi vida.

En el billar las cosas fueron diferentes, habían pocas personas así que pasar desapercibidos fue más fácil.

Descubrí dos cosas esta noche, la primera que Angelo no es tan enérgico sin sus "pastillas mágicas" y la segunda es que Jack y Parquer son hermanos, Jack mismo lo confirmó.

Justo antes de salir, un grupo de chicos se nos unieron y junto con ellos llegamos al muelle de la ciudad vecina, donde las carreras clandestinas se llevan a cabo.

—¡Pero si es la princesa de papá! ¿Qué te trae por estos rumbos? —Aquella insoportable voz, solo le puede pertenecer a una persona.

Ronn Cardona.

Un tipo de lo más odioso, engreído, arrogante y estúpido, la peor combinación que puede existir.

—¡Pero si es el niño de mami! Muy tarde para andar en la calle, ¿no? —Dije con sarcasmo, imitándolo.

—¿Qué buscas en mi ciudad? —Rodé los ojos, ante semejante idiotez.

—Nada, solo estamos de visita —Fingí indiferencia mirando mi alrededor, hay muchas personas, coches, motos y me pareció ver una que otra cuatrimoto; chicos asiendo el caballito en motocicletas, chicas en poca ropa y gente metiéndose cosas a "escondidas".

—¡Hey bar! —Dijo Fanny y la mire interrogante.

—¿Tienes fuego? —Me acerque a mi auto y abrí la puerta para meter la mano en la guantera y sacar un mechero. Se lo pase y me dio un porro encendido, di una calada.

—Muy famosa ¿no? —Dijo Jack recargándose a mi lado.

—Un poco si —Solté el humo en su dirección mientras lo miraba a los ojos.

Di una calada más profunda, sin apartar la vista y me acerque a su rostro; aún sin tocarnos abrí la boca dejando salir el humo, él abrió la suya aceptándolo, todo esto mientras nos mirábamos fijamente.

—¡Vamos ya va a iniciar la carrera! —Me alejé abruptamente de él y seguí a Chad sin importar otra cosa.

La carrera inicio, ambos conductores buscando la victoria.

La primera vuelta paso y el coche azul hiba en primer lugar.

Segunda vuelta, ambos a la cabeza.

Tercer vuelta, el coche amarillo aceleró y ganó.

Hubo dos carreras más y en la mixta Logan participó, ganando el primer lugar.

—¡Vamos, que hay una fiesta de puta madre al otro lado! —Dijo un chico que conocimos esta noche en el billar.

—¡Vamos! —Gritó Fanny y nadie tuvo problema con eso.

...

Son las tres de la madruga, el ambiente esta a tope y la gente no para de bailar, ni de beber, algunos gritan cosas sin sentido; más de una persona se ha subido a bailar sobre la barra como Logan y Chad, quienes bailan con el torso desnudo y beben algunos tragos que les pasan.

Yo por mi parte, participe contra otra chica en un concurso de shots, el cual gane gracias a mi gran aguante hacía el alcohol.

He bailado con Jack, bebí junto a Fanny y Evan, y ahora creo que no fue tan mala idea no llegar a dormir a casa.

Camino hacía Jack tambaleándome un poco.

—¡Hola guapa!

—¡Hola guapo!

Seguimos tomando por un largo rato, hasta que nos dio sueño y buscamos a los demás para ir a dormir.

Son las dos de la tarde y nunca antes había deseado llegar a casa como ahora.

Para mi suerte no voy a casa si no al departamento de los chicos, donde pasaremos el resto de la tarde.

Cuando llegamos dejamos los autos en el estacionamiento, y subimos directamente al departamento donde cada uno se ducho y durmió las horas que necesitaba para reponerse.

Al rededor de las cinco de la tarde desperté y me encontré a los demás en la sala jugando poker, donde el perdedor se tenía que tomar una botella completa y cantar.

Después de un rato donde las cartas y botellas sobraron me puse de pie, dispuesta a irme.

—¡Me voy a casa los veo luego!

No sé que tan malo sea manejar ebria, pero es lo que voy a hacer, solo esperó no morir o chocar.

[...]

Estacioné el auto y me preparé mentalmente para lo que se venía.

Entre a la casa y en la sala estaban, William y Cristina de brazos cruzados.

Uh, creo que están enojados.

—¿Sé puede saber en dónde estabas? —Preguntó William seriamente.

—Por ahí... —Dije desinteresada.

—¡¿Estás ebria?! —Grito Cristina y mi cabeza dio una punzada, hice una mueca de dolor.

—Si ya lo notaste ¿para que preguntas? —La mire a los ojos.

—¡ESTO ES EL COLMO BÁRBARA! ¡Ayer golpeaste a una chica hasta dejarla inconsciente, no llegas a dormir en toda la noche, faltas a la escuela, llegas a las siete de la tarde y ebria! ¡¿QUÉ SIGUE?! —Y ahí, ahí se acabó mi jodida paciencia.

Rachel bajo las escaleras junto con William, ambos lucían inexpresivos.

—¡¿Y QUÉ?! ¡De todos modos soy la chica mala, ¿no?! —Dije recordándole infinidades de veces que así me llamo.

—¡A mi no me levantas la voz! ¡Respetame, que no somos iguales!

—¡CLARO QUE NO! Y lo agradezco como no tienes una jodida idea —La palma de su mano se estampó con fuerza contra mi mejilla, está ardió inmediatamente pero no hice nada, la miré con todo el odio que se merece.

—¡CRISTINA! —Reprendió William, trato de acercarse pero retrocedí y negué con la cabeza. Decidí salir de ahí y prácticamente corrí hacía las escaleras con William llamándome de fondo.

—¡Bárbara! ¡BÁRBARA!

Pase entre Rachel y Will, quienes tenían semblantes diferentes, pero lo mismo en la mirada, lástima.

Entré a mi habitación y di un portazo al cerrar.

No puede ser, me pego, ¡me pego!

—¡Bárbara! Soy Will ¿puedo pasar? —Grité un «pasa» y me senté en la cama, tratando de calmarme.

Will entró y cerró detrás de él.

—Ven acá, dejame ver —Se acercó y tomó mi barbilla para ver mi mejilla. Hizo una mueca y dijo:

—Uh, eso se va a poner morado —Me alejé y me acosté boca abajo sobre la cama.

—He entrado muchas veces y siempre me causa lo mismo... —Susurró en alguna parte de la habitación.

—¿Qué ha pasado? —Pregunté sin voltearme.

—Papá se enojo porque mamá te pego, dijo que después hablaría contigo, esta en su despacho...

Nunca entendí porque mis padres son así, estuve tantos años en internados lejos de ellos y nunca les preocupó; ahora que me escapó por un día arman un escándalo.

La chica mala. En Edición Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz